La luz se infiltra suavemente a través de las ventanas que olvidamos cerrar anoche y estiro la mano en busca del cálido cuerpo de Josh pero solo obtengo un espacio vacío a mi lado. Me estiro levemente y tengo que obligarme a mí misma a levantarme.
La cama estaba hecha un revuelto de sabanas y mis mejillas se enciende y calientan con rapidez al recordar por qué el estado de las sabanas y la cama.
Me paso la mano por el cabello sabiendo que puede estar hecho un desastre y una tonta sonrisa se aparece en mi rostro y mi sonrisa se incrementa al ver a Josh ingresar a la habitación con tan solo un pantalón de pijama negro.
Tiene el cabello desordenado y una sonrisa condenamente sexy y seductora.
-Hola preciosa -musita y se acerca con ese andar tan peligroso que me provoca un ligero estremecimiento.
-Hola.
Apenas puedo hablar cuando se aproxima hasta mí, gateando por toda la cama. Los músculos de los brazos y de la espalda se le marcan con facilidad y se me nubla la mente. Cuando llega a estar a escasos centímetros de distancia, mi cuerpo se tensa por la anticipación de que lo pueda hacer y me vuelvo liquido en sus brazos cuando mordisquea delicadamente mi labio inferior.
-En definitivo no me cansare nunca de ti -musita y me aferro a las sabanas para evitar saltarle encima.
Sus dedos juegan con un mechón de mi cabello antes de acomodarlo detrás de mí oído y la caricia que dejan en su retorno me hace inclinar la cara contra su mano.
-Estás sorpresivamente callada esta mañana, ¿ocurre algo malo? -pregunta con el ceño ligeramente fruncido y su preocupación me desarma.
-No, solo disfruto del momento -musito suavemente y puedo ver como todo su cuerpo se relaja ante mis palabras-. ¿Donde estabas?
-Preparando el desayuno.
Me sonríe ampliamente y yo imito su sonrisa.
-Solo venia a ver si ya habías despertado. -Vuelve a mordisquear mi labio inferior y yo cierro los ojos, disfrutando de la sensación que recorre todo mi cuerpo-. Aunque hubiese preferido despertarte yo mismo.
Su boca desciende por todo mi cuello y yo sigo aferrándome a la sabana que cubre mi cuerpo. Su boca sigue descendiendo y mi cuerpo entero convulsiona por las caricias que deja a su paso. Me inclina levemente hasta apoyarme contra el colchón y siento como poco a poco sus labios van quitando la sabana que me cubre.
¡Oh dios! Siento que soy lava pura y que lentamente voy aumentando la temperatura. Cuando sus labios aprisionan mi pezón entre ellos, me arqueo contra su cuerpo y me aferro con fuerzas a sus cabellos.
La mente se me nubla del deseo y la pasión que lentamente va creciendo dentro de mi cuerpo. Sus caricias hacen eco por toda mi piel y me pierdo en su boca cuando reclama la mía nuevamente.
Lo deseo. Lo deseo locamente aquí y ahora.
Aparta la sabana que cubre mi cuerpo y yo enredo mi piernas en su cintura para acercarlo mas a mi. Las sensaciones que producen sus labios sobre mi piel me hacen sentir que vuelo y no puedo contener los murmullos de placer.
Trato de empujar su pantalón de pijama hacia abajo pero no consigo bajarlo mucho y la necesidad de sentirlo dentro de mi me consume lentamente y Josh, impaciente, termina de sacarse el pantalón de pijama junto con sus bóxers.
Su miembro duro se roza contra mi cuerpo y no soy consciente de cuando se coloca el preservativo pero me derrito entre sus brazos al sentir como entra en mi cuerpo de una sola embestida.
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Las Sombras de mi Padre
RomancePorque cincuenta sombras no son faciles de olvidar. Prohibida la copia parcial o completa de esta obra. Parte de los personajes me pertenecen. Otros pertenecen a E.L. James. Todos los derechos reservados. ©2015, Catherine Perez Palma