mi familia

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CHARLIE CONNOR.
observo mi reflejo en el espejo del baño. Todo un papucho ¿le agradará lo que ve a la pelirroja?.
Oh en que estoy pensando. Creo que las hormonas de la adolescencia me están alterando.
Son patrañas.
Excusas. Silencio pensamientos oscuros.
Bajo a la cocina donde encuentro al par de enamorados, es decir a mis padres.
Carraspeo mi garganta. Ellos voltean y les doy una mirada burlona.
—que agradable escénita.
Papá rie y mi madre se ruboriza.
—¿ya te vas?.—cambia astutamente de tema mi madre.
Sus ojos marrones me escanean.—que guapo te vez.—me acaricia mis mejillas.
—maa, deja de hacer eso.—mi padre rie.
—salió identico a mi es decir, es todo un galán —habla mi padre. Ya noto el orgullo revoloteando por la cocina.
—bueno, mejor me voy.—digo.—disfruten su día juntos.
Ellos asienten.
Abro la nevera y agarro un botecito de helado que recién compre. Trato de guardarlo velozmente en mi mochila, pero soy pillado por mis padres.
—¿helado a estas horas?.—pregunta mi madre.
—si, de repente tengo antojo.—contesto nervioso.
Mis padres comparten una mirada y ríen complicemente.
—que te vaya bien mi pequeño y haber cuando me presentas a la chica que te trae como loquito.—mi madre me da un beso en la frente y mi padre me da un puño como cuando era niño.—espero sea aquella hermosa pelirroja.
—no es mi novia.—digo apresuradamente.
Mis padres rien.
—eso quiere decir que estas saliendo con aquella chica—exclama con emoción mi madre.
Mi padre rie y me dice.
—ya decía yo que la conquistarias. Vienes de un linaje de conquistadores.—empiezo a reír con lo que dijo mi padre.
—que no vieron que me ignoró el otro día ¿y así quieren que sea mi novia?.—les digo a ambos.
—eso no significa que no puedas destruir la barrera entre los dos.—dice mi madre.
—tiene razón tu madre. Además polos opuestos se atraen.—apoya mi padre.—así que espero conocerla pronto.
—han perdido la cabeza, así que mejor me voy.—les digo y empiezo a caminar hacia la puerta. Me detengo y confieso lo siguiente.—la estoy conquistando, tengo que admitir que me gusta mucho y es única.—volteo y me encuentro con los ojos de mis padres.
Ambos sonrientes.
—tu primer amor...—suspira mi madre.
—me voy.—me despido.
—¡ese es mi hijo,   conquistala!—me apoya mi padre. Río.
Tengo a los mejores padres.

Salgo de mi adorada casa y me encamino al parque solitario que está a tan solo unas cuadras.
■■■■
—eh ahora van las preguntas para ti pelinegro.
—pregunta.
—dime dos cosas que ames hacer.—me pregunta.
—amo dibujar y jugar basketball.
—lo último ya lo sé, por algo eres un jugador de basketball.—contesta.
—yo también amo jugar basketball, solo que no siempre lo hago.—sus ojos azules me observan.—bueno algo tenemos en común.
—te apetece ver quien es mejor jugando basketball.—muevo mis cejas y ella ríe.
—¿no temes perder?, de antemano te digo que soy buena.
Niego.
—¿podrías venir a mi casa?, allí tengo una pequeña cancha.
Ella asiente dudosa.
—solo lo haré siempre y cuando no estén tus padres.—asiento.
—ellos casi no están, su profesión de abogados los consume de trabajo.
—¿son abogados?.
Asiento. Y puedo ver una gran curiosidad.
—son los mejores.....y los tuyos ¿a qué se dedican?.
Agacha su cabeza, pero de inmediato la levanta.
—Sebastián es jefe de policía y Susan es ama de casa.
–eh notado que no te gusta hablar de tus padres, no tienes porqué responder si no quieres.
Ella curva sus labios.
—lo sé. Gracias por entenderme y no presionarme.
Nos quedamos en silencio y ella se recuesta en el pasto, se voltea para quedar frente a mi y sonrie.
—tengo un hermano de cinco años, se llama Ángel, es mi adoración, es tan adorable. Algún día podrías conocerlo.—curvo mis labios. Me agrada saber que se siente en confianza para contarme de su vida. Sus ojos brillan de tan solo hablar de su hermano.
—por lo que dices, veo que lo adoras.
Ella asiente.
—es mi pequeño hermanito, claro que lo adoro, me gusta pasar tiempo con el. Es fanático de los juegos didácticos, ama ver caricaturas. Y también es un niño muy inteligente.
Sonrio.
—me gustaría conocerlo.—ella dudosa contesta.
—¿enserio?.
—claro.
—¿y tú no tienes hermanos?.
—nop, de milagro me tuvieron a mi y todo por un descuido.—ella rie.
—¿puedo decirte algo?.—dice nerviosa.
—¿dime?.
—me siento bien al estar contigo.
—woa eso no me lo esperé.
—¿porqué?.
—estamos hablando de ti, de la reina de hielo.
Ella sonrie.
—quien hubiera pensado que entablaria una  amistad con el chico menos esperado.
—lo mismo digo, quien hubiera imaginado que estaría junto a ti en un anochecer.
—como dijiste, la vida es impredecible.
Asiento mientras vuelvo a sentarme.
Miramos las estrellas.
—¿sabes?, a veces sólo me gustaría estar en medio de la nada, sin pensar en mi vida, o en lo que depara mi futuro.—vuelve a hablar Tracy.
—cierto, es agobiante crecer y pensar que será de nosotros y si llegaremos a cumplir lo que tanto anhelamos.—digo.
—¿siempre has vivido aquí en whittier?—me pregunta.
Suspiro.
—si, mis padres aman este lugar, aquí nacieron.
Y de nuevo silencio.
—algún día viajaré tan lejos.—vuelve a hablar.—quiero conocer muchísimos lugares, de los más raros hasta los más conocidos.
—yo también espero viajar y conocer muchos lugares.
—¿algún lugar en especifico?.—me pregunta.
Me quedo pensativo, nunca lo había pensado en el fondo.
—tal vez por algún país de Europa, pero dentro de aquí, de Estados Unidos quiero ir a Las Vegas.¿y tu?,
—yo quiero conocer corea del sur.
La miro. Juro que amo su sonrisa, y ese par de ojos que brillan.
—lo sabia.—ella voltea a verme.—por algo eres doramatica.
Estalla en risas.
—ok me has pillado. Te aseguro que amo todos los países y cada lugar es bonito., pero mi sueño es viajar a corea.
eh, pero te aclaro que a corea del sur no del norte.—río sabiendo del tema.—tampoco quiero meterme en problemas y que me detengan.
—ok, ok te entiendo.— respondo.
—para muchos sonara tonto decirlo, pues se encuentra al otro lado del mundo, pero quiero conocer esos lugares.
—yo no veo como algo tonto o ingenuo tener metas o soñar con algo. De hecho los humanos no seríamos nada sin objetivos o metas por cumplir.
—tienes razón, después de todo tenemos que encontrarle sentido a la vida. A nuestra vida.
Asiento.
—te aseguro que lograremos todo lo que nos propongamos, eso si, siempre y cuando nos esforcemos por lo que queremos.—vuelvo a hablar.
—espero que si, y no se convierta en un sueño frustrado.
Nos quedamos en silencio, cierro los ojos y siento una dicha enorme de estar junto a Tracy.
El tick de una cámara hace que abra los ojos.
—¿ me tomas desprevenido una foto?.—digo de manera cómica.
Asiente y hace un puchero.
—es que tu cara es muy adorable. Si hubiera una revista tuya, juro que la compraría para verte y  tendría colgado tu foto en mi pared.
De mi boca brotan carcajadas y ella me acompaña.
Le arrebató el cerular y ella se recuesta junto a mi lado.
—¿te apetece una foto juntos?.
—sip.
Enfoco la cámara.
—di "el pelinegro es un papucho".—ella estalla en carcajadas.
Hago clic en capturar la foto.
observo la foto, yo salgo mirando de reojo a Tracy y ella carcajeando.
—es una buena foto.—habla Tracy.
—es mi foto favorita.
—¿pero si es nuestra primera foto, cómo puede ser tu favorita?.
—porqué tu sales en ella.—hablo sin pensarlo.
Silencio.
Me da una mirada burlona y siento el calor invadirme.
—también es mi favorita, papucho pelinegro
Estallamos en risas hasta a más no poder.
Puedo decir que tenemos una conexión impresionante, encajamos como una hermosa melodía.
No con cualquiera puedes sentirte bien y en confianza.
Quien diría que en las personas menos esperadas puedes ser tu mismo.

El valor de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora