Indulto

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Indulto


Con el paso de los días, la perspectiva de Harry cambiaba paulatinamente. Le era emocionante tocar a la puerta del despacho del profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras sabiendo que encontraría una mirada proveniente de los ojos negros que amaba. Severus siempre estaba presente en cada uno de las detenciones y eso le hacía latir más rápido su corazón... "sigue cuidándome" pensaba feliz, había aprendido a reconocer el motivo por el que siempre estaba ahí, no era por Ángelo, era por él, para cuidar que no se extralimitara en el castigo.

Cerró los ojos recordando lo sucedido un par de días atrás.


"No creo que sea inteligente dejar que Potter realice esa tarea". Comentó Severus con displicencia cuando Ángelo sugirió que Harry puliera unos artefactos de metal que tenían un aspecto tenebroso. "Con su torpeza no podría esquivar las filosas esquirlas y dudo que quieras darle explicaciones a Albus del porqué su alumno tiene menos dedos que por la mañana... recuerda que lo que cercenan ya no es posible volver a unir"


Ángelo no tuvo más remedio que gruñir y ponerlo a realizar otra tarea más sencilla. Harry aún recordaba la tímida sonrisa que Severus le envío cuando Ángelo no le veía. Siempre era lo mismo, terminaba acomodando libros y lejos quedaba cualquier labor considerada peligrosa o humillante. Aún ahora podía repetir la sensación que le provocó en ese momento la sonrisa de Severus, fue olvidarse de todo para corresponderle con una sonrisa igual de tímida. No se dio cuenta que había dejado de trabajar y cerrado sus ojos con ensoñación mientras se abrazaba de la escalera que usaba para acomodar algunos libros en las estanterías más altas.


— ¿Estás bien? —preguntó Severus a su lado.

— ¿Eh?... sí, sí... gracias. —dijo ruborizándose antes de intentar retomar su labor, pero enseguida cambió de parecer y sentándose en uno de los peldaños de la escalera, miró a Severus, el hombre quedaba un poco por debajo de él debido a que se encontraba parado a un lado de la escalera donde se había montado—. ¿Y tu amorcito?

— Salió, Dumbledore le mandó llamar por un problema con uno de sus alumnos. —respondió sonriéndole al notar que Harry ya no le hablaba con rencor—. Creo que estabas demasiado sumido en tus pensamientos si no te diste cuenta de cuanto me costó que se marchara y nos dejara solos.

— ¿Y para qué querías estar solo conmigo? —cuestionó inclinándose un poco más, acercando su rostro al del Profesor.

— Pues, porque... noté que andabas más distraído de lo cotidiano y...


Severus se veía sumamente nervioso, no podía ni concentrarse en lo que quería decir, los labios de Harry eran muy tentadores y casi sentía su aliento sobre los suyos provocándole a devorarlos, pero antes de que toda su voluntad mermara, bajó la cabeza ante la impotencia del chico, quien no le quedó más remedio que suspirar resignado.


— Lo que te dije en la oficina de Dumbledore es cierto, Severus. —dijo Harry.

— Algún día te convencerás de que tu imaginación te juega sucios trucos.

— Es otra persona quien juega sucio, pero en fin, no me refería a eso. —espetó Harry intentando no recordar a Ángelo—. Hablaba sobre la fe en la persona que uno ama. Yo te creería todo, Severus, ¡te creo todo!

— Harry...

— ¿Por qué crees que sigo hablándote? ¿Por qué supones que estoy aquí contigo, ahora, Severus?... porque te amo y sé que tú también me amas. —le dijo levantándole el rostro para obligarlo a mirarse—. Sé que me enojo mucho, que reacciono como niño caprichoso, que me alejo maldiciéndote y jurando que te olvidaré... pero no lo hago. Siempre termino olvidándome de nuestras peleas porque recuerdo que no es tu culpa, que tu mayor error es creer en quien no lo merece, creíste en Voldemort alguna vez y recapacitaste, ahora sigo pensando que también sucederá lo mismo con Ángelo, porque a pesar de todo lo que pueden decir de ti, eres una buena persona, Severus, y aún confías en la gente, te niegas a dejar de hacerlo, lamentablemente no sabes diferenciar bien quien te ama y quien no... y hay quienes se aprovechan de eso.

Enfermo de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora