31.-Señora Yeager.

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Levi se estaba molestando de la conservación innecesaria que estaba teniendo Erwin con el hombre, era claro que parecía querer descubrir algo sobre la muerte de los padres del niño, pero el hombre mayor había demostrado que era listo, se había mantenido sereno y respondiendo las preguntas con inocencia, pero sin revelar nada que lo comprometiera.

Había averiguado que los padres del niño rubio eran así por decirlo mecánicos, parecían en serio inteligentes, que su muerte fue una sorpresa grande para él. Que tuvo que hacerse cargo de Armin cuando el niño solo cerca de 4 años. Aún recordaba a sus padres, pero el chico parecía solo guardar lindos recuerdos.

Después de conseguir la dirección correcta de la casa donde estaba su hijo. Toco la puerta, Erwin y Hange estaba a su lado conversando del señor Arlert, había estado escuchando en silencio sin decir nada, pero había deducido lo mismo.

El hombre esconde algo. Pero Levi no iba a intentar interponerse en los secretos del hombre.

La puerta fue abierta por una mujer de pelo negro que tenía una sonrisa calmada. De una esquina vio a su hijo, sentado en la silla de la mesa de la cocina, estaba comiendo un bocado de seguro era sopa, parecía feliz por como movía sus piernas.

—Buenos días, vengo a buscar un moco...—Levi miro hacia atrás para ver que imbécil fue el que le dio una patada en el tobillo, apostaba sus pocas monedas que era Hange—Niño. —Dijo de mala gana.

Seguramente la voz de poco amigos de Levi hizo que su hijo dejara de comer y sonriera con la cara manchada de comida, y sonriera.

Asqueroso.

Pero lo encontró extrañamente lindo.

—Papá— dio un bufido divertido—La señora Carla y el señor Grisha me invitaron a comer.

—Puedo ver eso—Levi miro divertido a Jean. Después miro a la mujer... Que ya no estaba sonriendo, tenía una mirada como si quisiera ver algo en él. Levi no pudo evitar fruncir el ceño... Sintiéndose desafiado.

—Carla por favor—Grisha se levantó y se acercó a Carla para tomarla del hombro para que Levi pasara—Pueden esperar a Jean termine de comer.

—Tchs, no es como lo obligara atragantarse con la comida—Dijo... Algo alterado, sintió que Hange le daba una patada en el talón—Tienes un problema cuatro ojos...

—No es nada, no es nada—Erwin levanto las manos, y lo empujo a entrar—Levi por favor.

Levi no pudo evitarlo, claramente la mujer parecía ver cada una de sus falencias, sentía esa mirada como si ella fuera la mejor de todas, y viéndolo de arriba abajo buscado algo... Cualquier cosa...

No sabía que.

De nuevo ese maldito sentimiento que había sentido en la casa del anciano lo estaba sintiendo ahora en esta casa.

—No pelees—Jean lo miro frunciendo el ceño, Levi se acercó para tirar de su mejilla—¡Papá! —Jean se sobó la mejilla maltratada.

—No me ordenes, pequeña mierda. O nos veremos en problemas—El tono que uso fue algo sarcasmo, Jean en vez de intimidarse, se rio. Levi sabía que el mocoso entendería... Menos la señora Carla, que apretó un poco los puños.

¿Cuál es su puto problema? Quiere comenzar una pelea...

—¿Usted es el capitán Levi? —Una voz lo saco de su vista de su hijo, el niño que claramente era el hijo de la mujer, lo observaba con ojos ilusionados, casi como si fuera una santidad...

Hizo una mueca.

—Puede ser, —Dijo sentándose al lado de Jean. Miro hacia el frente, la mujer también sentó al lado de su hijo, mientras Hange y Erwin se había apartados incómodos en la cocina. El señor Yeager parecía también incómodo—¿Cuál es tu problema? —no pudo evitar sonar defensivo cuando el niño aún no quitaba su mirada de él.

Brillo en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora