Capítulo XV

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Kyla arremetió contra el guardia. Estaba tan enfadada y alterada por lo que acababa de pasar que no procesaba nada de lo que hacía. Olvidándose por completo de todas sus prácticas con Olgar, lanzó una estocada buscando el costado del guardia, encontrando únicamente aire.

Un segundo después, una patada le daba de lleno en el estómago.

Necesitaba centrarse. No podía pensar en Amaranthi, ni en la chica del suelo, ni en nada de eso ahora mismo. Sólo en la pelea. O iba a salir muy mal parada.

Fingió atacar de nuevo, esta vez esperando el movimiento de defensa del guardia para bloquear su cuchillo, y en el último momento, cambió la dirección del arma y se la clavó en un costado. Lástima que no perforase el grueso cuero del uniforme del guardia. No había ejercido la fuerza suficiente.

Recibió un corte en la pierna.

<<¿Por qué no intenta matarme directamente?>>, se preguntó. Y entonces recordó lo que había dicho Tylen al intentar llevársela al castillo de los reyes. Que sería útil para la reina. Porque era amiga de Amaranthi. ¿Y si era eso? ¿Y si la querían para chantajear a su amiga con algo? ¿Qué querrían exactamente de Amaranthi?

La respuesta llegó casi inmediatamente después de pensar eso último. Querían información sobre Menesre, es decir, de ella. Era lo único que tenía sentido, ¿no? ¿O acaso su amiga guardaba más información de la que le había contado?

Viniendo de Amaranthi, no le sorprendería en absoluto.

Volvió a prestar atención al guardia, justo a tiempo de retirar el brazo para evitar un espadazo. Vale, definitivamente la quería viva. Había tenido más de una oportunidad de asesinarla.

Otra patada en el pecho hizo que un dolor ya familiar se extendiera por su torso. Se había olvidado de que no hacía mucho de su fractura de costillas. Esta vez el dolor no fue tan agudo, por lo que supuso que no se las había vuelto a romper. Todavía.

La chica lanzó un tajo que acertó a dar en la mejilla del hombre, por lo cual recibió una mirada de odio y otro corte, este más profundo, en el brazo derecho, haciéndole complicado sujetar bien el cuchillo.

Paró una estocada cruzando su cuchillo con la espada del hombre, y así unas cuantas más. Suerte que lo primero que había aprendido con Olgar era a defenderse, aunque todavía no lo había dominado del todo.

Después de un rato intercambiando golpes, Kyla se distrajo al ver a la muchacha morena tratando de levantarse. Sintió otra patada en el vientre, seguida de un mandoble en la mano, que le hizo soltar el cuchillo. El guardia la miró con expresión triunfal, enganchándole la pierna y tirándola brutalmente al suelo, donde se dio un golpe en la cabeza con una piedra cercana, dejándola semiinconsciente.

Oyó la voz de Axel a lo lejos, y supo que estaría yendo hacia ella para enfrentarse con el guardia.

<<Ah, no. Esta vez nadie me salva de mis batallitas.>> Se dijo Kyla para sus adentros.

Con el último resquicio de fuerza que le quedaba, agarró la piedra con la que se había dado hacía poco y la estampó en la sien del hombre, que se había agachado sobre ella para comprobar si seguía consciente.

Vio como su oponente caía desmayado al suelo, e hizo lo mismo, dejando caer su cabeza sobre el frío suelo de la plaza.

Todo estaba negro. Sintió como alguien la alzaba en brazos y la transportaba, no sabía a dónde, ni quién era, ni si eso era bueno o malo. Sinceramente, en esos momentos no le podía dar más igual.

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Un fuerte dolor de cabeza hizo que a María le pitaran los oídos y le dolieran las sienes. Abrió los ojos y se frotó con fuerza a ambos lados de la cabeza, inútilmente.

Arcanum: La heredera perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora