no comprendo

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CHARLIE CONNOR.
Rio ante una broma que ha hecho Melany. Últimamente hemos estado compartiendo más tiempo juntos. Y puedo decir que es una chica agradable., además  hemos compartido anécdotas graciosas de nuestra infancia.
Pongo mi bandeja de comida en la mesa y me siento. Pruebo la gelatina de fresa.
—tengo dos entradas para el cine esta noche.—dice alegremente Mel.—eran de mi hermano pero no logro que aceptara la chica que le gusta. Así que podríamos ir ¿qué dices?.
Doy un trago a la botella de agua. Miro los ojos alegres de Mel.
—no podre ir.—le digo y su sonrisa decae.—no te lo tomes a mal, pero ya tengo planes.
—no te preocupes, entiendo.—me responde y vuelve a recomponer su sonrisa.—entonces iré sola, no me perderé por nada el estreno de esta película que he esperado por meses.
Y es verdad, ya tenía planes. Como cada tarde, durante estas dos semanas no dejaba de ir a casa de Tracy, aún cuando solo me quedaba por algunas horas viendo su ventana. Ya que no era bienvenido, pero al menos me alegraba verla, aún cuando ella no se percatara de mi existencia.
Por otro lado el par de ex amigos que tenía ya no me habían molestado, al contrario, cada que pasaba por su lado ellos evitaban mirarme y no entendía el porqué. Una que otra vez veía que Jake quería acercarse a mi pero algo lo detenía.
Dejo mi comida a la mitad cuando visualizo esa  cabellera roja. Ni un mensaje, ni una visita de su parte, ha ignorado cada recado que le he dejado a su madre y los mensajes que le he escrito.

Estoy  algo molesto, preocupado y desilusionado de que ella no haya tratado de comunicarse conmigo. Tan solo quiero preguntarle el porqué no asistío ese día a la exposición, el porqué no ha asistido al instituto. solo quiero respuestas ante su actitud y distanciamiento. Ver su mirada perdida hace que frunza mi ceño y de inmediato me levanto. Solo puedo asumir que el problema es su padre.
—¿qué pasa?.—dice Mel.
Señalo con mi cabeza a Tracy y ella de inmediato capta.
—es ella, nos vemos luego.—me levanto del asiento y me pongo mi mochila.
—voy contigo hace rato en clases salió corriendo por mi culpa.—le señaló que se quede en su lugar.
—necesito ir yo solo.—le respondo.
Empiezo a caminar sin esperar su respuesta. Tan solo quiero abrazar a la pelirroja. Tan solo quiero cuestionarle de todo.
—esta bien, ¡charlie!—me detengo ante la desesperación con la que dijo mi nombre.
—¿qué pasa Mel?—pregunto y veo en su mirada que se debate entre decirme o no.
—Tracy ya no es ella misma, algo le ha ocurrido. Por favor cuidala, tu eres el más cercano a ella. Es mi amiga y no me gusta verla sufrir.
No contesto y solo dirijo mi mirada a Tracy. No es común verla con ese semblante tan decaído, con su mirada viendo hacia el suelo y con unas gafas oscuras. Veo como su figura desaparece por el pasillo. Corro para alcanzarla. Una vez estoy a una distancia cercana la sigo en completo silencio, al parecer no se ha percatado de mi existencia. Su olor a mora azul no está. Al final llegamos a la parte trasera de la escuela.
La miro sentada en el árbol, y es ahí cuando noto, y puedo sentir el dolor y verla así me destroza.
Sigo avanzando y el crujido de algunas hojas hacen que ella levante su mirada.
Sus gafas no me permiten ver sus  bonitos ojos azules pero si noto como  lágrimas se deslizan por su rostro. Segunda vez que la veo tan frágil, pero en esta ocasión es como si estuviera más rota de lo que ya está. No entiendo.
Tracy no dice nada y de inmediato agacha su mirada, me arrodillo frente a ella y le quito con cuidado la capucha y las gafas. Esta temblando.
—dime ¿qué ha pasado?, me duele tu silencio.—me atrevo a cortar el incómodo silencio. Tracy se limpia con brusquedad las lagrimas. Me sorprende su actitud.
—solo vete Charlie.—su manera fría de decirlo y que diga mi nombre me confunde.—quiero estar sola.—mis brazos la rodean.
—no puedo hacerlo cuando estás en este estado...no me iré, no te dejaré sola. —respondo inmediato.
Me da un ligero empujón separandonos por completo.
—¡que te vayas!.—grita.—¡vete, vete, no te necesito, no necesito a nadie! ¡jodanse todos y déjenme en paz!, solo quiero paz...¿es mucho pedir eso?.
Noto que sus ojos están rojos y eso solo indica una cosa.....se ha drogado.
La sacudo.
—¿dime porqué estas consumiendo drogas? Contestame Tracy, ¿qué está pasando contigo?.....maldita sea, háblame, no cumpliste tu promesa,  desapareces por  semanas y......joder me he preocupado mucho, ¿qué hizo tu padre?, dime ¿quién ha provocado tu dolor?, ¿qué es lo que te sucede?
—su silencio me mata por dentro.
Tiro de mi cabello sin entenderla.
Su mirada perdida y sus ojos con lagrimas al borde de caerse me rompen.
La abrazo con cuidado. La abrazo fuerte, transmitiendole que puede contar conmigo. Que no está sola. Que tiene a un amigo, a un confidente, a una persona que la ama y esta dispuesto a todo por ella. Que su dolor, es mi dolor.
—¿estoy aquí entiendes?, no te dejaré sola. Me tienes a mi. Yo no me iré aun cuando me quieras apartar de tu vida.
Despues de unos segundos corresponde a mi abrazo con fuerza. Sus brazos se aferran a mi.
—¡no puedo charl, no soy tan fuerte, ya no puedo!—no entiendo a lo que se refiere.
Mierda no entiendo la situación o  que le ha pasado para que diga esas palabras.
¿Cómo todo puede cambiar de un momento a otro?.
—resiste cariño, eres fuerte, ¿entiendes?, eres la chica más fuerte que he conocido.
Con voz apenas audible y entre lágrimas dice;
—ya...no puedo y me odio por no ser fuerte.
—no, no pienses eso ¿eres fuerte, me entiendes?...te llevaré a casa.
No contesta.
La cargo entre mis brazos y noto que ha adelgazado más.
Su rostro ha perdido aquel brillo. Su mirada retadora ha sido remplazado por una de fragilidad. Verla en este estado hace que un nudo se instale en mi pecho.
—vamos a la cascada, a mi lugar favorito.—me susurra en el oído.
—a tus órdenes mi pelirroja.—veo como sonríe un poco. Se acurruca entre mi pecho.
—te quiero mucho, nunca lo olvides mi pelinegro.—esas palabras calan en mi ser. Es extraordinario escuchar esas palabras de la persona que quieres y  que amas.
Sus pequeños suspiros hacen que baje mi mirada y veo como duerme tranquila.
—el sentimiento es mutuo pelirroja, eres la persona que atesorare por el resto de mi vida.—le contesto aún cuando ella se ha quedado dormida.
Entre pedir permiso y llegar a nuestro destino pasan alrededor de dos horas.
Nos sentamos en el gran árbol, Tracy se recuesta en mi hombro y cierra sus ojos.
Pierdo la noción del tiempo. Ninguno ha dicho nada y me está matando por dentro verla en este estado. En el camino logre comprarle su helado favorito pero ni siquiera ha comido nada y eso solo significa que algo realmente malo ha pasado.
—¿soy mala?.—su pregunta me desconcierta.
—sabes que no lo eres.—respondo de inmediato. Tracy se consideraba mala. Ella desde hace mucho estaba combatiendo contra esos pensamientos negativos.
—¿entonces porqué tanto dolor?.
Tardo unos segundos en responder. Me sincero con lo que digo.
—no lo sé cariño, a veces la vida es injusta.
Cierro mis ojos, todo está pasando de repente.
—promete algo.—volteo a verla.
—dime.—respondo un poco confundido.
—debes ser feliz pase lo que pase.—tardo unos segundos en responder.
—¿a qué viene esto?.—le pregunto con confusión.
—solo prometelo pelinegro.
—...lo prometo.
¿es porqué cada uno se irá a diferentes lugares?
Asiente sin abrir sus ojos y lagrimas deslizan de su rostro.
Eso me jodia, faltaba menos de un mes  para salir del instituto e ir a la universidad.
Había sido seleccionado en una reconocida universidad de arte en New York y eso me ponía feliz, pero tampoco quería que Tracy se fuera. Ella también había sido aceptada en una prestigiosa universidad en New Jersey.
Acaricio su cabello y nos dejamos llevar por el tranquilo silencio.
—te amo pelinegro.—dice de repente.
Abre sus ojos azules cristalizados por sus lágrimas. No me cansaré de ver sus hermosos ojos azules.
—el sentimiento es mutuo pelirroja.—tira de mi blusa y nuestros labios chocan de una manera lenta.
—siempre serás lo mejor que le ha pasado a mi oscura vida.
—también eres y serás lo mejor que le ha pasado a mi aburrida vida.
—charlie eres un chico tan genial, tan único, nunca cambies  ni por todo lo malo que pases.
—¿porqué me dices esto?.
—dicen que no todo es para siempre, recuerdas cuando te dije que las personas solo vamos de pasada en la vida de alguien más, algunas se quedan y otras se van.
—claro que lo recuerdo, pero insisto ¿porqué me dices esto?
¿Porqué esto suena como una despedida?.
Vale, solo estoy exagerando.
—porque quiero que pase lo que pase entre nosotros no te perjudique.
—esto es extraño, lo que me dices, me estas preocupando ¿dime que te ha pasado?
Aparta la mirada y siento la ausencia de su calor corporal cuando se aparta de mi.
Solo veo cómo enciende un cigarrillo. Que por cierto, ya no era tan frecuente que fumara.
Veo como se aleja y se sienta cerca de la cascada.
El clima nublado anuncia que pronto lloverá, ya que en estas fechas es cuando llueve.
Me acerco hasta ella, pero parece tan absorta en sus pensamientos que no se da cuenta.
Me siento a su lado y le susurro.
—sabes que puedes contarme lo que sea ¿verdad?, estoy contigo, no estás sola pelirroja.—ella voltea y me queda mirando como si fuera una reliquia o la sexta maravilla del mundo.
—lo sé, gracias por todo, por estar conmigo, por ser tan testarudo y querer conocerme.—sonrio con lo último.—gracias por ser ese rayo de luz en mi oscura noche.—ella sonríe y acaricia mi mejilla.
Sonrara tonto pero  ¿porqué de pronto siento un sentimiento incómodo, como si sus palabras fueran un adiós?
Tal vez solo estoy sobrepensando.
Agarro sus manos que sigue acariciando mis mejollas, están frías y muy delgadas y las uno con las mías.
—no tienes nada que agradecer, yo soy el afortunado de haberte conocido.
Ella vuelve a sonreír con lentitud y se recarga en mi hombro. Miramos el cielo nublado, y solo nos quedamos escuchando el sonido de la cascada.
Después de un rato en silencio vuelvo a preguntarle. Quiero saber los motivos de su desaparición.
—¿todo esto es por tu padre?...¿volvió a lastimarte?.—ella no responde durante algunos segundos.—¿ porqué no contestabas ninguno de mis mensajes?.
—Lo siento, solo quería estar sola...  Sebastián volvió a lastimarme y tuve que recuperarme antes de volver a la escuela.
Sus ojos mienten, puedo verlo.
—¿porqué siento que me mientes?.—aparta su mirada.
—...esa es la verdad.—me mira fijamente.
—¿y porqué no fuiste a mi exposición de artes?, te esperé y no llegaste. Me sentí desilusionado, me habías prometido que irías y tan solo me lleve una gran decepción.—agacha su mirada y juguetea nerviosa con sus manos.
—perdóname por no cumplir.—sus ojos cristalizados se encuentran con los míos.—solo me quedé en casa. Sebastián llegó más temprano de lo habitual y empezaron los gritos y golpes.
Le creo. Pero me jode saber que Tracy tiene que aguantar los maltratos de un padre  machista.
Acerco mis dedos a sus mejillas y retiro las lagrimas.
—debemos denunciarlo Tracy, esto no puede seguir así.—su barbilla empieza a temblar.
—tengo mucho miedo. No soy tan valiente.—su llanto me hiere de alguna manera. La vuelvo a abrazar.
Tengo que decírselo a mis padres. Tengo que revelar la violencia intrafamiliar que sufre Tracy.
Aún con las respuestas que me dio siento que hay algo más...

¡HOLI!
😭ASI ESTABA ESCRIBIENDO EL CAPITULO.....LLORANDO.
MI NENA NO MERECE ESTO.

ESTAMOS A LOS CAPITULOS FINALES  .
GRACIAS POR SU APOYO.
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El valor de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora