Sonríe para mí

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—¿Qué le pasa? —Izuku murmura una vez en la tranquilidad del apartamento, sentado envuelto en una cobija gruesa —Nunca la había visto así, ¿Qué le pasa, Kacchan?

Izuku mira cada rasgo del rostro de Katsuki, este aparta la mirada, incapaz de mantenerla en los brillantes ojos del mayor.

—Deku...

—Odio que me llames así, ese nombre y yo ya no tenemos que ver en nada.

Katsuki siente como si le clavaran un puñal en el pecho. Recuerda, que ahora el canal de Izuku quedará en el olvido, abandonado y quién sabe si volverá a  estar activo. Por la forma en la que habló Izuku, lo duda, por lo menos no pronto.

—¿Por qué me miras así? Es solo la verdad, ahora soy simplemente Izuku Midoriya. Acostúmbrate —se levanta y camina hacia la cocina en busca de un vaso de agua.

—Ya lo sé, pero-

—No hay ningún pero, olvídate de que fui YouTuber, ¿Quieres? Parece que solo estás conmigo por lo que muestro, no por lo que soy —ese comentario fue suficiente para encender a Katsuki de una mala manera.

—¿De qué mierda estás hablando? En ningún momento he dicho o hecho algo que te haga pensar esa estupidez.

—No hace falta, yo simplemente lo sé. Con todas las cosas que han pasado no hemos tenido tiempo de sentarnos y hablar sobre nosotros, dime, ¿Cuál es mi color favorito? —bebe el vaso de dos tragos y lo deja violentamente en la mesa.

—Izuku, te estás pasando y no quiero decir nada de lo que me pueda arrepentir...

—No, dime, ¿¡Cuál es mi jodido color favorito!? —Izuku levanta la voz y en consecuencia Katsuki lo imita.

—¡No lo sé! ¿¡Está bien!? ¡No lo sé! Pero más vale que relajes el maldito trasero que si tu madre está loca y te enfada no es razón para que te enfades conmigo que ya tengo suficiente mierda que aguantar como para que tú te vuelvas un problema más —espeta secamente.

Se forma un silencio tenso. Katsuki jadea intentando tranquilizarse luego de soltar toda esa palabrería e Izuku simplemente se queda sorprendido, mirándole. Se miran durante unos segundos antes de que Izuku hipe y empiece a llorar. El rubio ceniza rápidamente se arrepiente de sus palabras, justo como había dicho y corre al lado del peliverde para abrazarle.

—Joder, Izuku... Te dije que no quería decir algo de lo que me arrepintiera más tarde... —susurra y el mayor se hunde más en su pecho.

—Perdón, yo me pasé más contigo cuando no tienes culpa de nada. Soy un idiota —esconde su rostro en el cuello de Katsuki y solloza.

—Está bien, fue cosa de los dos, pero la próxima puta vez hablemos bien desde el principio, ¿Entendido? —separa a Izuku de él y este le sonríe entre lagrimas.

—Entendido.

Se vuelven a abrazar durante un rato, tranquilos, dándose de vez en cuando algún casto beso, sin llevar la cosa a mayores. Izuku observa el rostro de Katsuki, es demasiado atractivo aunque sus rasgos parezcan afilados y torpes. Es guapo. Katsuki lo pilla mirando y le levanta una ceja, pero él niega con la cabeza y vuelve a acurrucarse en el menor.

—Mi color favorito es el verde.

Katsuki levanta la mirada de donde está concentrado haciendo la cena para los cuatro e Izuku sonríe desde el sofá.

—... El mío el negro.

—¡Qué aburrido! Ese color es muy normalito —ríe.

—Y el verde es horrible.

—¡Oye! ¡Retira eso!

—No pienso negar la verdad, nerd.

—¡Kacchan!

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