Parte 62

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— ¿Hay algo nuevo? — le preguntó Yoongi al detective y abogado de Jungkook.

— Algo muy interesante. — contestó el hombre — Su hermano dice no haber matado a su madrastra, pero sus huellas estaban en el arma homicida. Pero lo que nadie dice, es que, ahí no sólo se encuentran sus huellas. Sino también las de su padre. — Yoongi lo miró impresionado — Tuve que batallar mucho para poder tener acceso a los estudios que ya tiene la policía.

— ¿Entonces, por qué no dijeron nada más? ¿Por qué sólo culparon a Jungkook, cuando también podían culpar a Joon Hyung?

— Porque tiene colegas en el departamento de policía.

— Esos malditos.

— No se preocupe, joven Min. Podremos ganar la corte cuando presente toda nuestra investigación.

— Genial.

— ¿Cómo va la grabación del momento en que Joon Hyung visitó a Jungkook?

— Mi padre es muy burlón. Burlón y nada tonto. Nos llevará tiempo hacer que confiese lo que hizo.

— Pues tenemos que apurarnos. El juicio en la corte será en dos días. Y si aún no tenemos nada, Jungkook será declarado culpable.

— Lo sé. Quiero hundir a mi padre en la cárcel. No me rendiré hasta lograrlo.

— Joven Min. — Yoongi lo miró — Hay que hacer que su padre vuelva a visitar a Jungkook hoy o mañana.

— Me encargaré ya mismo.

Yang Mi salió de darse una ducha y se acercó al tocador para peinar su largo y negro cabello. Se miró al espejo y sus ojos le recordaron a su madre.

En su mente comenzó a recordar cada momento que había vivido con ella. Cuando salían juntas, cuando comían juntas. E incluso cuando le trataba de explicar que las omegas no eran muy respetadas en el mundo, pero que si existían personas como su padre, tendría que esperar a conocer a uno para poder ser feliz.

Su madre quería que su hija se quedara con alguien que la amara y respetara, así que toda su vida había esperado por alguien así. Incluso en su escuela llegaron a querer faltarle el respeto, pero su padre siempre era su salvación.

Estaba tan sumida en sus pensamientos, que no se dio cuenta de cuando una lágrima había caído por sus mejillas.

Extrañaba a su madre.

Extrañaba su padre.

Jamás se imaginó que se quedaría sin familia en tan poco tiempo.

Un día estaba riendo y pasando buenos momentos con su padre y su madre, y al otro ya estaba yendo a visitarlos a un cementerio. ¿Qué había hecho mal en toda su vida como para sufrir de esta manera? ¿Será cierto que las y los Omegas estaban malditos y destinados a vivir muchas desgracias?

— ¿Puedo pasar? — la voz de Hoseok hizo que la menor se limpiara rápidamente las lágrimas que habían caído por sus mejillas.

— Sí. Pasa, Hobi.

Jung miró a la menor preocupado y entró a su habitación, cerrando la puerta detrás de él.

— ¿Qué pasa? — le preguntó acercándose — ¿Estás bien?

— Estoy bien. — dijo ella volteándose al espejo de nuevo — No te preocupes.

Yang Mi tomó el collar que Jungkook le había regalado y trató de ponérselo, pero al parecer no podía, así que el mayor la miró divertido.

Nuestra Sumisa (BTS y tú) +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora