-Deberíamos al menos haber avisado a alguien de que íbamos a ir a un hospital publico -Megan me siguió cuando cruzamos el paso de cebra a paso acelerado antes de que el semáforo se pusiera de nuevo en rojo - no sabemos que podemos encontrarnos en sitios como esos.
-Necesito saber si el chico sigue con vida - dejé de caminar cuando llegamos a la acera y la miré sin soltar el gran ramo de lirios blancos que había comprado del centro - no quiero vivir sabiendo que maté a alguien.
Megan puso los ojos en blanco y retomó sus pasos hacia la entrada del hospital.
Era temprano, había escuchado como mi padre se marchaba de casa sobre las siete de la mañana y tras haber pasado la noche sin poder pegar ojo había decidido que para volver a conciliar el sueño lo mejor sería ver como se encontraba el chico.
-¿Y como es el plan? -preguntó Megan sin dejar de caminar.
-Darle las flores, pedirle perdón y ofrecerle algo de dinero -contesté pareciéndome cada vez más a mi padre - todos olvidan todo si ven dinero de por medio.
Entramos en el hospital e inmediatamente nos dirigimos a información mientras yo desviaba asustada la vista hacia una de las ambulancias.
¿Y si estaba muerto? ¿Que iba a hacer entonces?
-Perdone -Megan apoyó sus brazos encima del mostrador de información y sonrió enseñando su perfecta dentadura -buscamos a un chico que llegó ayer por la noche en ambulancia después de que sufriera un accidente.
Me acerqué a Megan y analicé con rapidez a la recepcionista que negaba con la cabeza.
-¿Son familiares?
-Soy.. -me quedé en silencio con algo de nerviosismo -soy su novia.
Megan abrió los ojos asombrada. Debía de mentir para poder conseguir la información que necesitaba.
-Señorita, el señor Roth abandonó el hospital esta mañana después de haber estado toda la noche en revisión -la recepcionista me sonrió con amabilidad -no se mucho más sobre su estado.
Desvié la vista hacia Megan sin saber que decir. ¿Se había ido ya del hospital?
-Gracias por su amabilidad- Megan sonrió a la recepcionista y tiró de mi brazo mientras caminaba aceleradamente.
-¿Roth? -pregunté cuando salimos de nuevo al exterior.
-No conozco a ningún Roth -comentó sacando su móvil con el ceño fruncido.
-Al menos está vivo -suspiré aliviada tirando las flores en uno de los contenedores de la entrada -no iré a la cárcel y eso ya calma considerablemente mis nervios.
Megan se llevó el movil a la oreja y me hizo un gesto con la mano para que dejara de hablar.
-Alice, necesito que busque información sobre un tal Roth, no se su nombre de pila, pero es un varón de unos veinticinco años.
La miré asombrada, ¿Como sabía ella todo eso?
-¿Un varon de unos veinticinco años? -pregunté cuando colgó la llamada.
-Me quedé cuando Alfred te obligó a montar en la limusina, y ví todo cuando la ambulancia llegó.
-¿Y?
-Había mucho alboroto, pero creo que llegué a escuchar su edad.
Comenzó a andar dejándome atrás y la seguí apresuradamente.
-La secretaria de mi padre me llamará con toda la información necesaria sobre cualquier Roth que encuentre -sonrió buscando en su bolso algo -así podrás verle, pedirle perdón y al fin seguir con nuestras vidas.
Sacó una cajetilla de cigarrillos y se llevó uno a la boca mientras volvíamos a cruzar el paso de cebra.
-Y ahora..¿me invitas a desayunar mientras esperamos esa llamada? -me guiñó un ojo cuando el semáforo cambió de color dándonos paso.
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LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARA
RomantizmAda es una chica nacida en una de las familias más ricas y poderosas de Londres. En un accidente que ocurre en una noche donde todo parecía ser diversión conoce al que será el verdadero amor de su vida, ese amor que tanto soñaba encontrar cuando tan...