CAPITULO 17

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Con los primeros rayos de sol empecé a moverme abriendo lentamente los ojos para sentir un suave aroma cerca de mi.
-Thomas..-murmuré incorporandome al ver su cara a escasos centímetros de la mía.
Pero él, ajeno a lo que yo le decía dormía boca abajo respirando profundamente, como si de un niño se tratase.
Volví a tumbarme a su lado y miré esta vez su rostro sin miedo a parecer una psicopata. Era increiblemente guapo, tan guapo que me era imposible ocultar mis nervios al tenerle cerca. Con cuidado levanté la mano y pasé mi dedo por su mandíbula hasta llegar al mentón. Pero aparté de inmediato el dedo cuando comenzó a moverse.
-He puesto las almohadas por algo..-murmuró sin abrir los ojos.
Me incorporé sin saber donde meterme y levantandome de la cama me dirigí hacia el baño.
-Voy a ducharme- sonreí sin poder evitarlo tras la pillada que me acababa de hacer- cuando salga no quiero verte.
Murmuró algo que no logré entender y sin decir nada más cerré la puerta.
Era la primera vez que pasaba la noche con un chico y siempre había pensado que si algun día abría los ojos junto a uno, ese sería Liam..
¿Quién iba a decirme a mi que iba a ser otro el que durmiera a mi lado?
Unos golpes con los nudillos en la puerta me sobresaltaron.
-Gracias por dejarme pasar la noche contigo..-susurró Thomas al otro lado de la puerta- algun día te lo recompensaré.
Me mordí el labio intentando no sonreír como una idiota cada vez que hablaba, y lentamente me fui desprendiendo de la ropa.
Abrí el grifo de la ducha y me coloqué debajo del chorro de agua fría para espabilarme.
Hoy me tocaba ir a la universidad a hacer los últimos papeleos para empezar el curso, y Alfred seguramente ya estaba abajo esperando para llevarme a donde yo necesitase, como de costumbre.
Me duché lo más rapido que pude y colocandome una toalla salí del baño fijandome en la ventana abierta.
Sonreí de nuevo caminando hacia el vestidor, pero entonces una llamada me sobresaltó.
Cogí el móvil de encima de la mesilla de noche y suspiré al ver el nombre de Liam parpadear en la pantalla.
No estaba dispuesta a cogerselo, no después de como se había comportado conmigo. Dejé de nuevo el móvil en la mesilla y retomé mis pasos hacia el vestidor.
Rapidamente me puse la ropa interior y unos vaqueros negros con una camiseta blanca de manga corta.
Me recogí el pelo en una coleta alta y tras echarme perfume salí de la habitación disparada. Bajé las escaleras a toda prisa y sonreí viendo como Alfred comía un bollo sin dejar de mirar el reloj.
-Ya estoy aquí-sonreí saliendo de la casa- ¿no te dijo el médico que nada de bollería?
Puse los ojos en blanco y me metí dentro de la limusina.
-Señorita Brown- Alfred se giró para mirarme- la dejaré en la universidad e iré inmediatamente a buscar a su padre al aeropuerto.
-No te preocupes Alfred- me abroché el cinturón- volveré a pie.
-Señorita..
-Deja de preocuoarte tanto y arranca-sonreí- no le diré a mi padre que no te pasaste a recogerme y antes de que te des cuenta estaré en casa.
Alfred se giró sujetando el volante con fuerza y arrancó la limusina.
Sin perdida de tiempo salió de nuestra mansión y tras parar en el semáforo continuó su camino hacia el centro.
Mientras tanto me centré en mi móvil al recibir un whatsapp de Liam.
"Necesitamos hablar"
Puse los ojos en blanco y borré el mensaje. En aquel momento no quería volver a pensar en su rostro enfurecido gritandome ni en como me sujetana con fuerza de la muñeca.
Por suerte, mi universidad, Imperial College, no se encontraba lejos de Belgravia. Mi padre siempre quería tener todo controlado y que su hija estudiara en una de las mejores universidades de Londres, pero eso sí , siempre cerca de él.
Él habia decidido que profesión iba a estudiar y  a que universidad iba a acudir hasta poder formarme lo suficiente en matematicas como para llevar toda la contabilidad de su empresa.
Alfred aparcó a un lado de la acera y me miró desde el retrovisor.
-Si necesita cualquier cosa solo tiene que llamarme.
Asentí abriendo la puerta y bajando con algo de desgana.
Miré el gran edificio donde tendría que acudir durante días y me mordí el labio comenzando a andar.
-Chica pija.
La voz masculina de alguien justo detrás de mi llamó mi atención.
En cuanto me giré abrí los ojos como platos al ver en frente de mi a Jake.
-¿Qué haces tú aquí?-pregunté arqueando una ceja mientras veía con algo de preocupación como Alfred se alejaba con la limusina.
Me sonrió y señaló la universidad a la que estaba apunto de entrar.
-He venido a acompañar a alguien-dijo al fin.
Me giré de nuevo hacia la universidad algo extrañada.
-¿Tienes amigos de la alta sociedad?
Se posicionó a mi lado y sacando una cajetilla de cigarrillos de su chaqueta negó señalandome con un gesto de cabeza a una chica de pelo rosado y ropa antigua,y sin planchar bajar las escaleras de la universidad apresuradamente.
-¿La hermana de Thomas?- pregunté aún más desconcertada.
-La misma..-susurró.
-¡Jake, Jake!- gritó levantando los brazos entusiasmada mientras corría hacia nosotros.
-No entiendo nada.
La chica que aparentaba tener mi edad se posicionó en frente de nosotros y me miró sin saber que hacer.
-Soy Ada-estiré la mano esperando a que me la estrechara.
-¿Novia o rollo de Jake?-preguntó desviando la vista hacia mi mano.
-Conocida-recalqué.
De golpe la chica se abalanzó encima de mi dandome un fuerte abrazo.
-Hola, Ada, yo soy Emily.
Apartandose de mi me dedicó una sonrisa de oreja a oreja.
-Es la que...- Jake me miró sonriendo de medio lado mientras soltaba el humo- la que atropelló a Thomas.
La sonrisa del rostro de Emily desapareción sin apartar ni un segundo la mirada de la mía.
-Lo siento..-susurré avergonzada.
-Ada es una chica de alta cuna- Jake tiró el cigarrillo y se apoyó en el capó de un viejo coche que supuse de inmediato que era suyo- y aún así fue a buscar a Thomas para pedirle disculpas.
-Bueno..-miré hacia la entrada de la universidad  intentando salir de aquel incómodo momento- tengo algunos papeleos que hacer.
-¿Vas a estudiar aquí?-preguntó ella aún con el rostro serio.
Asentí.
-Pues nos veremos por los pasillos- me dedicó una fría sonrisa y caminó rodeando el coche hasta abrir una de las puertas.
-Me tengo que ir..-susurré esta vez desviando la vista hacia Jake.
-Vamos a ir al bar- comentó él tirando su cigarrillo al suelo- podemos esperarte y más tarde tomar algo tu y yo.
-No creo que a la chica que acaba de entrar en el coche le haga mucha gracia-sonreí aún incómoda- dejemoslo para otro día.
Comencé a caminar, pero la mano de Jake en mi brazo me hizo frenar.
-Llevaré a Emily a casa y..-se llevó una mano al pelo con nerviosismo- si quieres puedo venir a recogerte.
Le miré atentamente. ¿Por qué tanto interés?
-Si cuando termine mis papeleos no has llegado me iré.
-Hecho- me sonrió y sin perder tiempo caminó de nuevo hacia su coche- antes de que te des cuenta estaré aquí.
Y bajo mi atenta mirada arrancó el coche, y con la misma velocidad que caracterizaba a Thomas se alejó de mi perdiendose en la carretera.





LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora