La alarma de mi teléfono comienza a sonar con fuerza y tengo que obligarme a levantarme para poder apagarla. Es lunes y aunque me gustaría seguir durmiendo, tengo que prepararme para ir a trabajar. Josh refunfuña algo a mi lado y envuelve mi cuerpo con uno de sus brazos, pegándome contra su cuerpo.
El calor de su cuerpo me hace sentir como en casa y su suave respiración me causa pequeñas cosquillas en el cuello.
-Josh, cariño, tenemos que levantarnos -en respuesta él solo vuelve a gruñir y yo sonrío levemente.
Me recuerda a Ted cuando tenía alrededor de los diez años y no quería levantarse para ir a clases. Con un poco de dificultad me suelto del agarre de Josh y salgo de la cama para dirigirme al baño.
Ingresó, pensando en que podré hacer para desayunar ya que Josh empieza hoy también en el nuevo bufete. Me sobresalto al sentir las manos de Josh sobre mi cuerpo y luego deja un corto beso en mi cuello.
-Cariño, tenemos que ir a trabajar -musito con la respiración agitada.
¡Dios mío! ¡A penas y me ha tocado y siento que he corrido un maratón entero! Suelta un gruñido contra mi piel y la vibración retumba por cada poro de mi cuerpo, mientras, sus manos comienzan a recorren perezosamente mi cuerpo y poco a poco me voy encendiendo como si fuera una flama.
-Josh...
Su erección choca contra mi espalda baja y me pierdo entre sus caricias y lo que me provocan.
Termino de arreglarme con algo de prisa mientras Josh se arregla a mi lado con una sonrisa de victoria sobre el rostro. Tengo que olvidarme de la idea de preparar el desayuno o llegaremos realmente tarde al trabajo. Me coloco los tacones y busco mi maquillaje. Me toma sólo cinco minutos terminar de alistarme y al parecer, a Josh también.
Sobrio un poco cuando veo su corbata un tanto torcida y me acerco hasta él.
-¿Estas lista? -pregunta, apoyando ambas manos en mi cintura.
-Yo si, a ti te falta un poco -murmuro y llevo mis manos hasta su pecho y dejo una pequeña caricia antes de acomodar el nudo de su corbata.
Josh sonríe ante ese gesto y me besa cortamente.
-Ya debemos marcharnos y pasar a comprar algo de desayunar.
-Andando entonces -musita, cual niño inocente y me saca una sonrisa.
Tomo mi cartera junto con las llaves del coche y Josh guarda su billetera en el bolsillo de su pantalón. Revisamos que todo este apagado y salimos del apartamento. Son las siete y media y tenemos que estar en nuestras respectivas oficinas a las ocho, especialmente Josh, por ser su primer día.
Durante el camino escuchamos las noticias matutinas y disfrutamos de la poca tranquilidad que transmite las calles de Seattle. Josh se detiene frente a un Starbuscks que no parece tener mucha gente.
-¿Vienes conmigo o prefieres esperar aquí? -pregunta con esa pequeña sonrisa.
-Te espero aquí.
-¿Lo de siempre, preciosa?
-Si, y un sándwich de jamón baicon y queso.
Asiente antes de salir del auto y entra al establecimiento. Sale cerca de diez minutos después con una bolsa marrón en una de sus manos y los cafés en la otra. Bajo mi ventana para que me pase ambas cosas y el pueda ingresar al auto sin dificultad.
-Café Mocca y sándwich de jamón baicon con queso para mi chica. El sándwich esta caliente, aprovecha el tráfico para que puedas comer -musita y me guiña un ojo.
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Las Sombras de mi Padre
RomansaPorque cincuenta sombras no son faciles de olvidar. Prohibida la copia parcial o completa de esta obra. Parte de los personajes me pertenecen. Otros pertenecen a E.L. James. Todos los derechos reservados. ©2015, Catherine Perez Palma