observación

57 29 4
                                    

Trato de poner atención a Jake y a Ethan pero me es imposible cuando a tan solo unos metros de distancia se encuentra aquella pelirroja que ignora a todo el mundo, y por lo visto esta recostada encima de la mesa que se encuentra al final. Como siempre trae jeans negros y  solo una blusa holgada con el logo de una banda que desconozco.
Vale parezco un acosador mirando a su obsesión. Pero a diferencia mía, yo solo observo a aquella chica misteriosa.
¡ja! ¿No es lo mismo?
Shh pensamientos.
—¿qué dices charlie?.—logro salir de mi ensoñación con la pregunta de Jake.
—eh ¿ de qué hablan?.—es lo único que logro decir.
—ya veo que estás perdido.—dice Ethan con sus ojos azules fijos en mi.
—estas muy distraído últimamente.—le sigue Jake.
A decir exactamente hace dos semanas.
Me encojo de hombros.
—es por el próximo partido de basketball.
—iremos a un club el sábado, deberías venir. Haber si así se te quita lo niñito.—volteo a ver a Ethan.
—no me interesa ir.
—déjalo, ya sabes que charl es un hombrecito de casa.—se burlan entre ellos.
Sus comentarios me enojan, pero opto por quedarme callado. Ellos reanudan su plática ignorándome.
El almuerzo termina y cada uno se va a su respectiva clase.
Por mi parte me dirijo a clase de economía.
Escaneo el aula y en la última fila visualizo esa brillante cabellera rojiza, mis pies avanzan hasta ocupar el asiento vacío de su lado.
A la mierda la cobardía.
Mira quién lo dice.
¡cállate conciencia!.
Tracy levanta sus ojos azules y de inmediato frunce su ceño.
—¿tú de nuevo?.
—que bonita forma de recordarme.—alza su comisura de su labio derecho, pero de inmediato vuelve a mantener su postura fría.
Vuelvo a percatarme que su pómulo se marca por unas sombras moradas. Significado de un golpe.
—deja de escanearme como si fuera un alienígena, porque no lo soy. —podría haberme reído sino fuera por la seriedad con la que pronunció estas palabras.
—lo siento.—murmuró por lo bajo y ella solo me observa fijamente.
Por unos cuantos segundos o minutos me siento como en una burbuja. Ni la explicación del profesor ni nadie puede hacer que mis ojos se aparten de esos azules eléctricos que me observan sin alguna expresión.
—ahora yo te pido que dejes de observarme.—logro pronunciar esas palabras y ella enarca una ceja.
—¿porqué?.
—tienes una mirada muy intimidante  hermosa y hechizante que me es imposible apartar mis ojos de los tuyos.—si hubiera sabido que lo antes dicho le provocaría una sonrisa, lo hubiera hecho antes.
Su sonrisa. Esos dos hoyuelos que se remarcan en su rostro. Me siento como la persona más afortunada que ha visto algo preciado.
—tienes una hermosa sonrisa.—hablo antes de darme cuenta de mis propias palabras.
Pensé que no contestaría, pero cuán equivocado estaba.
—¿eso fue un halago?.—pregunta divertida.
—solo digo la verdad.
—sé que soy hermosa, no necesito cumplidos, pero gracias guapo pelinegro.—dice tracy.
Nos quedamos mirando por más tiempo, hasta que un gran golpe de un libro nos hace salir de nuestra burbuja.
—¡dejen sus cursilerias de amor para otro lado y pongan atención a mi clase, no distraigan a sus demás compañeros!—fijo mi mirada en el hombre calvo que intercala su mirada entre la mía y la de Tracy.
Siento la vergüenza fluir por mi cuerpo, volteo a ver a Tracy, pero ella se mantiene rígida y sus ojos brillan de una manera distinta. Tal vez retando al profesor.
—no estamos haciendo nada, además estamos prestando atención a su aburrida clase.—menciona mi acompañante.
Golpe bajo para el profesor quien arruga su entrecejo.
siento que ahora sí me mandarán a la dirección.
—¿aburrida clase señorita Tracy?-asiente y se recuesta en el respaldo del asiento.—si es así, dígame que es un monopolio.
Me pongo nervioso porqué ni yo mismo se la respuesta. Claramente pudo haber explicado eso cuando me encontraba concentrado en la linda sonrisa de mi acompañante.
—un monopolio es una empresa que ofrece un único bien o servicio y no tiene competencia en el mercado.—volteo a mirarla y solo veo una seguridad en su respuesta, además de bostezar en frente del profesor Joe . Bueno, ella transmite mucha seguridad con tan solo su postura.
Éste último le regala una sonrisa entre divertida y enojado.
—están advertidos par de enamorados, a la próxima los espera la dirección y no me importarán sus súplicas.—nos señala a ambos.
Y eso significa tres cosas.
1. La respuesta de tracy fue correcta.
2. No nos mandaran a dirección.
3. Ahora me doy cuenta que la mayoría de seres que se encuentran en este aula observan la situación con gracia.
La clase continua sin algún problema.
—ignora lo ultimo que ha dicho el profesor.—Tracy voltea a verme.
—lo he ignorado desde que lo ha dicho. Además nunca andaría con un chico cómo tu.—dice con un atibismo de burla mientras cruza sus brazos.
Me acomodó los lentes y le lanzó una mirada asesina. Eso sí que me ha ofendido.
—yo tampoco andaría con una pelirroja como tú.
Miro su perfil, creo que la situación me ha perjudicado solo a mi.
—ni tu te la crees.—contesta airosa mientras se pone un mechón rojizo detrás de su oreja. Por un momento tengo ganas de ser yo quien recoja ese mechón de cabello.
Ahora yo soy el que se cruza de manos.
—tu tampoco. Apuesto a que soy el tipo de hombre que desearías tener en tu vida.—ella sonrie de lado discretamente y vuelve a mirarme. Me mira fijamente.
—en tus sueños, eres un chico bueno para m, en el sentido de valor de persona—dice con toda la calma.—vale, dejemos de hablar de esto, que ni siquiera tiene coherencia.
—esta bien, guardaré silencio reina de hielo.
Tracy y yo no volvemos a hablar.
De vez en cuando veo que dibuja para distraerse, pero es muy mala, ya que solo hace palitos en forma de muñecos.
La clase termina y como siempre ella se va sin dirigir una mirada o palabra. El día transcurre con las siguientes clases y también entreno junto al equipo de baloncesto.

Al día siguiente entro con todo entusiasmo a la clase de economía., y el motivo es por ver a aquella pelirroja de nombre Tracy. El profesor entra y espero la epica entrada de siempre de Tracy, pero nunca llega.

Pasa una semana entera donde me siento preocupado y por alguna razón un par de ojos azules ocupan mis pensamientos. Ella no ha asistido al instituto. Tal vez no es la primera que desaparece, pero en esta ocasión ha causado un amargo saber, además me inquieta saber que es lo que sucede con ella.
La he buscado por todos lados, pero como siempre...ella no está.
El viernes por la tarde voy al pequeño restaurante donde trabaja. Llego y me acerco a una señora castaña de aproximadamente unos 35 años.
—hola.—saludo y ella me sonrie en respuesta.—solo quería preguntar por una de sus empleadas.
—¿nombre y para que la solicitas?.
—su nombre es Tracy.—eso capta su atención.—he estado preocupado, no ha asistido al instituto por una semana.
—Tracy no ha venido por aquí chico. Pero no te preocupes me ha dicho que se ha enfermado, pero ya está bien.—eso me calma un poco.
—bueno, pues gracias.—me despido.
Doy media vuelta y empiezo a caminar hacia mi hogar.
¿porque la extraño cuando ni siquiera la conozco del todo? ¿ y porqué la estoy buscando?...no hay respuesta o tal vez, pero no quiero decirlo en altavoz.

Nada puede ser más aburrido que un sábado por la tarde.
Sin siquiera saber el porqué, agarro el cuadernillo para dibujar y empiezo a trazar las líneas del rostro de aquella pelirroja. De aquella chica que ha estado invadiendo mis pensamientos por tanto tiempo.
Lo termino en unas horas y lo guardo.
Me ducho, me pongo la pijama, me quitó los lentes...... y duermo como un bebé.

Holi!!
Aww me dio tristeza y nostalgia escribir lo último.
🥺¿qué le estará pasando a Tracy?....que se imaginan, dejen en los comentarios lo que piensen.
Me ayudarían votando y compartiendo.
Xoxo..pequeñas luchonas.

El valor de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora