-Así que aquí está el famoso asesino que ha engañado a esta pobre chica para que lo acompañe...-Masculló el guardia, dándose la vuelta con una sonrisa desquiciada.
-Lo primero de todo, ricitos de oro.- Replicó Axel, sin una pizca de humor.- Suelta a Kyla. Lo segundo; yo no soy ningún asesino, ni he engañado a nadie. ¿Puedes decir tú lo mismo?- Siseó, ladeando la cabeza hacia donde yacía Korsh, aún respirando débilmente.
-Es un rebelde, y se ha interpuesto en mi camino.- Se encogió de hombros.- No creo que su muerte cuente como asesinato. Ni siquiera creo que importe. Los rebeldes no sois más que escoria.
-¿Estás sordo, ricitos de oro?- inquirió el otro, ignorando el comentario, consciente de que lo decía para enfurecerlo.- Que la sueltes. Ahora.
-Como quieras.- Dijo él, dejándola bruscamente en el suelo, a lo que la chica emitió un débil gemido, semiinconsciente. Axel apretó los dientes.- La recogeré después de matarte.
Dicho esto, desenfundó de nuevo su espada, y Axel preparó sus cuchillos, listo para atacar.
Fue él quien empezó primero, lanzando un tajo horizontal directo al vientre del guardia, que se echó hacia atrás y devolvió el golpe con fuerza. Y comenzó la pelea.
El combate estaba muy igualado. La fuerza de uno se compensaba con la agilidad del otro. Intercambiaron estocadas durante un buen rato, pero Axel, que cada vez luchaba más violentamente debido a la imperiosa necesidad de atender a Korsh y a Kyla, no perdió tiempo en empezar a atacar más seriamente.
-¡Axel!- oyó la voz de Olgar a lo lejos, llamándolo.
Gruñó de dolor al sentir la hoja del otro hundiéndose en su brazo.
-¿No vas a avisarles?- masculló el guardia.- Vas a necesitar su ayuda. Tú sólo no puedes contra mí.
-¿Te has olvidado de cómo te vencí la otra vez?- espetó él, con una risa amarga.
-Pura suerte. Vamos, reconoce que ni tú te lo esperabas.
El chico puso los ojos en blanco.
-De todas formas, si tan amigo suyo eres, ¿por qué te la llevas?- expuso, señalando a Kyla con la cabeza.- Sabes que no quiere ir contigo. Te lo ha dejado bien claro cuando te amenazaba con mi cuchillo.
Al guardia se le tensó la mandíbula.
-Ella irá quiera o no. Puede ser útil para la reina,y por eso la llevaré al castillo.
-Por encima de mi cadáver.
-Como prefieras. Puedes salir vivo o muerto de esta, pero en cualquiera de los escenarios, la chica viene conmigo. Los centauros han notado un fuerte vínculo que la une con Amaranthi. Eso es aprovechable. En cuanto a ti... sólo eres otro rebelde más. Tu muerte no significará nada.
Axel maldijo para sus adentros. La habilidad que tenían los centauros para detectar ciertas conexiones entre personas siempre le había parecido más inconveniente que ventaja. Él prefería descubrir las personas con las que tenía afinidad por sí mismo, no porque se lo dijesen. Y no sólo eso; hacía que, si los centauros iban en tu contra, como era el caso, supieran exactamente a quién atacar para obtener resultados. Suerte que no podían percibir todo tipo de vínculos, y no siempre los notaban.
Soltó una risa sardónica.
-Aún no sé qué mentira les ha prometido Melaneia a esos burros para traicionarnos de esa forma...
-Oh, créeme, no tengo ni idea. Pero sé que llevan desde hace bastante tiempo pasándonos información, y vosotros, como tontos, pensabais que estaban de vuestra parte.
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Arcanum: La heredera perdida
FantasyLIBRO UNO (📚 saga Arcanum) María es una huérfana desde que tiene uso de razón. Los demás siempre han notado en ella algo...extraño. Algo que les incita a apartarse de ella. Sin embargo, el día de su decimosexto cumpleaños, todo cambia... ¿Existe ot...