26.Paternidad.

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Levi tomo la mano de Jean para entrar al castillo, no estaba realmente esperando que el castillo reluciera como él le gustaba, pero tuvo que admitir que el niño había hecho un gran trabajo incluso si solo tuvo un día y la noche para hacer la limpieza.

Llevo su mano hasta la cabeza del niño para darle una palmadita y descansar su mano ahí, Jean levanto la vista y lo observó atento.

—Lo hiciste muy bien—Jean le dio una pequeña sonrisa. —Incluso mejor que mi escuadrón.

Escucho un chisteo, de que seguro fue de Oluo. Levi ni siquiera le importo una mierda lastimar sus sentimientos. Jean había hecho un trabajo decente y solo era un niño.

—¿Comiste? —Levi se puso a la altura de Jean. Este aparto la mirada—No has comido. ¿Desde cuándo?

—... No me da hambre—Jean musitó. Levi puso los ojos en blanco—Desde ayer... Comí antes que el abuelo me viniera a dejar.

—Es por eso por lo que te pusimos horarios. Tienes que comer a esa hora incluso si no tienes hambre. —Hange negó acercándose y poniendo su mano en la frente de Jean—Bueno no hay fiebre. Nos sobró un poco de carne seca. Toma y cómelo mientras te preparamos algo.

—Está bien tía Hange—Jean mordió la carne seca que le había dado Hange. Levi dio un suspiro para tomar a Jean en brazos.

Normalmente dejaría que el niño caminara por ahí, mientras él prepara el desayuno de Jean. Pero se sentía más calmado ahora que tenía al chico en sus brazos. Estaba agradecido que Petra le estuviera preparando el desayuno a Jean. Porque al menos podía tener al chico en sus brazos más tiempo.

Se sentía raro, era como una preocupación constante que estaba teniendo en este momento. Incluso por lo que escuchaba Levi de Jean sobre las personas que lo estuvieron cuidando. Aún se sentía con dudas y miedos que algo malo le pasara al niño.

¿Se habría enfermado? ¿Alguien cuido de él? ¿Abra comido todas sus porciones? ¿Hubo días que comió todos los días? ¿Tenía más amigos?

¿Qué mierda me está pasando? No es como si hubiera dejado al niño por años.

—Comételo—Levi levanto una ceja desafiándolo que no lo hicieran, Jean frunció el ceño al mirar el resto de avena que le quedó—Jean...

—Pero ya comí, solo me queda un poco...

—Bien como es un poco, entonces puedes comértelo

—Pero voy a vomitar si como mucho—Jean dijo con pesar.

—No, porque te quedaras en mis brazos hasta que ya no sientas ganas de vomitar—Levi dijo con seguridad—Después tomaremos un poco de té. Compré galletas en el pueblo, puedes comerte una.

—Está bien.

Jean dijo un poco más emocionado a la perspectiva de algo dulce que pudiera comer.

Aunque al final, su mocoso no había comido la galleta porque cuando lo tomo en brazos para asegurarse que el niño no se moviera tanto, y no terminara vomitando. Se terminó durmiendo, quizás fue la posición en que lo puso, o porque empezó acariciar su espalda despacio y con suavidad o porque el niño no había dormido en la noche. Que el chico terminó durmiendo.

—Debe estar muy cansado—Mike dijo viendo a Jean—Pero debes admitir que el niño hizo bien en quedarse en la casa de ese niño.

—... Lose.

Él tenía que admitir que era cierto. La única razón por que había dejado a Jean solo en el castillo había sido porque el niño ya había estado solo en el subsuelo. Viviendo precariedades claro, alimentándose seguramente una vez al día o días sin comer, viviendo con el mínimo. Pero el niño sabía estar solo.

Brillo en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora