Fuegos artificiales

186 13 1
                                    

Shoko odiaba profundamente los festivales.

Detestaba el ruido, la gente, los olores, la gente, los gritos de los niños, la gente, las luces, la gente, la gente. Jamás le había encontrado el gusto a estar entre un montón de personas, todos apretados, buscando comida, gastando dinero que posiblemente no tenían, caminando a lo tonto y viendo un montón de luces estúpidas en el cielo como la bola de idiotas que eran.

Pero ahí estaba... siendo cargada por Satoru mientras que Suguru no hacía más que reír en silencio al ver con disimulo la cómica escena a su lado izquierdo, con aquellos ojos de zorro travieso que tanto lo caracterizaban.

—¡Dios mío, Shoko! ¡Pesas más que un elefante!

—Satoru, si vuelves a lanzar un maldito comentario tan rancio como ese, juro que voy a arrancarte las bolas de un solo jalón...- ni te rías Suguru, que a ti te voy a desgreñar –ladro bravamente Shoko mientras pellizcaba al albino para que la bajara.

—Hey, por favor cielo –Satoru la tomo de la cintura del kimono y la bajo con mucho cuidado para palmar su cabeza un par de veces teniendo precaución de no desarreglar su corto cabello —te ves hermosa, yo me veo hermoso e incluso Geto abandonó su facha de vago solo por hoy- ¡auch! –se quejó cuando el zape del pelinegro le llegó a remover hasta las neuronas.

—Lamentó que hayamos venido con engaños de este idiota, Shoko... pero piénsalo así, es un buen momento para divertirnos los tres juntos y- –el móvil de Geto comenzó a sonar y él pidió que lo disculparan para después retirarse y hablar por el.

—Siguiendo lo que dijo Suguru, ¡tienes que salir de tu madriguera! Literalmente no te veíamos desde hace tres días y vives a unas habitaciones de distancia de mi habitación y a una de la de Geto –dijo ya más en tono regañón —estaba empezando a temer que te hubieras muerto ahí dentro; solo Suguru me detenía de romper tu puerta para asegurarnos de que seguías viva.

—Satoru, literalmente rompiste mi puerta, me obligaste a tomar un baño y me cambiaste para luego cargarme y salir del Instituto sin permiso solo para venir a Dios sabrá donde –puso las manos en jarra a cada lado de su cadera y lo vio de forma incriminadora —incluso obligaste a Suguru a que me peinara. ¿Sabes lo que significa la palabra 'privacidad'? ¿'Espacio personal'? ¿O quizás sepas que sea una orden de restricción?

—Por favor cielo, no es para tanto-

—Chicos, malas noticias –dijo Geto con una sonrisa apenada —era Kento, tengo una misión con él y con Ijichi.

—Oh mierda ¿tenemos trabajo en día festivo?

—No Satoru –rodó los ojos el pelinegro —yo tengo trabajo; ustedes diviértanse por mi ¿podrían comprar y guárdame una manzana cubierta de caramelo?

—Claro que si –Ieiri acepto el abrazo de despedida que le ofrecía el joven —ten cuidado Suguru.

—Avísanos por cualquier cosa ¿si? No se hagan los fuertes –Gojo se unió al abrazo, incomodando a Geto mientras que Ieiri sentía que el aire ya comenzaba a faltarle por la fuerza excesiva que estaba ejerciendo Satoru en el abrazo. Él se separó y los otros dos hicieron lo mismo. Geto se despidió luego de que el teléfono volviera a sonar avisándole que el auto había llegado por él.

—... y ahora ¿que haremos?

—Deberíamos ir a casa, no me gusta usar kimono –ella todo los ojos haciendo cara de asco —me veo mal y me incomoda.

—¡Nos vemos increíbles Shoko! –dijo él dando una vuelta "sexy" para que la castaña viera con atención su kimono y lo bien que lo lucía —somos los más hermosos de todo este festival, ¡ven, te voy a demostrar que no fue más idea el venir!

oneshots satosho #2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora