verdadera despedida.

6 1 0
                                    

Solemos ignorar las muertes por suicidios, porqué vivimos en una época donde los mayores mencionan que somos una juventud cristal, una juventud que pone pretexto y escusas como la depresión, problemas familiares o sociales, y que somos tan frágiles que buscamos la muerte. Ignoramos estos temas ya que muchos se guardan los problemas a través de una sonrisa, al decir "estoy bien" o simplemente nunca vemos a través de esa sonrisa y esos ojos tristes.
Nos creemos jueces al juzgar a las personas sin saber lo que viven o han pasado.
Por otra parte ignoramos el tema del ser víctimas de una violación, hasta que alguien cercano a ti o tú misma/o  lo vives. Hasta ese momento entendemos el sufrimiento de aquellas personas, de ese sentimiento y esas palabras atoradas que se guardan ya que no es fácil decir que han sido victimas de un acto tan atroz.
La vida de cada persona es diferente, y  la de Tracy fue como un lienzo de colores grises y tonalidades fluorescentes, era de esas personas que guardan mucho dolor, pero aún así tienen las sonrisas más sinceras.
Observo como bajan la caja donde yace el cuerpo de mi pelirroja, de la persona que más he amado en mis dieciocho años de vida. De mi amada pelirroja.
Su sonrisa. Sus dos hoyuelos que aparecían cada vez que reía.
Sus hermosos ojos azules que podrían describirse como vacios y fríos, pero si te acercabas y los observabas podías llegar a admirar el brillo en ellos. Y puedo decir que yo fui el afortunado de conocerla realmente.
Las conversaciones más absurdas que teníamos, pero que nunca aburrían.
Los anocheceres en el parque solitario.
Las visitas a la cascada, su lugar favorito. No importaba el lugar, importaba que ella estuviera conmigo, tan solo su presencia era suficiente para tener un día inolvidable.
Sus entradas peculiares en mi casa o yo en la suya.
Las canciones o sus doramas que veíamos.
Las noches que nos desvelamos hablando hasta el amanecer.
Los días juntos detrás del instituto.
Las metas que algún día nos contamos.
Ella quería vivir.
Ella quería ser una gran abogada.
Ella quería viajar.
Ella tenía tantas ganas de mejorar.
Simplemente ella quería ser feliz y encontrar paz.
Y todo se fue al abismo cuando le hicieron creer que fue violada.
Ella ya tenía suficiente carga de dolor y esto la terminó destruyendo.
Se supone que solo nos separariamos cuando cada uno iría a la universidad que había elegido.
Se supone que seguiríamos siendo todo.
Lagrimas resbalan sin importarme si me ven como una persona débil.
Nos han hecho creer que los hombres no debemos llorar, que no debemos mostrar nuestros sentimientos, pero que ideas tan malas nos han implantado.
Porqué esta bien sentir, esta bien llorar, esta bien enojarse o alegrarse, esta bien romperse y dejar al descubierto todo lo que nos atormenta sin importar el género ni la edad.
Quien diría que mientras la vida avanza para otros, para algunos se estanca. Quien diría que para algunos es un día aburrido y ajetreado y para otros es su final.

Todo a mi alrededor no existe, siento las manos de mis padres alrededor de mi, pero no importa.
Tan solo quiero que ella regrese, que me sonría, que me diga que está bien y que solo ha sido un mal sueño.
—lo siento cariño.—habla mi madre. Esas palabras me caen como un balde de agua fría.
No contesto.
Miro a mi alrededor y me doy cuenta que hay muchas personas.
Veo a una madre destrozada, pero más me duele ver a Mary y Alex quiénes se han derrumbado, del otro lado veo también a aquel rubio, también veo a una destrozada Melany, entre otros amigos.
Pero me jode ver al maldito de Sebastián fingiendo tristeza, cuando en vida fue el verdugo de Tracy.
Ella siempre ayudó, aún sin siquiera darse cuenta, muchos del instituto la admiraban por ayudarlos.
Sonrio débilmente.
Incluso a mi me ayudó, me enseñó que debo confiar más en  mi, que debo ser consciente de que clases de amigos quiero tener y sobre todo...me hizo sentirme vivo.
Tan solo ella mostraba una versión  seria, feliz, ruda....cuando en realidad nada estaba bien en su vida.
Me dejó caer cerca de su tumba, la cual empieza a ser rodeada de flores azules y rojas, sus favoritas.
Deposito las rosas azules en la tumba.
—mi pelirroja ¿porqué? ¿Porqué tú?.—mi vista se empaña por las lagrimas.
Abrazo la fría tierra.
—¿sabes?, tenias razón, hasta el profesor Joe sentia aprecio por ti.—volteo a verlo.— después de todo nunca estuviste sola, aún cuando te sentías así.
Sonrio débilmente imaginándome a Tracy con un sonrisa nostálgica por verme en este estado, por haberme abandonado.
—pero tampoco puedo ser egoísta, tu ya habías sufrido demasiado y tal vez la muerte fue tu única solución para tener paz.
Tracy siempre me recalcaba que nadie podía ayudarla con su propio dolor, ella lo haría sola.  Un día me dijo "entiende, aún cuando tengas a alguien de apoyo, cuando una persona no quiere salir de su tormento, no lo hara. Así que esta es mi batalla"
—y aúnque ahora yo tenga el corazón roto por tu partida, puedo entender que ya no habrá más dolor en tu vida.
Siento las gotas de lluvia y miro el cielo gris. 
No me importa empaparme, con tal de estar cerca de ella, aún cuando yace bajo metros bajo tierra.
Aún cuando ella está sin vida.
Noto que la mayoría de personas ya se han marchado.
—vamos hijo, no puedes quedarte, te enfermaras.—noto que mi padre se mantiene a mi lado y me rodea con sus brazos.
Tardo unos minutos en contestar, sintiendo el nudo en mi garganta y la presión en mi pecho.
—no quiero irme, porque eso significa que ella ya no estará.
Me abraza y queda frente a mi, es ahí cuando me doy cuenta que él también está llorando. Señala su corazón y cabeza.
Hasta el cariño de mis padres se había ganado.
—ella siempre estará en tu corazón y mente  charlie...
—duele, duele mucho. —me abraza.
—llora, desahogate, no te guardes lo que sientes. No trates de reprimir tu dolor.
Y tal como lo dijo.....termine rompiendo en llanto, grité, me aferre a su tumba, pero fue en vano....ella nunca volvería.
—¡no lo merecías, no merecías el inmenso dolor que tenías, no es justo! ¡tu merecías vivir! ¡ tu merecías ser feliz!...eras tan joven para morir.—grito con todas mis fuerzas.
Me aferro más a la tierra donde yace su tumba.
No quiero dejarla ir.
No quiero aceptarlo.
Mi padre me abraza, me sujeta, es mi ancla en estos momentos y se lo agradezco porque ahora mismo me he derrumbado y no sé cuándo me recuperare.
He perdido noción del tiempo y deduzco que pronto anochecera.
Me deshago de los brazos de mi padre.
Me levanto y limpio mis lagrimas.
—vamos a casa.—él solo asiente.
Tampoco quiero que se enferme mi padre.
Empiezo a caminar, pero volteo y algunas lagrimas caen.
¿Porqué tú?....mi pelirroja.
■■■■
Para los siguientes días solo me encerraba en mi habitación, veía los tantos dibujos de su hermoso rostro, escuchaba las músicas que algún día me enseño.....y como cada día terminaba rompiendo en llanto. No comía, no salía y mi habitación permanecía hecha un desastre.
Ni siquiera podía entablar una conversación con mis padres, aún ni siquiera les decía la verdad de los hechos que acabaron con Tracy. Había días en los que me sentía culpable de su muerte, de solo pensar que los culpables fueron mis antiguos amigos.

Los recuerdos. recordaba cada parte, gesto, expresión de ella. Cada día revisaba las conversaciones que algún día tuve con mi pelirroja, amaba escuchar los audios que me envió.
¿Así duele ver morir al amor de tu vida?, porque es como si una parte de ti muriera junto a ella. Y puedo asegurar que ella conocio mi versión feliz, pero también acabo con ella.

Pero también el dolor se convertía en querer cobrar justicia, en  venganza.
Haria todo lo posible para que aquellos que algún día llame amigos pagarán por la muerte de mi pelirroja.
Hasta el día de hoy que terminó levantandome. Me pongo la sudadera roja que me regaló y camino por la silenciosa calle.
La noche oscura me recuerda a las noches que me escabullia junto a ella.
Inhalo aire varias veces y veo la casa de dos pisos.
Toco el timbre y me abre su madre.
—¿puedo pasar?.—hace una señal para adentrarme.
El hinchazón de sus ojos realza que estuvo llorando.
—¿puedo ir a su habitación?.—corto el incómodo silencio y ella solo asiente con su cabeza.
Mis pies avanzan con lentitud, casi arrastrandome. Jalo el pomo de la puerta y suspiro.

El valor de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora