Camino hasta la cocina en busca de un vaso de agua y encuentro a mamá junto con Gail, ayudándola con lo que supongo que son unos pequeños aperitivos de pan de pita con queso y fruta.
Los favoritos de papá.
-Buenas noches mamá, buenas noches Gail -saludo, buscado el vaso en los gabinete.
-Buenas noches cariño -musita mamá.
-Buenas noches Phoebe -saluda Gail, con una amplia sonrisa.
-¿Dónde está papá? -pregunto.
Quiero saber que tengo la oportunidad de hablar con mamá con la tranquilidad que necesito sin que papá escuche, aunque sé que lo más probable es que mamá hable con él después.
-En su estudio. -Responde mamá, espolvoreando un poco de pimienta sobre el pan de pita.
-Tengo que hablar contigo -murmuro y mamá fija su mirada sobre mí de inmediato.
-Deja que le lleve esto y podremos hablar tranquilas -murmura con una cariñosa sonrisa-. Estará muy ocupado y sé que no nos interrumpirá mientras hablamos.
Asiento y la veo salir de la cocina con el plato y una copa de vino en las manos. Regresa un par de minutos más tarde y toma dos copas del gabinete, la botella de vino y me indica que salgamos de la cocina con un leve movimiento de cabeza. Yo la sigo hasta la terraza con vista al mar y nos dejamos caer en una silla cada una.
-¿Qué ocurre cariño? -pregunta, sirviendo en una de las copas.
Me la entrega y sirve en la otra. Bebo un generoso sorbo antes de contestarle.
-En realidad, nada malo -respondo, mirando mí copa para después verla a ella-. Sabes que fui a cenar con Josh hoy, ¿verdad? -mamá asiente ligeramente-. Hable con él acerca de lo que conversamos en nuestro almuerzo.
Me mira un poco dudosa antes de asentir de nuevo.
-¿Te parece bien que hables con él mañana? -pregunto, bebiendo otro sorbo de mi copa.
Me imagino que piensa en la distribución que tiene su agenda mañana y en si puede o tiene un momento para hablar con Josh.
-El miércoles es nuestro aniversario y dice que me tiene una sorpresa y el jueves tiene que organizar todo para regresar a Nueva York.
Mamá me mira con esa sonrisa tan tierna que siempre nos ha regalado desde que éramos niños y me hace sentir como si volviera a tener cinco años.
-¿Serán cinco meses, no? -pregunta, tomándome por sorpresa y bebe un sorbo de su copa.
-Sí, serán cinco meses -respondo, sonriendo sin poder evitarlo.
Me pregunto qué será lo que Josh tendrá planeado. Siempre me han encantado las sorpresas y él lo sabe perfectamente.
-De acuerdo -musita mamá-. ¿Podrá mañana a la hora del almuerzo?
El que mamá este tan de buena disposición me sienta de maravilla tras los difíciles momentos que llego a tener con papá.
Los nervios me carcomen por dentro y no soy capaz de dar bocado a mi almuerzo. El simple hecho de saber que mamá y Josh se encuentran almorzando a estas horas me provoca unos nervios atroces y mi estómago se cierra de solo pensar en cómo estará transcurriendo el almuerzo.
La mañana en Grey House ha sido tranquila. La reunión de esta mañana nos sirvió de actualización acerca de las empresas en las que papá ha estado interesado y sobre cuáles son las que ya ha adquirido y su desenvolvimiento.
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Las Sombras de mi Padre
RomancePorque cincuenta sombras no son faciles de olvidar. Prohibida la copia parcial o completa de esta obra. Parte de los personajes me pertenecen. Otros pertenecen a E.L. James. Todos los derechos reservados. ©2015, Catherine Perez Palma