La marca
Pomfrey miró alarmada como el chico que el Profesor de Pociones llevaba en brazos parecía muerto, y que además era Harry Potter. Le hizo llevarlo a la cama del fondo junto a la ventana para poder examinarlo. Severus se hizo a un lado permitiéndole hacer su trabajo libremente, pero no despegaba los ojos de Harry, orando en silencio para no tener que escuchar ninguna mala noticia.
— ¿Qué fue lo que pasó, profesor? —le cuestionó la enfermera luego de invocar un casco que proporcionaba oxígeno al muchacho, aunque éste continuaba estático, y sin rastros de vida—. Esto es muy extraño, su respiración es apenas perceptible, nunca supe que tuviera problemas de ésta índole. Será mejor que avise al Profesor Dumbledore, es probable que tengamos que trasladarlo a San Mungo.— Va a estar bien... ¿verdad?
— No lo sé. ¿Puede decirme qué pasó?
Severus negó con la cabeza, no sabía si debía hablar o no, estaba tan confundido y asustado. La enfermera lo dejó solo para ir en busca del Director, y Severus aprovechó el momento para inclinarse hacia Harry y aunque no se animaba ni a tocarlo, necesitaba estar a su lado.
— Tienes que luchar, Harry... por favor. —suplicó angustiado—. No soportaría que nada malo te pasara por mi culpa. Despierta, te lo ruego... ¡te juro que jamás quise lastimarte, que si hubiera sabido lo que pasaría no te habría besado jamás! Creo que la maldición es cierta, por un instante tuve la esperanza de que no fuera así, y es que no quiero perderte ¡que irresponsable he sido!... ¿Qué hago para que te olvides de mí?
Una luz iluminó el cerebro de Severus, y tal vez eso pudiera ayudar a Harry a superar también la crisis por la que atravesaba. Llevó su varita hacia la cabeza de Harry dispuesto a obliviatearlo, pero un repentino dolor en su antebrazo izquierdo le hizo llevar la mano derecha hacia allá, olvidándose del hechizo.
"¡No, por favor, ahora no!" Suplicó angustiado por tener que marcharse y dejar solo a Harry. Lo miró, no podía, él lo necesitaba justo en esos momentos. Pero el dolor en la marca se hacía más intenso, Voldemort lo reclamaba con urgencia... ¿qué debía hacer?
Un ruido tras de él lo hizo sobresaltarse, vio como Ángelo llegaba corriendo a la enfermería, y aunque dio la impresión que quiso decirle algo, en cuanto vio a Harry tendido en la cama con ese casco de oxígeno, su atención se desvió hacia él.
— ¿Qué fue lo que pasó? —preguntó acercándose al muchacho mirándole preocupado.— Estábamos en la clase, te dije que pensaba entrenarlo ¿no? —comenzó ocultando el dolor que sentía en el brazo y continuó luego de obtener el asentimiento del Veela—. Dijo que no podía respirar, lo traje aquí y...
— No digas más. —le interrumpió de repente—. Severus, ¿el Lord te ha llamado, verdad?
— ¿Cómo lo sabes?
— Severus, desde hace rato no he podido pensar en otra cosa, estaba leyendo cuando empecé a sentirte extremadamente angustiado y lo único que se me vino a la mente fue que nuevamente estabas en problemas. Te busqué por todos lados al no encontrarte en el aula, y me topé con Madame Pomfrey dirigiéndose al despacho de Albus, ella me dijo que estabas aquí. Tuve tanto miedo de que algo te hubiese pasado.
— Yo estoy bien, pero... —respondió mirando a Harry.
— Tenemos que irnos, el Lord te castigará si no llegamos pronto. Apresúrate, Severus.
— Es que no puedo irme y dejarlo así.
— Él estará bien. Ahora adelántate, así podrás decirle a Dumbledore donde estaremos, te veré en la entrada del castillo en dos minutos, así daremos oportunidad a que llegue la enfermera y Harry no se quedará solo.
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Enfermo de amor
أدب الهواةEl amor desmedido puede ser la perdición de cualquier persona. Es tan peligroso no saber amar, como amar demasiado. Harry creía conocerse bien, pero cuando va descubriendo sentimientos desconcertantes surgidos hacia su Profesor comprueba que hay muc...