Bajé las escaleras de la universidad y ahí estaba él.
Jake apoyado en el capó de su antiguo coche me dedicaba una sonrisa deslumbrante. Como si fueramos viejos amigos que llevaran sin verse media vida.
-Puntual..-susurré.
-Era eso o te ibas- sonrió de nuevo abriendome la puerta del coche.
-¿Ha donde vamos?-pregunté sin fiarme del todo.
-Puedes fiarte-puso los ojos en blanco algo decepcionado- no soy Jacob.
-No te comparo con Jacob- dije cruzandome de brazos- pero me gustaria enormemente saber donde me va a llevar un chico que apenas conozco.
-A tomar algo, conozco un lugar que creo que te gustará-me hizo un gesto casi de súplica para que me montara en el coche.
Poco convencida me senté en el asiento delantero viendo como el rodeaba el coche para acompañarme.
-¿Esta vez me contarás algo más sobre Jacob?- pregunté cuando él arrancó el coche- ¿Por qué amenaza a Thomas?
-Thomas no suele hablar mucho de sus asuntos.
-¿Y su hermana?-pregunté llena de intriga- no te ofendas, pero no entiendo como alguien de su clase puede estudiar en esta prestigiosa universidad.
Jake sin contestar encendió la radio y peinó su pelo mirandose en el retrovisor distraidamente.
-¿No vas a contestarme?
-¿Por qué una chica como tu tiene tanto interés en él?-preguntó esta vez aumentando la velocidad- deberías alejarte y olvidarte de ese asunto.
-En cuanto sepa lo que quiero entonces podré olvidarme..
-¡Peleas ilegales!- Jake elevó el tono de voz sobresaltandome mientras frenaba a un lado de la carretera.
-¿Peleas ilegales?-pregunté más intrigada aún.
-Ada, como Thomas se entere de esto...- golpeó con la palma de la mano el volante- me matará.
-Soy una tumba..-susurré.
-Jacob obliga a Thomas a participar en sus peleas ilegales- Jake me miró resoplando- es la única forma que tiene de pagar su deuda.
-¿Le debe dinero?-pregunté con el corazón en un puño.
Jake arrancó de nuevo el coche intentando relajarse.
-Le debe mucho dinero.
Miré la carretera casi sin poder pestañear y suspiré asombrada.
-¿De cuánto estamos hablando?
Jake me miró de reojo negando con la cabeza.
-No tengo ni idea..-susurró.
Miré por la ventanilla viendo como entraba en Newham. ¿Ha donde quería realmente llevarme?
-Ada- la voz de Jake hizo que de nuevo clavara la mirada en él- no le digas nada a Thomas.
-De mi boca no saldrá ni una palabra.
Lentamente redujo la velocidad y aparcó en frente de una gasolinera.
-Venga, vamos-me dedicó de nuevo una sonrisa - te va a gustar esto.
Con curiosidad me bajé del coche y observé mi alrededor. Era una antigua gasolinera en la que solo había un camión llenando su depósito mientras una mujer corpulenta de pelo corto reía a carcajada limpia cerca del camionero.
-¿Estás segura de que me va a gustar?-pregunté siguiendole.
Jake asintió y caminó hasta abrir la puerta de la gasolinera que inmediatamente chocó contra carrillones de sonido advirtiendo de nuestra presencia.
-Señora Jhonson soy Jake- mientras hablaba caminó hasta posicionarse delante de una maquina de granizados- he venido a lo de siempre.
-Aquí no hay nadie-dije detrás de él sin dejar de mirar a mi alrededor.
Jake cogió un vaso y con la otra mano me señaló la cámara que colgaba de una de las esquinas de la pequeña gasolinera.
-Ella nos observa- presionó el botón y dejó que el granizado de fresa llenara su vaso por completo.
Me quedé en silencio sin saber que decir cuando Jake me ofreció el granizado sin dejar de sonreír.
-Aquí solía venir con Thomas para comprar este maldito granizado- tras aceptarlo su sonrisa se intensificó- no habia día que no vinieramos aquí a comprarlo con el poco dinero que nos daban nuestros padres.
Cogió otro vaso y comenzó a servirse el suyo mientras yo miraba el mío algo asqueada.
-La señora Jhonson se comenzó a hacer parte de nuestro grupo y..
-Pero...¿Qué edad tiene la señora Jhonson?-pregunté extrañada.
Jake soltó una sonora carcajada y agarrando mi mano libre tiró de mí hacia una puerta con un gran cartel en el que advertía que solo podía pasar el personal.
-La señora Jhonson creemos que ronda los setenta años- abrió otra puerta sin soltar mi mano- jamás nos lo dijo.
De inmediato mis ojos se posaron en una anciana sentada en una silla de ruedas delante de una pantalla que mostraba toda la gasolinera.
La señora guió su rostro hacia nosotros dejandome esta vez fijarme en el tubo que conectado a una especie de pequeña bombona se introducía por sus fosas nasales.
-Señora Jhonson te presento a...-Jake se quedó en silencio, dejándome paso para poder presentarme.
-Soy Ada-sonreí con timidez acercandome a la anciana que no apartaba la mirada de Jake.
-No habla..-susurró Jake agachandose a su lado y dejando que ella pasara las manos por su pelo- dejó de hacerlo hace años.
Me quedé quieta observando aquella escena. Si tan solo Megan pudiera ver todo aquello para olvidar sus prejucios...
-Este es el motivo de que Thomas este tan endeudado con Jacob- Jake pasó su mano por la mejilla de la anciana- ella no tiene a nadie para que la ayude, solo a nosotros.
Abrí los ojos como platos asombrada con lo que acababa de decirme.
-Teníamos que operarla y no podíamos permitirnos pagar nada.
Lentamente me acerqué a él y sin pensarmelo me agaché pasando mi mano por su espalda.
-¿Por qué me has traido aquí?
Jake me miró con sus grandes ojos azules transmitiendome una total confianza.
-Para que dejes de preguntar e investigar sobre Jacob-contestó.
Agaché la cabeza y la levanté de golpe cuando la anciana sujetó mi mano con delicadeza mientras me dedicaba una sonrisa.
-Le gustas-comentó Jake poniendose de pie- la señora Jhonson nunca se equiboca, cala enseguida a la gente.
-¿Y quién la cuida?- pregunté poniendome de pie- quiero decir...¿está todo el tiempo sola?
-Thomas y yo-contestó frunciendo el ceño concentrado en su granizado de fresa- la dependienta nos llama si necesita algo y bueno...
Se quedó en silencio acercandose de nuevo a nosotras.
-Yo vivo aquí.
Me puse de pie sorprendida observando al fin mi alrededor. En aquel pequeño cuarto con las paredes con algo de humedad y dos pequeñas ventanas que apenas dejaban entrar el aire,había dos camas y un pequeño sofá con un horrible estampado de craudos. A su lado un pequeño televisor colocado encima de una mesilla de noche y repleto de folletos que de inmediato llamaron mi atención.
-Me mude para cuidarla-sonrió de medio lado- al fin y al cabo Thomas fue el que puso su vida en riesgo y yo no podía quedarme sin hacer nada.
Escuchandole caminé hacia el televisor en silencio.
-Soy excelente médico.
-¿Curas las heridas de Thomas cuando le pegan en esas peleas ilegales?-pregunté cogiendo un folleto que anunciaba una próxima pelea en una de las calles más peligrosas de Newham.
-Es muy bueno peleando-Jake dejó su granizado y caminó hacia mi- y además, jamás se dejaría curar por mi.
Le miré con atención analizando cada detalle de su rostro, como si quisiera memorizar sus rasgos.
-Necesito que me lleves a casa ya- dije guardandome el folleto en mi bolso.
-¿Para qué?
-Tu llévame y ya te contaré por el camino- salí de la habitación no sin antes mirar por última vez a aquella anciana que nos observaba con una inocente sonrisa en el rostro.
-Adios, señora Jhonson.
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LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARA
RomanceAda es una chica nacida en una de las familias más ricas y poderosas de Londres. En un accidente que ocurre en una noche donde todo parecía ser diversión conoce al que será el verdadero amor de su vida, ese amor que tanto soñaba encontrar cuando tan...