Desengaño
Era una sensación de paz absoluta, haber conocido la felicidad de sentirse amado por quien se había llegado a idolatrar, despertar en sus brazos luego de haber hecho el amor frenéticamente. Harry sonreía en su mundo de ensueño y fascinación, nada podía ser mejor, sentía las manos de Severus rodeándolo por su cintura de manera posesiva y amorosa... y de pronto, una luz que lo hizo abrir los párpados con terror, una voz que ya no quería volver a oír jamás pronunciando un hechizo.
— ¡Obliviate!
Harry se giró rápidamente sintiendo el corazón detenerse abruptamente. Ángelo estaba ahí con ellos, apuntando aún a un inconsciente Severus. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Harry al comprender lo que acababa de suceder, era demasiado horrible para creerlo, pero era cierto.
— ¡¿Qué le hiciste, imbécil?! —gritó saltando sobre un furioso Ángelo—. ¡Eres un maldito, idiota, te voy a matar!— ¡Obliviate! —gritó Ángelo apuntando ahora al muchacho mientras retrocedía.
Harry no llevaba su varita, ni idea en dónde había quedado luego de haber perdido su ropa, pero gracias a su agilidad logró esquivar el hechizo.
— ¡Te odio, Harry Potter! —gritó Ángelo con lágrimas en los ojos—. ¡Pero seré yo quien no te permita salirte con la tuya!... ¡Crucio!
Harry no consiguió escapar y se retorció en el suelo gimiendo de dolor ante la poderosa maldición del despechado Veela. Luchaba por no gritar aunque temía que no iba a poder contenerse por mucho tiempo... el dolor era insoportable.
— ¡Vas a sufrir como nunca por haberte atrevido a poner tus manos sobre él! ¡Te lo juro!— ¡No lo toques! —le ordenó al momento de verse liberado de la maldición pues Ángelo le dejó para ir por Severus.
— ¡Es mío, puedo hacer con él lo que quiera y ahora mismo me lo llevaré de aquí! ¡Él nunca sabrá lo que pasó entre ustedes y todo volverá a ser como antes!
— ¡Severus me ama!
— ¡Eres un estúpido ingenuo, eso no es cierto, solamente quiso acostarse contigo pero nada más! ¡Puedo perdonárselo, después de todo, eres peor que una mujerzuela ofreciéndote a todo momento!
Al ver que Ángelo estaba a punto de marcharse con Severus y él no veía su varita por ningún lado, Harry sintió que el coraje y la rabia se aminoraban ante el miedo que lo embargó por Severus.
— ¡Ángelo, no hagas esto, por favor! —suplicó desesperado—. ¡Severus no te quiere!— ¿Eso te dijo? —respondió sonriéndole irónico—. Pues te ha mentido, claro que me quiere, ¿cómo supones tú que pude encontrarlos?... no has sido el único para el que ha ideado esta habitación, Harry.
— ¡Mentiroso, no te creo nada!
— No me interesa... me voy y lo llevo conmigo.
Harry se lanzó hacia él cuando vio que lo sostenía en brazos, pero Ángelo hizo un esfuerzo para enviarle otro Obliviate, nuevamente Harry lo esquivó, no iba a permitir que le hicieran olvidarse de esa noche.
— ¡Quédate con tu maldita memoria! —le gritó Ángelo furioso—. ¡Será lo único que tengas de él, confórmate, maldito promiscuo!— ¡No dejaré que te lo lleves!
— ¡Si no quieres que muera vas a tener que quedarte callado!
Harry tomó aquello como una aterradora amenaza y el miedo le paralizó. Vio como Ángelo cubrió el cuerpo de Severus con una sábana para llevárselo. Intentó seguirlo, pero el Veela continuó enviándole todo tipo de hechizos, logró esquivar algunos, maldecía no saber dónde estaba su varita, de esa forma podría defenderse, buscó afanosamente a su alrededor, eso lo distrajo y uno de los rayos le pegó directo en el tórax. Ángelo aprovechó que Harry quedaba sin sentido para salir corriendo lo más que le permitía el peso del cuerpo de Severus, se resistía a levitarlo, lo apretujaba contra su pecho sintiendo un pánico enorme por no conseguir salvarlo.
ESTÁS LEYENDO
Enfermo de amor
FanfictionEl amor desmedido puede ser la perdición de cualquier persona. Es tan peligroso no saber amar, como amar demasiado. Harry creía conocerse bien, pero cuando va descubriendo sentimientos desconcertantes surgidos hacia su Profesor comprueba que hay muc...