Sin pensárselo dos veces, echó a correr en dirección contraria, buscando alguna vía de escape. El pinar era tan tupido que apenas se veía lo que tenía a unos metros, así que no resultaba fácil saber por dónde ir.
Decidió arriesgarse, y eligió una dirección al azar para salir corriendo, con tal mala suerte que chocó contra alguien, terminando ambos en el suelo.
Cuando alzó la cabeza, se encontró cara a cara con otro rostro familiar; unos profundos ojos azules, pertenecientes a un anciano de barba y pelo blancos, la observaban con extrañeza.
Apenas tuvo tiempo de procesar quién era aquel hombre, cuando oyó la voz de Axel no demasiado lejos:
-¡Kyla!
Se levantó como pudo y trató de huir, pero el anciano se interpuso en su camino más rápidamente de lo previsto.
Entonces cayó en la cuenta; era el mismo hombre que estaba con Sara cuando ocurrió aquel "sueño".
Cerró los ojos con fuerza, deseando despertar otra vez en su cama y olvidarse de toda aquella pesadilla, inútilmente.
-María...- oyó la voz de Sara a sus espaldas, y notó cómo una mano se posaba en su hombro.
-¡No me toques!- exigió ella, soltándose bruscamente de su agarre.
Luego se giró para encararla, con fuego en los ojos:
-Así que aquello que pasó cuando viniste al orfanato no fue cosa mía, ¿no?- le espetó, fulminándola con la mirada. Sara negó con la cabeza, mirándola, con el rostro impasible. -¡Realmente me pegaste, drogaste y arrastraste a este lugar, para luego hacerme creer que todo era producto de mi imaginación!- Esta vez la muchacha asintió, con la misma expresión indiferente de antes. Kyla no sabía si le molestaba más descubrir que no había sido un sueño o la clara falta de remordimientos en el rostro de su "amiga". -¿¡Sabes lo que fue tener que superar el hecho de no saber si lo que estaba viviendo era real o no, o tener que tratar de evitar pensar que todo aquel que se acercaba a mí iba a ser un guerrero asesino que me iba a llevar a un bosque oscuro para hacerme preguntas estúpidas!? ¿¡O lo que fue pensar que me estaba volviendo una loca paranoica que tenía un serio problema y demasiada imaginación!? ¿¡O lo que fue...!?
-María, deja que te lo explique todo.- La interrumpió Sara, cortante.
Ella le dedicó una mirada asesina.-Es Kyla.
-¿Qué?
-Que me llamo Kyla, Sara.
-De acuerdo, "Kyla". Y yo me llamo Amaranthi, si no te importa.- Replicó ella, poniendo énfasis en el nombre.
La tensión entre ambas era palpable. Axel, que hasta ese momento había permanecido al margen, resopló:
-Y yo que creía que os llevabais bien...
-¡CÁLLATE!- le gritaron las dos, al unísono.
Él levantó las manos, en señal de rendición.
Después de un incómodo silencio, Kyla inquirió, mirando a Amaranthi:
-¿Y qué me tenías que explicar, si puede saberse? ¿Me vas a soltar un discurso que has preparado alegando que todo lo que hiciste tenía una buena causa y cosas así, o vas a optar por la excusa barata?
-Ahora mismo no puedo aclararte nada. La reunión va a empezar, y es muy largo de contar.
Dicho esto, se dio la vuelta y volvió por donde habían venido, al igual que lo hicieron Axel y el anciano que le había cerrado el paso. Kyla puso los ojos en blanco. A pesar de haberle gritado a Amaranthi todo eso en la cara y fingir que no le intimidaba, lo cierto es que estaba asustada. De ella. De lo que era capaz de hacer.
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Arcanum: La heredera perdida
FantasyLIBRO UNO (📚 saga Arcanum) María es una huérfana desde que tiene uso de razón. Los demás siempre han notado en ella algo...extraño. Algo que les incita a apartarse de ella. Sin embargo, el día de su decimosexto cumpleaños, todo cambia... ¿Existe ot...