LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARA

CAPITULO 16

Di vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño, con la imagen de Liam agarrándome con fuerza de la muñeca cada vez que cerraba mis ojos. Sus palabras grabadas en mi mente sonaban en bucle atormentandome y recordandome que no tenía otra opción, que no podía elegir, sino que ya estaba todo decidido por otros.
Estiré la mano en busca del móvil y resoplé al cogerlo y no ver ni un mensaje de disculpas por su parte.
¿Tan enfadado estaba? ¿Qué le iba a decir a mi padre si no lo arreglabamos antes?
Me tumbé boca abajo desganada y dejando el móvil volví a cerrar los ojos intentando conciliar el sueño.
Pero de nuevo el rostro lleno de enfado de Liam gritándome como nunca antes me hizo abrir los ojos de golpe.
Lentamente me levanté de la cama y aún a oscuras caminé hacia la puerta. Necesitaba algo para dormir, algo que me relajara , como una tila o una valeriana, o simplemente un vaso de leche como el que solía darme mi madre cada vez que una pesadilla no me dejaba dormir.
Tenía que buscar información sobre ese tal Jacob y solo entonces enfrentar a Liam y contarle la verdad.
Justo cuando mi mano se posó en el pomo de la puerta, escuché un sonido detrás de mí.
-Ya se que no puedo entrar en tu cuarto-la voz de Thomas me hizo girarme lentamente para ver su figura en la oscuridad.
-Si lo sabes no entiendo que haces aquí-dije buscando el interruptor con la mano y encendiendo la luz de golpe.
Él apoyado en la repisa esquivaba mi mirada mientras yo miraba atónita su labio partido y su rostro ligeramente golpeado.
-Oh dios mío- caminé hacia él-¿se puede saber que te ha pasado?
-Necesito quedarme aquí-dijo sin contestar a mi pregunta.
-¿Ha sido Jacob?-pregunté de nuevo esta vez más cerca.
Arrugando los labios con enfado me alejé de él y caminé hacia el baño en busca del botiquín.
-No estaría mal saber por qué tengo que dejar que pases la noche aquí-abrí el mueble de debajo del lavabo y saqué un pequeño botiquín blanco- sobre todo si fue ese tal Jacob el que te hizo eso.
Salí del baño y le miré detenidamente.
-Sientate en la cama.
Thomas clavó su mirada en mí y sin decir nada  caminó hasta sentarse en la cama.
-¿Esto lo saben tus hermanos?-pregunté sentandome junto a él- ¿o Jake?
Sonrió de medio lado mientras yo mojaba un algodón con alcohol.
-¿Jake?-preguntó sin dejar de sonreír.
-Si-contesté acercandome más a él- Jake.
Pasé el algodón por su herida sacandole una mueca de dolor.
-Lo siento..-susurré algo nerviosa por  tenerle a escasos centímetros de mí- lo hago lo mejor que puedo.
-Esto solo lo sabe Jake-confesó al fin algo más relajado- y así debe seguir.
-¿Qué le hiciste a Jacob para que te haga todo esto?-pregunté desviando de nuevo los ojos hacia sus labios intentando curar su herida de la mejor forma posible.
-Ada, olvidate de Jacob- pasó su mano por mi pelo mientras clavaba su mirada en la mía- no te metas en nuestros asuntos.
-Pero..
-Nada de peros- se apartó ligeramente de mí- ese tio es muy peligroso.
Me quedé en silencio admirando sus facciones , olvidandome por un momento de seguir limpiando su herida.
-Mi labio-sonrió llamando mi atención de nuevo.
Avergonzada me puse de pie recogiendo el botiquín.
-La herida ya no sangra- caminé sin poder mirarle hacia el baño devolviendo todo al mueble de debajo del lavabo.
Y cuando levanté la vista, ahí estaba Thomas, desde el reflejo pude ver como apoyando su brazo en el marco de la puerta me mirada siguiendo cada uno de mis movimientos.
-Ese pijama te queda incluso mejor que la ropa cara que sueles llevar-sonrió de medio lado aún con su mirada fija en mí.
Me giré intentando no mostrar mis nervios casi evidentes.
-Hoy durmes tú en el suelo- pasé cerca de él y caminé hacia el interruptor.
-La cama es suficientemente grande para que podamos dormir los dos-comentó detrás de mi.
-Como comprenderás- me giré apagando la luz- no voy a dormir contigo.
-Pues no lo comprendo-se desprendió de la chaqueta de cuero y caminó hacia la cama- no suelo moverme dormido, no suelo roncar y no soy sonambulo, no te darás ni cuenta de que alguien duerme a tu lado.
-Te lo dije anoche Thomas- caminé lentamente hacia él- no soy de esas chicas a las que sueles seducir en tu moto para luego acostarte con ellas.
Sonrió llevandose una mano al pelo y revolviendoselo bajo mi atenta mirada que no se perdía ni un detalle dando un paso hacia mí, hasta quedar a escasos centímetros.
-Y yo te dije qué no eres de esas chicas-puso los ojos en blanco casi burlandose de mi- ni te acercas si quiera a mi prototipo.
Le tenía demasiado cerca, tan cerca que su suave aliento chocaba contra mis labios casi implorandome que me acercara más. Y así fue, di un paso más hacia Thomas pegando mi pequeño cuerpo al suyo sin apartar la vista de sus labios, labios que conscientemente o inconscientemente necesitaba besar.
-Así que dormiré en la cama-se apartó de mi dejándome con las ganas- pero pondré almohadas por medio.
-¿Almohadas?-pregunté frustrada.
-He visto como me miras-se burló de nuevo- y no quiero que te sobrepases conmigo.
Fruncí el ceño y le lancé un cojín avergonzada y sintiendome más tonta que nunca.
-Eres un idiota.
Sin poder mirarle me metí en la cama y me cubrí con las sabanas dandole la espalda mientras escuchaba como colocaba las almohadas en medio de la cama.
-¿Tanto asco te doy?-pregunté girandome viendo como él se acostaba a mi lado sin dejar de sonreír.
Pasó su mano por mi mejilla y deslizó el pulgar hacia mis labios mientras yo clavaba la mirada en él.
-Simplemente estoy esperando a que te atrevas a dar el paso..-susurró.
Desvié de nuevo la vista hacia sus labios alumbrados por la luz de las luces del jardín que entraban por la ventana, y quité una de las almohadas que nos separaban.
-No eres mi tipo- me relamí mordiendome el labio conteniendo así mis ganas- ni siquiera te acercas.
Me giré volviendo a recuperar mi dignidad y sonreí cerrando los ojos escuchando como él también giraba su cuerpo.
De repente una paz abrumadora me invadió conciliando el sueño a pocos segundos de haber cerrado los ojos.