el cumpleaños

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1 mes después.
Miro la pared de mi cuarto. Hoy es mi cumpleaños, 2 de mayo. Las lagrimas surgen de inmediato, la nostalgia invade y me abrazo a mi misma.
—feliz cumpleaños tracy.—me digo a mi misma.
Bajo las escaleras y encuentro a mi madre tomando una taza de té. Sonrio emocionada, ella voltea a verme. Noto sus enormes ojeras bajo sus ojos.
—¿quieres un café?.—me ofrece.
—¿no se te olvida algo?.
Ella deja su taza en el mesón.
—no ¿de qué me podría haber olvidado?.—se queda pensativa.
De mi cumpleaños.
Sonrio tratando de aliviar el amargo sabor y el nudo en mi garganta.
Ya no debería sentirme triste por ello, ya que a veces si recuerda mi cumpleaños y a veces no.
—nada.—contesto.
Camino hacia la estufa y pongo agua caliente para prepararme un té.
Subo a mi cuarto y dejo vuelvo a recostarme. Me quedo pensativa.
De repente suena el chillido de mi cerular.
Pelinegro🤍
Feliz cumpleaños pelirroja.
Sonrio en automático. La felicidad me invade y quedo embobada viendo el teléfono.
Pero.....¿cómo lo sabe?, nunca le dije la fecha de mi cumpleaños.
Respondo de unos segundos.
¿Cómo lo sabes?, y por cierto gracias.
No tarda en responder.
Cuando te interesa alguien, buscas más acerca de ella. Así que tuve que buscar. En fin, ponte más guapa de lo que ya eres. Nos vemos por la tarde, a las 4pm por el parque.  Ya toda una viejita pelirroja jaja.
Río por lo último.
Contesto y dejo de nuevo el cerular. Aprisiono mi cara contra la almohada para que no se escuchen mis chillidos de alegría.
Durante el día ayudo a mi madre y juego con Ángel.
Me levanto y abro mi armario. Hoy es mi día, así que elijo ponerme un vestido suelto de color azul. Y me pongo un suéter.
Dejo mi cabello suelto y solo me aplico un poco de labial.
Sonrio frente al espejo y doy una vuelta encantada por como me veo.
Ya tengo dieciocho años.

El frío de la pequeña ciudad cala en mis huesos. Me cubro con la manta que he traído de casa.
-¿tienes mucho frío?.-habla el pelinegro.-he leído que el calor corporal brinda más calor que una manta.
Río.
Enarco una ceja con suma gracia.
Por su parte me da una sonrisa ladeada.
-deberíamos comprobarlo.-me acerco hasta estar pegada junto a él y le extiendo la manta.
Miramos el anochecer tranquilamente, el cielo estrellado es tan hermoso. Soy de aquellas chicas que se quedan absortas mirando un paisaje, mirando un cielo estrellado o la oscura noche.
La tarde fue maravillosa, charlie, Melany y yo fuimos a comer hamburguesas y fuimos al cine. Y en estos momentos me encuentro en la cascada junto al pelinegro.

Todos estos meses se han convertido en los mejores de mi vida.
Últimamente todo esta tranquilo. Sebastián se mantiene con control. En la escuela todo va excelente, mis notas son altas. Además estaba feliz por ser legal y poder ir a la universidad de New Jersey.
Pronto todo mejoraría. A pesar de todas las adversidades, de algo estoy segura, iría a la universidad en New Jersey. Pero también temía dejar a Ángel, a mi hermanito, pero me calmaba saber que para Sebastián, Ángel era su orgullo como hombre. Machista de mierda.
Tengo y debo salir de ese entorno violento, lo haré por mi y por salvar a Ángel.
-no quiero que esto termine.-confieso con miedo.
No quiero pensar en todo lo que cambiará.
La vida adulta esta llena de responsabilidades.
-yo tampoco quiero que termine.....no quiero dejar de verte, ya no quiero ser mayor y tener que ir a la gran universidad.-hace un puchero.
-tampoco estaremos lejos.-le contesto-además todo sea por un buen futuro, ya me quiero ver siendo una gran abogada y también verte a ti triunfando en el arte.
Sonrio y el me acompaña.
Estoy feliz. Pronto me darán una respuesta aprobandome o negándome la media beca que solicite. Después de todo, había heredado la gran inteligencia de Sebastián.
-¿no me vas a olvidar verdad?.-veo el temor en sus ojos.
Le acaricio sus mejillas.
-nunca lo haría....eres lo mejor que le ha pasado a mi oscura vida.
Me da una sonrisa. Una que derrite.
Saco mi teléfono y presiono la cámara

El pelinegro me apega junto a el y sonrie.
-haber.-le enseño la foto.
Los dos sonreímos a la cámara y la pequeña corona que me regaló brilla entre la oscuridad.
Observo el gran talento del pelinegro plasmado en un retrato hecho a mano que esta en la esquina de la manta.
El silencio invade el lugar. Un silencio cómodo. No hay palabras de por medio.
-sabes cual es la canción perfecta para esta noche.-le pregunto.
Rebusco entre mi música, dando con la indicada.
-¿conoces la banda the struts?. Bueno la canción es could have Been me.
Niega.
-nop.
-es que como te puedes perder de esta joyita de música.-le pregunto mientras me paro y pongo mis manos en mis caderas.
-bueno será porque yo escucho canciones actuales y no antiguas.-rie.
Me muestro indignada.
-las antiguas son las mejores. Expresan mucho y tienen bueno ritmo.-me quejo.-pero bueno cada quien sus gustos.
Doy con la canción y se empieza a reproducir. Me paro bailando al ritmo, o más bien, solo moviendo mis pies y moviendo mi cabello de lado.
Canto la canción con emoción.
Don't wanna live as an untold story
Rather go out in a blaze of glory.
El pelinegro me mira divertido. Lo señaló.
-ven acá.-estiró mis brazos.
-prefiero estar calientito con la manta.-niego.
-ven.-niega divertido.
-oh vamos.....admite que tiene una letra excelente y un ritmo increíble.
Se para y queda frente a mi.
-oh vamos mueve ese cuerpo, estas como una momia, hasta ellas cuando estaban con vida meneaban el cuerpo.-le digo mientras bailo al ritmo.
Él carcajea.
-esto es un poco ridículo.....solo vi esto en películas.
-oh vamos, recordarás esta noche cuando crezcas. Recordaras esta cómica escena y dirás "fue un día loco junto a la pelirroja".
-esta bien, lo haré, aunque no soy bueno bailando.
Empezamos a bailar al ritmo. Por mi parte canto con emoción.
-eso es lo de menos, no importa como bailes, solo disfruta.

Disfruto tanto la canción.
-admito que tienes buenos gustos musicales.-confiesa.
-pues claro, estas tratando conmigo.
Sonrie.
Este día quedará grabado como un recuerdo precioso.
Este día había sido inolvidable.
Mary y Alex me dieron un gran pastel de chocolate.
Y algunos chicos y chicas que conozco me felicitaron.
Después de todo....nunca he estado sola.
Junto nuestras manos.
Las mías están un poco frías, suelen estar así y las del pelinegro me brindan calor.
La canción termina y río de felicidad. El pelinegro me sujeta por detrás y volteo hasta quedar frente a él. Me acerco y nuestros labios se rozan creando una electricidad que recorre mi cuerpo. Termino olvidando todo cuando sus labios chocan con los míos en un vaivén perfecto.
Nos separamos y volvemos a cubrirnos con las mantas y empezamos a conversar de lo más absurdo, pero que nunca nos aburriría.
-¿enserio?, de chiquito confundiste una manzana por un jitomate.-río con fuerza. Sus mejillas se  tiñen de rojo.
-en mi defensa era porque tenía hambre y mi madre estaba durmiendo en el sillón.-sigo riendo.
-ya te estoy imaginando cuando estabas chiquito.-rie y le pinchó su mejilla.
-yo a diferencia tuya, solía escabullirse de casa.-los recuerdos avivan con fuerza. La nostalgia aparece. Han pasado pocos años desde que Isabella murió, pero que de alguna manera su recuerdo ha empezado a esparcirse.-una vez en mi cumpleaños, Isabella, otros chicos y yo nos escabullimos cerca de la playa, ya que vivíamos cerca de esas zonas. Me es grato recordar esos momentos, donde cada chico llevaba frituras, sodas, galletas y al final solo recorrimos por la arena contando malos chistes, fue el primer cumpleaños que me festejaron, aparte de Susan.
Suspiro y miro las estrellas.
-eso si que es único, a diferencia tuya yo lo festejaba y sigo festejando solo junto a mis padres.-habla charlie.
Sonrio débilmente.
-desde los quince años había dejado de celebrar mi cumpleaños. Mi madre a veces ni siquiera recuerda mi cumpleaños, y cuando llegué aquí Mary y Alex me insistían en festejar, pero siempre rechazaba su oferta, así que solo me deseaban feliz cumpleaños y me regalaban mi pastel favorito.
-¿porqué no querías festejarlo?.-pregunta.
-no les veía importancia, en vez de ser un día feliz, era cuando más pensativa me ponía y era cuando lloraba por todo lo ocurrido.-respondo.
-no sigas, sé que todo lo que dices te duele.-sujeta mi mano y la aprieta en señal de apoyo.
-no del todo duele, ese día regresé de la playa por la tarde  y al menos no recibí un golpe.-continuo hablando.
-Tracy ....
-no duele tanto Charlie, solo que es nostálgico recordar momentos que un día alegraron mi día.-hay unos segundos en silencio.-¿y tú?, alguna anécdota que recuerdes.
-fue cuando tenía más o menos catorce años, se acercaba mi cumpleaños y tanto Jake y Ethan me lo festejaron. Fue un poco loco porque ese día fue mi primera vez que tomé cerveza y al final terminé en la estación de policía.
-¿enserio?.
-si, y mis padres tuvieron que ir al rescate.-empezamos a reír.
Vuelve a hablar.
-por cierto ¿te está gustando tu cumpleaños?.-me pregunta.
Asiento con una enorme sonrisa.
Empieza a hacerme cosquillas. Mi punto débil son éstas y charlie se aprovecha de ello.
-ya te estás haciendo viejita.-no paro de reír.
-y tu también te estás haciendo  un viejito sabroso-le digo entre risas.
Seguimos riendo y al final terminó recostada en el pasto y charlie encima de mi.
—¿con qué soy sabroso y guapo para ti?.—me pregunta con burla.
El rosa su nariz con la mía y vuelve a besarme.
¿Para que negarlo?
Me hago la pensativa.
—tengo que admitir que si. Que eres un viejito sexi.
Reimos.
—y tu una viejita pelirroja de lo más sexi.
Se recuesta a mi lado y miramos el cielo estrellado. Hay un silencio cómodo.

El valor de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora