lo arruine

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CHARLIE CONNOR.
Miro con inquietud la ventana. No creo que Tracy se atreva a escabullirse en mi ventana a media noche.
Vuelvo perezosamente a mi dulce cama, pero el chillido de unas pequeñas ¿piedras? Me ponen en alerta.
Pero....¿qué?.
—Pss pelinegro aquí estoy.—me cae como un balde de agua fría escuchar su voz.
La veo colgada en una  gruesa rama del árbol que se encuentra junto a mi ventana, el árbol está casi pegado a la ventana. Quiero reír por la peculiar vista que tengo, pero me pongo en modo serio cuando veo que podría caerse. De inmediato me acerco y con cuidado agarro su mano para que pueda entrar por la ventana, sin embargo en el intento caemos en el piso, ella encima de mi. Le reclamaría el porqué se expone de esta manera, pero....su risa, joder es el sonido más hermoso que haya escuchado.
—¿pensaste que no vendría?.—pregunta.
Niego con la cabeza.
Me permito analizarla , su pijama de....esperen ¿ositos?. Ahora soy yo el que rie y la señala.
—la reina de la nieve si que me sorprende con su pijama.
—oh callate.—noto que sus mejillas se tornan de un carmín. ¿Cómo puede ponerse roja con este comentario y no con mis halagos de lo hermosa qué es?
—es lo primero que encontré....además se ven tiernos.
—tu te vez muy tierna.
—¿eso fue en doble sentido?.—dice divertida. Ahora mis mejillas de seguro están rojas.—y yo que pensé que eras un angelito.
—nop.—me alejo tratando de recuperar mi voz.
Bueno....tal vez soy un poco tímido respecto a esos comentarios y más cuando se tratan de Tracy. Ella es directa sin importar el tipo de comentario.
Vuelvo a reír. El silencio invade la invitación.
—¿paso algo? ¿O porqué tu llamada a media noche?.
Trato de no hablar tan fuerte, después de todo, mis padres están durmiendo y si me pillan me castigarán. Esto es nuevo para mí. Soy como el chico bueno que empieza a realizar locuras y a disfrutar la vida.
Agacha la cabeza, acerco mi mano con cuidado en su espalda, tratando de decirle que puede confiar en mi. Ella suelta un quejido de dolor ante mi toque.
Se aparta de mi y empieza a caminar por la habitación.
—¿qué tienes pelirroja?¿te duele algo?.
Ella niega con la cabeza.
—no me mientas, no soy tonto.—levanta su cabeza y por primera vez veo la fragilidad en sus hermosos ojos azules.
Cae de rodillas y de inmediato me acerco a ella.
—solo abrazame.—me acerco con cuidado y la abrazo. Temo a que me aparte de ella. Su perfume de mora azul me invade y me percato que ha estado fumando por el olor impregnado.
— puedes confiar en mi Tracy. ¿te peleaste o algo así? ¿Fuiste a esas peleas clandestinas que dicen?.
Veo que fue un error cuando me aparta.
Sus ojos vuelven a mostrarse fríos y no expresan nada. ¿Cómo puede cambiar de repente?
Es como si tuviera un camuflaje que puede cambiar en cualquier instante.
—no pensé que creyeras en esos estupidos rumores, que ingenua soy.
Me golpeó mentalmente por andar de boca suelta.
—lo siento....yo...
—Se acerca a la ventana   y está a punto de irse cuando voltea.
—Charlie tu eres todo lo bueno, oh eso puedo decir sobre los últimos días que te he estado conociendo. Y yo soy todo lo dañino para alguien como tú....yo también lo siento por creer que podríamos ser amigos, por un momento pensé que.....olvidalo.
—yo lo siento por lo que he dicho antes...no te vayas.
Sus ojos azules eléctricos vacilan y no me miran a mi por varios segundos, hasta que sus ojos se encuentran con los míos.
— es mejor para ti, yo ni siquiera merezco tener de amigo a alguien tan genial como tu.—termina por decir.
Esta a punto de irse pero la tomo de su fria mano.
—de nuevo te estás juzgando. Aún nose todo de ti, pero puedo asegurarte que no eres mala. No lo eres.—le contesto.
—eso dices ahora, aún  no has visto lo malo en mi.—se suelta bruscamente de mi mano.—solo no quiero dañarte Charlie.
—¿y cómo puedes dañarme según tu?.—le digo.—no te entiendo Tracy.
Su cara se torna roja y estalla exclamando lo siguiente:
—¡tengo ataques de ira, puedo decirte palabras hirientes, puedo hacer muchas cosas malas cuando no me controlo!—doy un paso atrás. Sus palabras hacen eco en mi cabeza.
No sé que decir ante eso.
No espera mi respuesta y se va. Mientras yo sigo en mi trance.
Su quejido de dolor. Su cambio de actitud. Agh soy un imbecil por mencionar sobre los rumores.
Tal vez en estos momentos me necesitaba y lo arruine.
Cuando vuelvo a ver por la ventana ya ha desaparecido.
Como siempre se va.
Vuelvo a mi cama y por media hora solo doy vueltas tratando de encontrar respuestas, pero no hay una con exactitud.
¿Qué es lo que te sucede pelirroja? ¿Quién provoca tu dolor? ¿porqué sueles tener ataques de ira?
■■■■
Doy una mordida a la hamburguesa y me concentro en la platica del par de amigos.
—ya viste, Ariana cada día esta más buena.—habla Jake.
Ethan voltea a verla sin discreción alguna.
—ya lo veo, creo que tendré una nueva conquista.—rie y le guiña un ojo a la tal Ariana y ella le sonrie picaronamente.
Me siento como el chico invisible a pesar de tener a alguien a mi lado.
Siento un ligero empujón.
Miro a Ethan con cierto enojo.
—creo que charl es gay.
—no lo soy.—contesto tranquilamente.
—¿entonces quién es tu conquista?.—habla Jake.
—nadie. No me interesa conocer chicas.
A mi mente viene aquella pelirroja.
Empiezan a reír los dos amigos que tengo.
—oh vamos dinos, somos hombres, somos amigos.—me pregunta Jake.
—ya te dije, no me interesa nadie.
Ellos ruedan los ojos.
—que aburrido eres Charlie, ya necesitas a alguien urgentemente para que te quite lo amargado.—escucho las tontas palabras de Ethan.
No contesto y empiezan a platicar entre sí.
Por suerte acabo el almuerzo y me voy a la clase de economía.
Paso por el baño, lavo mi rostro y me miro frente al espejo.
Salgo y volteo cuando visualizo esa cabellera rojiza.
Esta besando a un chico rubio.
Me quedo viendo la escena frente a mi y siento  algo removerse dentro de mi.
Paso por su lado y camino hasta el aula de economía. Me siento en la última banca, a los pocos minutos Tracy entra y me es imposible apartar mi mirada mientras camina hacia el asiento vacío de mi lado. Es hermosa, como siempre trae su jeans negros, blusa negra de una banda que desconozco y una chaqueta negra. Me he dado cuenta que ama los colores oscuros.
No digo nada, me siento un poco incómodo con la escena que acabo de ver minutos atrás.

Ella tampoco dice nada, después de todo, no hemos vuelto a hablar desde aquella noche. Tal vez  me estoy creando falsas ilusiones con ella, tal vez nunca lleguemos a ser amigos.
Me concentro en lo que el profesor Joe explica, pero me distraigo cuando veo como aquel rubio y otros chicos le mandan algunas miradas a Tracy, ella los ignora completamente ya que esta recostada mirando su cerular.
De repente Tracy se levanta y coge su mochila. Sale del aula sin importarle los gritos del profesor Joe.
¿Qué sucedió para que salga corriendo?.
No debería importarme.
¡ni tu te la crees!
Silencio cerebro, ella no es nada nuestro.
Ella no es nada mío. Me repito.
¡Por ahora!
Me golpeó mentalmente.
No me contradigas cerebro.
Me concentro en tomar apuntes y en escuchar atentamente al profesor.
No me llama tanto la atención esta materia,  pero tengo que aprobar.
Lo mío es dibujar.

El valor de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora