Capítulo XIII

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Tylen despertó algo mareado. La cabeza le dolía horrores. Era insoportable. Se incorporó y miró a su alrededor, con la visión algo desenfocada, mientras trataba de recordar qué había pasado.

Se encontró cara a cara con el cadáver del muchacho.

Apartó la vista enseguida, incapaz de contemplar por más tiempo lo que había hecho. Aunque había dicho que el asesinato del chico no le afectaba, lo cierto es que se arrepentía de lo que había hecho. Era la primera vez que mataba a alguien.

Nunca había sido un muchacho violento, sino más bien lo contrario. Es más, de pequeño era de aquellos que solían ir mirando el suelo por si acaso pisaban algún insecto, lo que provocaba burlas por parte de los otros niños. Incluso cuando estaba entrenando para ser guardia, trataba de ocasionar a su contrincante el menor daño posible, y a veces, cuando no podía ganar sin provocar demasiado dolor al otro, se dejaba vencer, siendo reprendido duramente por ello. Cuando por fin había pasado a ser parte de la Guardia Real, sí que había luchado contra rebeldes y enemigos de la Corona sin contenerse, pero nunca había llegado a asesinar.

Se sujetó la cabeza con las manos, y la escondió entre sus rodillas.

Se había dejado llevar por la ira y el odio injustificado que sentía en esos momentos debido a lo que había ocurrido antes de llegar al Pinar. Lo había focalizado todo en Kyla, y al ver que alguien la defendía, no había sabido controlarse. Y había matado a ese chico.

Había asesinado a una persona.

No podía quitarse aquel horrible pensamiento de la cabeza.

Oyó los pasos del resto de guardias aproximándose. Cuando llegaron al claro, aún seguía recuperándose del golpe en el suelo.

-¿Qué? ¿Magullado?- le dijo burlonamente uno de sus compañeros que, junto con otros, fingían amabilidad a pesar de aborrecer a Tylen.

Muchos de su escuadrón no paraban de proferir comentarios mordaces bien camuflados con palabras que simulaban cortesía. En resumen, no era muy popular entre la guardia. Lo tomaban por debilucho, ya que nunca se había esmerado en demostrar su fuerza y destreza, puesto que trataba de evitar, en la medida de lo posible, la violencia. Si se había unido a la Guardia había sido por su padre, no por que estuviera realmente interesado en ser parte de ella.

Gruñó en respuesta, mientras se incorporaba trabajosamente.

-Estaba persiguiendo a una chica que estaba con Amaranthi. Runis, el centauro, me ha dicho que ha detectado un fuerte vínculo entre las dos, y pensé que podía ser útil.

Se arrepintió enseguida de haberlo dicho. Acababa de poner en peligro a Kyla innecesariamente. O en más peligro del que ya estaba, por lo menos.

-¿Y te ha dejado así?- rio otro.- Creía que tenías más habilidad que una simple rebelde.

-No ha sido sólo ella. Al principio sí, y la había dejado inconsciente. Luego llegó este- señaló con la cabeza al cadáver, sin atreverse a mirarlo- y acabé con él. Y después llegó el fugitivo encapuchado, Axel...

-Supongo que han huido.- los interrumpió Olsan, capitán de la guardia, que había llegado justo a tiempo de oír lo último. Tylen evitó mirarle a la cara.- Lo importante es averiguar si Amaranthi está con ellos. Rastread la zona.

-Sí, señor.- Contestaron, con un saludo formal.

El chico se apresuró en huir de aquel claro, lejos del cuerpo inerte de la víctima, aunque sabía que el recuerdo de lo que había hecho no dejaría de perseguirlo.

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María abrió los ojos, y permaneció mirando el techo un largo rato, reflexionando.

Arcanum: La heredera perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora