La reunión con la familia fue lo que realmente se esperaba. El aumento de la seguridad para todos los miembros de la familia fue algo a lo que papá no le dio vueltas, dejándoles conocer a todos sobre la decisión. Tia Mia casi pone el grito en el cielo al escuchar a papá y la reacción de tía Kate fue la que papá esperaba.
Y aunque hubiese preferido que el tema de la carta no saliera a colisión, fue lo único que sirvió para que todos finalmente aceptaran. Las preguntas por parte de todos no tardaron en llegar y deseaba que terminaran con el tema.
La idea de revivir todo por lo que Josh y yo nos vinos sometidos a causa de ella, no era algo que quería tratar a menudo.
—Josh, ¿podemos hablar, por favor? —pregunta Ted, acercándose hasta donde nos encontramos sentados.
Cohibido y algo temeroso no la imagen que suele proyectar Ted normalmente. Siempre ha sido tan imponente como papá, pero verlo de este modo me sorprende y quizás, quiere arreglar las cosas con Josh y reconstruir su amistad.
Por un momento, Josh se tensa a mi lado y Ted parecer darse cuenta de ello.
—No será nada malo, lo prometo.
Después de unos segundos, Josh finalmente asiente y se pone de pie con un poco de lentitud. Camina al lado de Ted hasta que los veo salir por las puertas que dan al patio de la casa.
Espero con ansias que Ted solucione todas sus diferencias con él y que vuelvan a ser los mejores amigos que solía ser.
Mientras ellos conversan en el patio de la casa, yo me encamino hacia la cocina, donde probablemente consiga a mamá y a Amanda. Dos amantes de la cocina en potencia.
Ambas están haciendo de las suyas, picando pequeños aperitivos para todos. Mamá me sonríe y vuelve a prestar atención a los aperitivos que cocina con Amanda. Lucen y deben saber deliciosos.
—¿Qué están preparando? —tomo un vaso de los gabinetes y busco un poco de jugo dentro de la nevera.
—Unas cuantas focaccias —responde mamá, esparciendo unas cuantas hiervas sobre el pan.
—Huele delicioso.
—Espera a que estén dentro del horno. Olerá mucho mejor —musita Amanda, encantada con el platillo.
—¿Tú padre sigue en el estudio? —pregunta mamá, cortando un poco de queso para acompañar las focaccias.
Hace un buen rato que está en el despacho con el abuelo en compañía de Taylor, tío Elliot, tío Ethan y la inquisidora tía Kate.
—Si, supongo que están concretando el asunto de la seguridad.
—Cuando pasó el accidente de Josh esperaba que Christian aumentará la seguridad, pero ahora que prácticamente viven bajo amenaza, no me imagino la cantidad de guardias que tendremos.
Amanda suspira y me regala una media sonrisa que le devuelvo enseguida.
Veinte minutos después, mamá ha logrado sacar a papá del estudio y Josh y Ted parecen haber hecho las pases. Las focaccias estaban deliciosas y el ambiente se había aligerado bastante con el transcurrir de la noche.
La noche esta cálida y Josh y yo disfrutamos de las frescas corrientes de aire que abanican los arboles y los arreglos florales de la abuela.
Las manos de Josh me recorren despacio el rostro y yo me dejo hacer por sus caricias. Son suaves, lentas y seductoras y no puedo negar el hecho de que extrañaba enormemente sentirlas sobre mi piel. Me apoyo contra su pecho y me dejo envolver por sus brazos.
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Las Sombras de mi Padre
DragostePorque cincuenta sombras no son faciles de olvidar. Prohibida la copia parcial o completa de esta obra. Parte de los personajes me pertenecen. Otros pertenecen a E.L. James. Todos los derechos reservados. ©2015, Catherine Perez Palma