15-Sueños

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Jean se había mantenido fiel a su palabra en comportarse como un buen niño, en cierta manera no se le hacía difícil con la calidez que trasmitía la casa Arlert.

Por lo que ahora se encontraban debajo de un árbol. Mientras Armin leía su libro y él tenía los ojos cerrados disfrutando de la briza.

—¿Cómo encontraste este lugar? —Jean dio un pequeño bostezo mientras abría los ojos para mirar al chico. Armin se había sobresaltado para regalarle una mirada de disculpa—¿Qué?

—Lo siento, a veces olvido que estoy con alguien, te debes estar aburriendo—Jean puso los ojos en blanco.

—Me gusta la tranquilidad. —se escogió de hombros—no has respondido mi pregunta.

—Este es el lugar de Eren, pero él no está aquí en este momento—Armin le sonrió. —suele acompañar a su padre por unos días a visitar a sus pacientes.

—¿Pacientes? —Jean preguntó dudoso.

—Es doctor.

Jean hizo una mueca.

Tenía un recuerdo de un hombre que le había dado un medicamento para que se sintiera mejor del estómago.

La imagen no era tan borrosa, pero aun así se le dificultaba reconocer donde estaba y como había llegado a una cama tan cómoda.

—Oye Armin—Jean movió la cabeza intentando concentrar sus ideas. Tenía una pregunta importante que hacer—¿Dónde están tus padres?

Jean no esperaba que el chico lo mirara con una mirada herida. Una más bien que parecía una mirada algo melancólica.

Y triste.

—... Mis padres estaban construyendo algo que los llevaría afuera de las murallas... Solo sé que... La policía se enteró, cometieron un delito... algo así. Supongo... Que están muertos.

—¿Aun así, quieres ir afuera? —Jean se acercó al chico. Sus manos las tenía apretadas en puños.

—Ellos querían conocer el río de agua salada, montañas de arena, me hablaron de lo hermoso que sería ir afuera—el chico levantó la mirada, sus ojos lucían decididos—ellos no pudieron, entonces yo lo haré.

Si bien Jean estaba comenzando una amistad con Armin. Llevaban unos días conviviendo juntos. Tenía que admitir que el chico tenía determinación.

Aunque era suicidio limpio.

—Siento lo de tus padres—Jean aspiró, para relajarse y tomar la mano de Armin—pero esa decisión que estás tomando no se debería pensar por un sueño frustrado de tus padres.

Armin bajo la mirada, pero sus ojos volvieron a tener brillo y fuego.

—Sería genial que algún día nosotros tres, yo, Eren y tú. Pudiéramos ir afuera.

Jean bufó por la inocencia de Armin. Él no era el mejor, sabía que un tenía algo de niño, pero justo en este momento, Jean solo podía observar el sueño inocente de un niño.

Si Jean se guiara solo por ese sueño infantil de conocer afuera de las murallas, no parecía tan malo ir afuera. Simplemente ir afuera para conocer el mundo.

Y no pensar en los horrores que pueden hacer los titanes. Su tía Hange siempre hablaba de los titanes, por lo que Jean había tomado conocimiento que es lo que hacía esos titanes con los humanos.

Jean no quería terminar siendo comida para algunos de ellos, como tampoco ser vomitado después.

—Sí, supongo que sería genial ir afuera por ese motivo—Jean miró hacia el cielo, soltó la mano de Armin—un sueño muy inocente sin ver lo que te va a costar llegar a eso.

Brillo en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora