16- Pesadilla

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No era la primera vez que tenía pesadillas. Podía recordar la sensación cuando tuvo una la primera vez, se sentía lleno de miedo y dudas. No había logrado conciliar el sueño en ese tiempo.

Especialmente porque estaba solo, no había nadie a quien recurrir para un abrazo o una palabra de aliento. Recuerda el suelo duro y frío que había tenido cuando se acurrucó en un rincón para abrazarse así mismo.

Le hubiera gustado buscar consuelo en su madre.

Pero recordaba que ella estaba ocupada y no lo quería cerca esa noche.

...Y ninguna noche en realidad.

Esa pesadilla lo había atormentado cuando estaba en el subsuelo, como esas personas lo perseguían y lo lastimaban.

No había llorado esa vez, porque eso podía llamar la atención de esas personas.

Ahora en la superficie, Jean a veces tenía esa pesadilla. Había un ligero cambio en ellas claro, aún estaba en el subsuelo, aun huía de esos hombres, a veces muy pocas veces lo atrapaban en sus sueños.

Jean despertaba asqueado y sudoroso.

Pero ahora tenía donde ir.

Había caminado por el pasillo, despacio hasta la puerta de su papá, casi pensó que estaba siendo silencioso.

—Pesadilla—su papá le regaló una mirada seria, pero había calidez en sus ojos—¿Quieres hablar? —Jean negó—¿Quieres un...? ¿Abrazo?

Había sido cargado, y rodeado por los brazos de su papá, incluso si en ese tiempo aún se sentía asqueado, Jean había ignorado ese sentimiento. Quería más consuelo. Había sido a si en sus primeras veces con pesadillas, aun no confiaba suficiente en su familia para dormir en la misma cama. Así que su papá lo había paseado en sus brazos por los pasillos del castillo. A veces iban a la cocina, y otras veces se topaban con su nuevo padre que aún estaba en la oficina leyendo o terminando informes.

Últimamente había logrado dormir en la misma cama con su papá sin sentirse en peligro o en guardia, no había tenido pesadillas o sensación de que algo malo iba a pasar. Jean había pensado que sus pesadillas solo se tratarían de lo que había pasado abajo.

De todas formas, ¿A qué más debería tenerle miedo?

Estaba seguro de que aquí, nadie lo iba a lastimar como hacían abajo. No había un peligro real, más allá de niños queriendo, siendo malos, diciendo insultos sin importancia.

Entonces porque estaba soñando esto...

—¿Papá? —Jean preguntó cuando la figura de su papá estaba delante de él—¡Volviste!

—¿Ya empacaste tu ropa? —Jean lo miró interrogante —Tus cosas. Te vas a ir con Kenny...

—¿Quién es Kenny? ¿Y por qué? —Jean sentía las lágrimas que salían de sus ojos—¿Dónde voy a ir?...

—Con él. Eres demasiado trabajo, y eres caro. Alimentarte y mantenerte me sale caro—su papá dio un suspiro.

—¡Yo! ¡Comeré menos! —Jean gritó—Comeré menos y no tienes que comprarme nada, yo seré bueno. Me portaré mejor lo prometo. —Jean intentó llegar a su papá, pero sentía que no podía caminar. En cambio, su papá si se estaba alejando...

Despertó sobresaltado, alguien está moviendo su hombro. Unos ojos azules lo miraban preocupado.

Mi cuchillo, debo defenderme...

¿De qué? Papá no me quiere. No puedo defenderme de eso.

—¿Estás bien Jean? Llamo al abuelo...

Brillo en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora