El enfrentamiento que nadie esperaba

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El enfrentamiento que nadie esperaba

Harry aún estaba en las nubes cuando escuchó a Severus gritar "¡No!", ponerse rápidamente en pie, sujetarlo de la mano y sacarlo del salón junto con sus demás compañeros para enseguida quedarse solo dentro del aula. Fue el ruido de la puerta cerrarse violentamente lo que lo hizo a Harry regresar al mundo en que vivía. Dio unos pasos hacia atrás para recargarse contra la pared, conteniendo las ganas de llorar por la frustración ante lo mal que terminaba siempre cualquier acercamiento con Severus.


Nadie le ponía atención, ocupados en comentar el incidente, lentamente se dejó resbalar hasta quedar sentado en el corredor que poco a poco iba despejándose. Ron y Hermione apenas iban a acercarse a preguntarle cómo estaba cuando la puerta volvió a abrirse y salió Snape con el rostro más pálido que nunca y al ver a Harry en el piso se acuclilló frente a él mirándole aterrado.


— ¡Todos, largo de aquí! —ordenó tan tajantemente que hasta Ron y Hermione se olvidaron de su amigo para salvar su pellejo.


Snape no despegó los ojos de Harry, y cuando al fin sintió que no había nadie a su alrededor, le sujetó del rostro para mirarlo de una extraña manera que a Harry le pareció casi una oración.


— ¿Te pasó algo? —preguntó angustiado

— No... me cubriste a tiempo. Gracias.

— No me refiero a eso... quiero saber si estás bien, ¿no te sientes mal? ¿No sientes que te falte el aire o que estés a punto de desmayarte?

— No. —respondió algo inseguro ante tanta preocupación—. ¿Debería sentirlo?... ¿Acaso algo de esa explosión era peligroso?

— No, creo que no... Me alegra saber que estás bien.

— Bueno, tanto así como estar bien, pues no lo estoy.

— ¿Porqué? ¿Te duele algo?... ¡Dímelo, Harry! —apresuró ansioso, revisándole con sus manos cada parte de su cuerpo.

— Si sigues haciendo eso me pondré peor... ¿No se te apetece continuar con esta revisión en la intimidad de tu despacho?


Harry lo había dicho en broma... bueno, no tanto, pero cuando sintió que era tomado nuevamente de la mano y llevado al interior del salón, ya se estaba imaginando cuando sería mejor programar una boda. Sin embargo, Snape solamente le ordenó sentarse en uno de los pupitres que había sobrevivido íntegro y se puso a caminar de un lado a otro, mirándole como si estuviera viendo un fantasma.


— Severus... —le llamó luego de unos minutos de espera—... no es que no disfrute tu compañía, pero me estás poniendo nervioso.

— ¿Seguro que estás bien?

— Si me lo sigues preguntando me harás dudar.


Severus contuvo una sonrisa, por un segundo se asomó el alivio en su mirada, pero enseguida la preocupación regresó... "¿Porqué no pasó nada?" se preguntó mentalmente, "Me siento feliz por eso, pero esto es demasiado extraño... ¿y la advertencia Veela? En esta ocasión la magia de Abbatelli no tuvo ningún presentimiento que la desconcentrara, de otro modo ya estaría aquí. Tal vez, sólo tal vez, pueda deberse a que reaccioné enseguida y no le di oportunidad de avanzar... sí, eso debe ser...no hay otra explicación, y tengo que tener cuidado, el hecho de que deseé tanto a Harry no puede ser un motivo para ponerlo en peligro... de todos modos, le vigilaré bien hasta mañana"


— ¿Severus? —volvió a llamarlo Harry al ver que el hombre se alejaba en sus pensamientos—. Me preocupas... creo que el que no está bien eres tú. ¿No te golpeaste la cabeza cuando caímos?

Enfermo de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora