20.Comparar

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Puede que Jean no haya sido muy cooperador al siguiente día con la señora Yeager. No esperaba que la mujer viniera en la mañana para dejar un poco de comida, para Armin y él. Y sugiriera que ambos vayan a su casa a comer.

—Vamos Jean. La señora Carla está siendo amable no es nada malo—Jean frunció el ceño.

La mujer tenía una mirada de paciencia, parecía que no los lastimaría...

—Ambos pueden venir a la hora de almuerzo, es un poco aburrido estar tan sola cuando mi hijo no está.

—¿Qué quiere a cambio? —Jean se preguntó si podía creer en ese tipo de bondad.

La mujer lo miró con... ¿Lástima?, para después mover la cabeza como negando, y darle una sonrisa amable.

Bajó hasta la altura de Jean.

—Podrían traer un poco de leña, ¿Está bien para ti ese tipo de cambio? —Jean asintió... Con un poco de alivio.

Eso se siente mucho mejor que simplemente recibir algo sin dar nada de cambio. Quizás como no tenía a su hijo para que hiciera ese tipo de trabajo, necesitaba a alguien que le buscara leña.

Jean podía hacer eso.

—Sí, puedo hacer eso —Asintió conforme.

No iba a confiar tan fácilmente en la mujer. Pero Jean tenía que admitir que...

Que ella era amable y linda.

Sus interacciones con madres no eran las mejores, sabía que su madre verdadera nunca lo quiso, él lo sabía, Jean hacia todo lo que ella le pedía, sin siquiera pensarlo, ciertamente eso le ganó golpizas por parte de las otras personas, porque su madre siempre le pedía que robara.

No tenía el rostro de la mujer que le dio la vida, estaba seguro de que le faltaban varios recuerdos que esa mujer había provocado. Jean se había sentido mal cuando empezó a olvidarla.

Petra siempre hablaba bien de su madre, Uluo también hablaba muy orgulloso cuando decía que madre era la mejor cocinera.

Su padre hablaba muy bien de su abuela.

"Ella era muy amable"

Entonces Jean había pensado que estaba mal olvidarla, y solo recordar cosas malas. Pero por lo que más intentó recordar algo bueno, solo había un gran vacío en su mente.

Mentía, había recuerdos, pero no sabía si se podían reconocer como buenos recuerdos.

¿Algo estaba mal con él?

Recuerda una pequeña sonrisa cuando Jean traía monedas, recuerda cuando ella lo dejaba afuera cuando tenía clientela...

Entonces Jean había pensado que todas las madres eran así, solo que él era defectuoso, por no poder extrañar a su madre.

Pero ahora, mientras Jean dejaba un poco de leña en la casa. La mujer le sonreía, para acercarse y limpiar su cara con un paño...

¿No todas las mamás se comportaban igual?

Armin había dicho que las madres curan heridas, y dar abrazos sorpresivos.

¿Pero qué era esa delicadeza que le daba esta mujer?

¿Por qué lo miraba como si fuera precioso y algo que había que proteger?

"Siempre serás un bastardo, maldito niño que ni siquiera pude sacarte de mí interior..."

—Jean—la señora Carla hizo que él parpadeara por ese recuerdo... No pudo evitar unas lágrimas traicioneras que resbalaron de sus mejillas—Está bien llorar ¿Sabes?

Brillo en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora