welcome to my life.

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"Deja de buscar desesperadamente la aprobación y el reconocimiento externo; sé tu propio espectador, busca tu propio aplauso".
-seneca

Me miro en el espejo del baño y veo el nuevo corte del labio no tan profundo.
Estar en el instituto es lo más seguro y por momentos puedo estar tranquila. Estoy por ponerme una nueva curita, pero la puerta es abierta bruscamente y volteo.
Lo primero que veo es una melena castaña y un par de ojos miel que me observan horrorizada.
Corto el silencio incómodo.
—¿estas bien?.—bueno eso ha sido una pregunta estúpida cuando claramente ha estado llorando. Le tiendo un pequeño pañuelo para que limpie su rostro empapado.
—yo...
—tal vez no es de mi incumbencia...
—tu ¿estás bien?, ese corte de labio no se ve nada bien.—dice en voz baja.
Sonrio.
—si, ya no duele tanto.—ella me mira sin creerme.
Estoy a punto de irme cuando vuelve a hablar.
—¡estoy arta de todos. Todos me juzgan y hieren con tontas palabras sobre que estoy gorda ¿acaso no les importa herir?!—sus sollozos se escuchan.
Bueno, nunca he sido buena para consolar, aún cuando estén frente a mi.
—la belleza no siempre radica en el físico.—me limito a decir.
—oh, vamos, no te burles....¿qué no te has visto?, tu eres hermosa, ese comentario no debería provenir de una chica como tú —me acerco a ella y pongo mi mano derecha en su hombro.
Estoy a punto de reclamarle sobre lo último. Una carita linda o cualquier persona tiene inseguridades, que no las mostremos no signifique que no la tengamos.
—no lo digo con esa intención, además no necesitamos aprobación de alguien cuando uno se ama a sí mismo.
—¿a qué te refieres?.—hay un ligero temblor en su voz.
Aparto mi mano.
—primero debes amarte a ti misma, el amor propio es lo esencial para sentirte bien en esta sociedad que rige tontos estereotipos.—saco un cigarrillo para controlar la ansiedad.
—vale, es fácil decirlo, pero cuando alguien no sé ama a sí misma le es más fácil creer los comentarios negativos de cualquier persona.—expulso el humo.
—claro que no es fácil, todo es un proceso de aceptación, querida castaña.—ella sonrie.—tengo que irme.—tiro la colilla en el basurero.
—gracias Tracy.—volteo de nuevo.
—¿como sabes mi nombre?.
—pues más bien te conocen como la chica ruda., pero a decir verdad no te veo como alguien así.—río por lo que dijo.
—¿eso es un halago?¿ chica ruda?, que tonterías ,¿no tienen un nombre más creativo?.....ahora si me voy.
—soy Melany.—dice con timidez.
—tu ya sabes mi nombre.—le sonrio.
—espera...¿y tú? ¿No me quieres contar lo que te ha pasado?.—le sonrio.
—estoy bien, solo fue una herida por haberme caído.
—entiendo.—dice, pero su mirada dice lo contrario.
Salgo del baño sin responder. Tampoco me voy a quedar a hablar con una desconocida sobre mis problemas.
Sujeto mi mochila y
entro con desgana a la clase de economía.  Ver al pelinegro recostado en el ultimo asiento hace que me dirija hasta él. Creo que después de todo me he pasado en estarlo ignorandolo.
Exactamente casi una dos semanas y media.
Oh más bien algo que me es inexplicable me incita a conocerlo.
Me permito admirar la gran vista que tengo frente a mi. Su cabello desordenado me hace volver a querer enredarlo entre mis dedos, pero tampoco quiero tocarlo, ni incomodarlo. Sus lentes acomodados me niegan ver sus lindos ojos negros que se encuentran con los párpados cerrados.
¿Te agrada tanto la vista...o es qué te gusta?
¿No eso es ilegal?
Callate consciencia.
Mis mejillas arden cuando veo que el pelinegro me sonrie con picardía.
Tomo asiento a su lado y trato de ocultar mi sonrojez.
Mierda.
¿qué me está pasando?, no suelo ponerme roja, ni menos por hacer algo malo.
Me estoy viendo tan diferente en estos momentos.
—eh hola.—me siento a lado suyo.
■■■■■
CHARLIE CONNOR.
La risa nerviosa de Tracy hace eco en mis oídos y eso me agrada. Ahora conozco este lado suyo.
—oh vamos pelirroja me has estado observando como si fuera una obra de arte .—le recalco por quinta vez.
—tal vez si lo hecho, ni yo sé el porqué lo hice.—¡hasta que por fin lo admite!
—si querias una pose recostado en el escritorio me la podriás haber pedido.—le digo.
—¿lo último es en doble sentido?—ahora lo noto.—y yo que pensé que eras un angelito.—me acusa. Empieza a reír con burla.
Desvío mi mirada. De repente la temperatura subió. Sabe que sus palabras calan en mi ser y lo juega a su favor.
—y yo que pensé que no era tu tipo.— le devuelvo de su propia medicina. Enarco una ceja con suma gracia.
Ahora es su turno de no saber que contestar y solo rie nerviosa.
—las personas solemos cambiar de opinión.
Me recargo en el pequeño escritorio y ella me imita.
—lo siento por mi indiferencia.—habla de nuevo.
—no te preocupes sé que lo merecía.
—no, no lo mereces. perdón si te dije algo hiriente.
—pues te perdono.
Su rostro es tan hermoso que podría describirlo por horas.
Noto la curita en su labio, significado de un corte de labio. No pregunto, tal vez porqué no quiero que me vuelva a ignorar por dos semanas.
No la forzare a que me diga algo que no quiere.
Pero puedo estar seguro que algo malo sucede con ella.
—¿qué tanto me miras?.—me dice.
—estoy admirando lo hermosa que eres.
Silencio.
Hasta que por fin me regala una sonrisa. Una sincera. Una que hasta ahora veo y que he quedado fascinado. Guardo este momento en mi memoria.
El azote de un libro nos sorprende a ambos y mi cara se pone en blanco.
La cara enojada del profesor Joe es lo que visualizo.
—¡estos son el claro ejemplo de que estar enamorados los hace perder la concentración en lo que verdaderamente importa!.—habla y el resto de la clase empieza a reír y mandar indirectas amorosas.
—no somos unos  enamorados profesor Joe.—contesta Tracy.—y claro que estamos prestando atención.
El profesor enmarca una ceja que hace que se vea sumamente gracioso.
Quiero reir por la graciosa situación.
El profesor Joe alegando que somos un par de enamorados que interrumpen su gran clase y mientras tanto una Tracy refunfuña en que no somos novios.
—siga con la clase profesor Joe. No volverá a suceder.—interrumpo y trato de parecer lo más serio.
El profesor nos señala.
—más les vale, última vez y se van a dirección par de enamorados.—nos acusa.—agh estos jovencitos de hoy en día, en mis tiempos todos prestaban con suma atención a las clases, sino se llevaban un buen reglazo.
Mi acompañante y yo nos quedamos rígidos como unos soldaditos regañados.
Cuando la clase continua reímos discretamente por la situación.
Ella voltea a verme de reojo y hago lo mismo.
—es un viejillo amargado....pero seguro que nos quiere.—menciona y río discretamente.
—tal vez ¿te digo algo?.—pregunto.
—dime.—contesta mientras mira lo escrito en la pizarra.
—gracias al profesor Joe es que tuve la valentia de hablarte, así que debería darle algo en forma de agradecimiento.
Empieza a reír.
—¿es enserio?.—me pregunta.
—si, ¿sabes?, siempre tuve curiosidad por ti.
No contesta durante unos minutos.
Hasta que vuelve a centrar su mirada en mi.
—¿estas seguro de querer conocerme Charlie?, te advierto que puedo envolverte en mi veneno.
—-quiero entonces probar de tu veneno.—contesto de inmediato.—si eso implica formar parte de tu vida.
Ella cierra sus ojos por un momento y vuelve a abrirlos.
Para este momento ya ha terminado la clase y nosotros somos los únicos en el aula.
Tracy me pasa un audífono y hace la señal de ponerlo en mi oído.
—solo escucha esta canción, al final elegirás si quieres quedarte o irte.
Ella se coloca el audífono y por lo visto rebusca la canción en su cerular.
La canción inicia y su letra me intriga de inmediato.

Do you ever feel like breaking down?
Do you ever feel out of place?
Like somehow you just don't belong
And no one understands you
Do you ever want to run away?
Do you lock yourself un your room?
With the radio  on Turned  up so loud
That no one hears you screaming.

Volteo  y miro su perfil. Sus ojos se mantienen cerrados.
abre sus ojos y pronuncia las siguientes palabras.
—bienvenido a mi vida.—quito el audífono. Ella voltea a mirarme.
—¿porqué esta canción?.—mencionó.
—porque define mi vida. La canción se llama así welcome to my life de simple plan.
Ahora veo una Tracy diferente. Una que es distinta a como siempre se muestra.
No hay tanta frialdad o vacio en sus ojos.
Después de todo....hasta el ser más oscuro puede revelar su verdadera esencia de pureza.
—¿aún así quieres conocerme?, sobre advertencia no hay engaño.—cruza sus brazos en el pequeño escritorio.
La letra. Sus ojos fijos en mi, que se han suavizado un poco.
—aún así quiero.
Me da una sonrisa de boca cerrada.
—¿amigos?.—me pregunta con desconfianza.
—amigos.—le contesto con seguridad y con una sonrisa plasmada en mi rostro.

Ahhhh este es el comienzo de estos dos.
Escuchen la canción, les mencionó que la banda simple plan estará muy presente en esta historia.

El valor de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora