4-Tè

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Levi observó como el chico comía apurado como si le fueran a quitar la comida, le habían entregado los medicamentos a Hange para que los viera.

—¿No se va a atragantar? —Pregunto Erwin preocupado parecía querer ir a ayudar al niño.

—Si vas, te va a cortar la mano o morder—Levi bebió de su té con calma, por experiencia propia, sabía que el niño estaría días comiendo de esa manera hasta que se diera cuenta de que no tenía que pelear por la comida—a los niños del subsuelo se le enseña a pelear por la comida.

—Eso es horrible—susurro Moblit, tragando saliva.

—... Creo que son para... Curar algún intento de envenenarlo —dijo Hange después de unos minutos, estaba escribiendo en su libreta—es un medicamento para el estómago, heridas internas, el otro para el apetito. —Hange parecía murmurar para sí misma. —... Pero... Es un niño, porque... Harían eso... ¿Qué hay de su madre?

Levi se sobresaltó. Se había olvidado de que el niño debió tener una mamá.

—Oye—el chico paro su comida, y lo miró —¿Qué hay de tu madre?

—... Kenny fue donde ella—chico bebió el líquido con calma—Mucho ruido... Ella me regalo... Que no importaba —chico volvió a su pan con más calma, parecía ya saciado, pero aun mordisqueaba —Soy... Un regalo.

Levi sabía que estaba apretando la taza con más fuerza de lo normal, Hange tenía una sonrisa apretada entre molesta he intentado no alterar a su pequeño bastardo. Erwin se había recostado en la silla.

—Esas personas, ¿Cómo te trataban? —Hange hablo con la voz entrecortada. Levi no quería saber. Realmente no quería saber.

—Tocan—Chico negó—tocan como a mama... No me gusta, ocupo cuchillo y me voy—él sonrió—Mama no feliz, golpeo. —el chico se metió la mano en su pantalón y saco unas monedas y las dejó en la mesa—traje muchas, y ella feliz. Me dio un abrazo.

No le quedaba mucho té en la taza, porque cuando se rompió sabía que había chorreado un poco, incluso si en este momento sentía un tic en ojo porque se sentía asqueado por el té. No le podía importar.

Y él se estaba tragando toda la culpa que estaba sintiendo en este momento. Tenía un hijo que no había sido ni siquiera amado por su madre, ser envenenado y quizás abusado por la culpa de la zorra de su madre.

—¿Sabes por qué estabas enfermo? — miro con duda—los vómitos.

—... La comida robada sabia rara, las cosas brillantes son para ella y la comida mía—el niño asintió para sí mismo—tenía hambre y seguí comiendo. Vomite mucho. Duele mucho. Kenny... Fue bonito.

—¿Bonito? —le preguntó con duda. El bastardo no tenía nada bonito.

—Si... Dio agua, defendió de los golpes. Me trajo comida, y no toca como esos hombres. Mi estómago no duele tanto. La comida es buena. Y... Es amable.

Levi quería tanto refutar, pero Erwin le regalo una mirada para que se callara, él sabía que él tenía razón, él sabía que el niño había conocido la amabilidad, que se estaba aferrando a lo único bueno que había. Incluso si Kenny era la única opción.

—¿No crees habla...? ¿Algo infantil? —Erwin pregunto con duda—¿Crees que tenga algún problema? —Levi bufó. Hubiera golpeado a Erwin si no fuera porque sabía que el idiota había sido criado en una buena familia y cómoda.

—Iré a hablar en este momento con la escuela en el subsuelo, como también aprovecharé pasar por el banco para guardar mis ahorros—Levi chisto molesto—de paso iré a la policía para que arresten a esa puta—Levi miró al niño—no seas un idiota.

Vio como Erwin se sonrojaba, apartaba la mirada avergonzada. Y si Levi supiera mejor, parecía casi arrepentido por haber dicho eso.

Levi sabia mejor, por eso no se había puesto pensar en cómo hablaba el niño, en el subsuelo era lo más importante era dar golpes, y sobrevivir, el resto se aprendería mientras creciera.

—¿Cómo te llamas niño? —Levi pregunto. Ya no podía seguir llamándolo niño en su cabeza.

—Jean—el chico miro con tristeza su taza, parecía que quería más té —Kenny me puso Jean.

—... ¿Cuál era tu nombre anterior? —Levi no quería llamarlo como le había puesto Kenny... Estaba siendo un crío, pero no quería.

—Mocoso.

... Quizás debería darse por vencido de pensar que el niño había tenido una mejor vida que él, cuando no era así.

—Jean—Levi se acercó a su lado y le tomo de los hombros, el chico automáticamente se puso tenso, listo para atacar. —te quedarás conmigo—suspiró—no porque Kenny me haya dado algo a cambio. Si no porque es mi responsabilidad.

—... ¿Eres mi padre? —Levi asintió—... ¿Tengo conseguir comida o cosas brillantes? —Levi sabía que el chico tendría ese pensamiento, quizás desde que nació fue siempre dar algo a cambio

—Ninguna—el chico lo miro con duda—solo limpiar tu habitación, no quiero que escondas comida donde vas a dormir—el niño mordió los labios, algo preocupado—jamás te castigaré con la comida, tienes derecho a eso, también quiero que te bañes seguido, puedo enseñarte y trataré no tocar si no quieres.

Levi sabía que tomaría tiempo. Él sabía cuánto tiempo le tomó confiar en Kenny, pero al mismo tiempo se tuvo que resignar porque era la única persona que tenía. Sabía que al niño le pasaría igual. No porque quisiera, sino porque quería sobrevivir...

Era una suerte que Jean fuera alguien pequeño, quizássi tenía suerte, él se olvidaría de cosas que habían pasado.

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Editado

Brillo en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora