Amargo

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Gojo era alguien bastante goloso.
Adoraba comer de todo, en especial si era dulce y hecho a mano.

Desde muy joven Satoru noto que, entre más dulces consumía en el día, su mente no paraba de maquilar ideas (generalmente malas para un niño de 9 años) y estar en constante movimiento todo el día, todos los días- incluso en las noches.

No había momento en el día en el que no se le viera ingiriendo alguna clase de golosina, incluso cuando debía enfrentar algún maldición.

—Oye Fushiguro –llamó Yuuji a su amigo, sentado junto a él mientras esperaba a que volviera por un llamado de emergencia. El chico lo volteó a ver y alzó una ceja para hacerle saber que ponía atención —¿porqué Gojo-sensei come tantos dulces? ¿No deberíamos de decirle que es malo?

—Es un idiota, cree que así será inteligente –resumió lo que una vez le había contado el albino al hacerle la misma pregunta cuando Megumi tenía 12.

—¿Entonces, come cualquier dulce? –se unió Nobara bajando su teléfono y viendo a los chicos.

—Bueno... mi hermana mayor una vez le regalo una tabla con muchos tipos de chocolate –intento recordar el regalo que Tsumiki le había hecho a Gojo en navidad hacía muchos años atrás —y... creo que el único que dejó ahí fue una tableta de chocolate amargo.

—¿No le gusta el chocolate amargo?

—¿A ti si Nobara? –preguntó curioso Yuuji.

—Bueno, un poco. Pero ese no es el tema.

—¿Porque la pregunta entonces?

—Bueno... ayer que acompañe a Gojo-sensei a la tienda de conveniencia vio un chocolate amargo dijo "que asco" y luego lo pago.

—¿Él compró un chocolate que no le gusta? –Megumi lo vio sorprendido —¿estás seguro que era amargo?

—¡Te lo digo Fushiguro! –le grito un poco exasperado —yo seré un poco tonto, pero escuche y vi bien.

—¿Qué tiene de malo que Gojo-sensei pruebe algo nuevo? –Nobara torció los ojos y se acosto en aquella banca del parque en el que estaban.

—No es que pruebe cosas nuevas –Fushiguro se cruzó de brazos —yo lo conozco desde hace mucho tiempo y puedo decir que a él no le gusta nada de eso, ni siquiera la comida picante; generalmente es bastante fácil complacerlo pero cuando él se hace a la idea de que no le gusta, nada en la tierra lo hará cambiar de opinión.

—¿No lo habrá comprado para alguien? –preguntó Nobara sacándose la paleta de caramelo de la boca —digo, después de lo que está diciendo Fushiguro, eso no sonaría tan loco.

oneshots satosho #2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora