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Leucemia.

Inko fue diagnosticada con leucemia cuando Izuku tenía once años. No sabían que hacer en ese entonces, las facturas los ahogaban y el trabajo de contable que tenía Inko les daba escasamente para la compra del mes.

¿Por qué el mundo abusa de los mas buenos?

No podía perderla a ella también como a su padre, no podían dejarle solo. La respuesta vino poco después luego de mirar a su ídolo en YouTube.

Siempre han dicho que hacer vídeos es ganar dinero de una manera fácil y rápida, ¿No?

No lo es. Izuku tardó años en atraer una buena cantidad de público. Empezando a jugar algunos videojuegos, reaccionando a otra clase de vídeos, comentando cosas... Fue duro, sí, estuvo a poco de rendirse, también, pero Inko lo valía. Valía cada tutorial que vio de cómo editar vídeos, cada momento silencioso que no sabía llenar cuando le hablaba a la cámara y más tarde cortaría, cada noche que se pasó montándolos que afectaría su rendimiento en clase al día siguiente. Todo eso y más.

Ahora tiene montado un imperio, está a nada de llegar a los diez millones de suscriptores luego de siete años. Tiene el suficiente dinero para pagarle el tratamiento a Inko y ella no puede estar más agradecida por ser capaz de sacarlos adelante. A lo largo del tiempo que lleva en YouTube ha conocido a otros YouTubers que se convirtieron en grandes amigos. Como Shoto, Tsuyu, Sero... La vida le sonríe y espera que siga así.

—... ¿Musutafu? ¿Qué sitio es ese?


—No está muy lejos de Tokio en realidad, solo que no es muy conocido —Tsuyu cierra hábilmente la maleta para ponerse en pie —Nos han llamado desde allí y nos ofrecen un buen contrato...

La fémina se relame los labios, ambiciosa. Izuku ladea la cabeza la cabeza, no le viene mal cambiar de aires un poco. Inko ha estado muy encima de él con la excusa de pasar tiempo juntos y ya está empezando a agobiarlo.

—No es mala idea, aprovecharé para hacer un poco de turismo —sonríe entusiasmado siendo sorprendido por el flash de la cámara que lleva Tsuyu colgando del cuello.

—Primer recuerdo del viaje —agita la cámara en frente suya para impedir que Izuku sea capaz de ver el sonrojo que lleva en las mejillas —Solo ten cuidado de que te reconozcan cuando vayas por la calle. No te olvides del cubrebocas.

—Lo sé, lo sé —rueda los ojos aunque en el fondo le divierte la preocupación innecesaria de Tsuyu —¿Cuándo nos iremos?

—Pues... —piensa un momento haciendo una mueca —Si nos esperan allí el veinte probablemente estemos un día antes. Para el diecinueve ya estaremos en el hotel.

—¿Tan pronto? Dentro de una semana...

Se deja abrazar por Tsuyu aunque le resulta raro la extraña efusividad y cariño de ella. Le incomoda ese tipo de tratos porque en el fondo sabe que hay algo más que Tsuyu no le ha contado e Izuku desafortunadamente es plenamente consciente de qué y no le gusta para nada. La amistad que mantienen es bonita, ¿Para qué arruinarla por un sentimiento equivocado y no correspondido? No es capaz de rechazarla, se conoce lo suficiente para saber que si Tsuyu se le confiesa, él aceptaría para no hacerla sentir mal y eso no está bien.

No lo está.

Se aleja sutilmente regalándole una sonrisa.

—¿Cómo está Inko-san? Oí que la ingresaron hace unos días...

—Ah, eso... —una mueca de tristeza cruza sus rasgos y se rasca la nuca —Vamos a probarle otro tratamiento, el que tiene ahora mismo no le hace el mismo efecto que al principio.

—¿Y cómo es que estás aquí? Si mi madre estuviese en el hospital yo estaría a su lado las veinticuatro horas del día, no entiendo qué haces aquí en vez de apoyarla en un momento tan difícil —pone las manos en su cintura mientras sigue hablando.

—Asui-san...

—Estoy segura de que Inko-san te estará esperando justo ahora y tu aquí —niega con la cabeza con desaprobación —No deberías de tomártelo tan a la ligera porque ahora tengas dinero, un día a ella le puede pasar algo y...

—¡Asui! —grita molesto apretando los puños.

La nombrada cierra la boca y lo mira con los ojos abiertos. Era demasiado raro enfadar a Izuku.

—Sé que mi madre está en el hospital. Pero yo también necesito descansar, llevo varias noches quedándome allí y hoy he vuelto por unos cambios de ropa y comer algo decente. Nada va a cambiar estando o no allí. Sigo preocupado por ella como en el primer minuto en que le diagnosticaron cáncer así que por favor, no te metas en lo que no sabes y no tienes por qué hacerlo —bufando se cuelga la mochila y abre la puerta de la habitación de la fémina —Nos vemos más tarde si eso.

—... U-Uh... Metí la pata, ¿Cierto? —se susurra dirigiendo una mano a su pecho mordiendo su labio inferior.

Mientras Izuku ya fuera de la casa de Tsuyu no puede evitar que sus ojos se cristalicen. Él está haciendo las cosas bien, ¿Verdad? No es un mal hijo por tomarse un pequeño descanso de pasar las noches en vela cuidando el sueño de la mayor y comiendo comida nada saludable de la cafetería. Ahora el sentimiento de culpa carcome su pecho, quizás no debió de salir aún del hospital... A lo mejor su madre está sufriendo una crisis en este momento y él pasando el rato con Tsuyu... Unas pequeñas lágrimas escaparon de las cuencas de sus ojos y rápido llamó un taxi para volver. No debería de haber salido en primer lugar.











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