50. La realidad es una ilusión.

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Después de esa incómoda visita por parte de aquel mocoso albino, el rubio pudo comenzar a calmar sus pensamientos, quizá estaba siendo paranoico, él también había dudado de su Pino, pero no lo dejo ni se enojó con él como lo estaba haciendo en esos momentos. Su respiración se fue relajando poco a poco hasta que sin darse cuánta terminó acostado en el suelo, estaba cansado, todo el desastre que había provocado por la madrugada había sido limpiado, ahora estaba tan limpio como el castaño había dejado la última vez que estuvo ahí, había olvidado llamar o mandarle mensajes a su novio, ni siquiera sabía si aquel lo había llamado, ahora no sabía dónde estaba aquel aparato del demonio que no había escuchado sonar en todo el día.

Después de unas horas de buscar por todos lados su celular y volver a limpiar lo encontró sin batería, había varios mensajes de texto y su buzón de voz tenía al menos 3 mensajes.

Di, espero que no estés molesto
conmigo, si hice algo mal me
gustaría que me lo dijeras.


Hola Di, que tengas buen día
Llámame en cuanto puedas

Saldré con Mabel al centro
comercial. Te llamo cuando
Regresemos

Después de leer los mensajes de texto siguió con los de voz.

Di, no sé si estás molesto
conmigo pero te daré tu
espacio cuando estés listo
llámame.

No sé si decir esto por teléfono,
pero sabes que te amo y siempre
trataré de apoyarte en lo que necesites.

Intentaré dormir, pero si
quieres llamarme sabes
que responderé, siempre
estaré para ti.

El rubio se sentía mal, escuchar a su Pino de esa manera lo hacía sentir como lo peor del mundo, sabía que él no tenía la culpa de todos los sentimientos negativos que pasaban por su mente y que ese chico siempre estaba a su lado apoyándolo, no era justo que lo tratase de esa forma. Estaba decidió a llamarle pero al ver la hora lo dudo, las 3am no era el mejor momento para llamar a alguien, sería mejor llegar a su casa a primer hora.

De nuevo Dietrich no había dormido, no sabía cuál era la mejor manera de visitar la casa del castaño, sabía que él no lo odiaba pero si se estaba odiando a si mismo por el trato que le había dado, a las 6am cuando varios comercios se encontraban abiertos decidió salir, había pasado parte de la mañana cocinando crepas las cuales sabía que su novio amaba, las guardo con cuidado en una caja en forma de pino que el mismo había hecho. Tomo 2 libros que acababan de llegar sobre misterios sin resolver y los envolvió con un curioso papel que él había hecho aparecer el cual tenía pinos y triángulos azules y amarillos respectivamente. Con una sonrisa salió a la casa de su novio.

Dipper no habia podido dormir pensando en Dietrich, sentía que había exagerado su reacción cuando ni siquiera sabía que habían hablado su hermana y su novio, se sentía culpable y no sabía si debía ir a buscar a su novio, su cabeza era un mar de nervios y el cansancio no lo ayudaba a mantenerse despierto hasta que en algún momento todo se tornó oscuro y cayo presa del sueño.
Justamente a las 8am el rubio ya se encontraba fuera de la Cabaña del Misterio, pero ahora dudaba si tocar o esperar a que alguien saliera y casualmente decir que iba llegando, estaba tan sumido en estos pensamientos que sin darse cuenta su seudo plan estaba por salir a la perfección.
-No vuelvo pronto, me voy con las chicas.- La castaña salía apurada cuando choco con Di y cayó al suelo. -Hola Di, mi hermano esta arriba durmiendo, no lo despiertes.- Le dijo con una sonrisa sin siquiera dejarlo hablar mientras se levantaba y se sacudía. -Nos vemos
Resignado el rubio entro, saludo a los gemelos mayores y subió a donde su Pino dormía. No quiso despertarlo y solo se sentó en la silla que estaba frente a la mesita de noche, dejando los regalos en ese mismo lugar.
El rubio se quedó sentado en el mismo lugar mientras observaba como Dipper dormía, lo encontraba tan tierno y al mismo tiempo le rompía el corazón no haber dormido con él la noche anterior, a pesar de que dormía se notaban las ojeras que aun tenia, llegando el medio día despertó y se asustó por ver al rubio ahí, se pellizco en múltiples ocasiones para saber si realmente estaba viendo a su novio o si era un sueño.

-La realidad es una ilusión, el universo un holograma, bésame pino, buenos días.- Decía el rubio mientras se acercaba peligrosamente a él hasta rozar sus labios con los ajenos. -Te extrañe pequeño Pino. -Paso sus manos detrás de la melena castaña para acercarlo más a él y besarlo desesperadamente, al terminar el beso pego sus frentes sin soltar su nuca. -Perdóname por haber actuado como un idiota
-¿Estabas actuando?- Dijo en medio de risas
-Cállate Pino.- Cerro los ojos y se mantuvo en esa posición durante varios segundos
-Di, tengo hambre
-Tu siempre tienes hambre. Iré a calentar esto
-Así está bien, yo tengo la culpa por despertar tan tarde
-Sabe mejor caliente.- Se acerco a acariciar su rostro antes de salir directo a la cocina y realizar la acción que antes menciono. }

Después de desayunar comenzó a contarle su encuentro con Gideon un día antes
-También estuvo aquí, Stan dijo que había preguntado por Ford, pero no sabía que era lo que buscaba, así que negó que estuviera aquí, al parecer estuvo toda la tarde sentado frente a la cabaña.
-Al parecer desconfía de mi
-¿Te vio hacer algo extraño para que tenga esos motivos?
-No que recuerde.- Contestaba mientras sobaba su barbilla pensando y recordando que solo lo había visto cuando lo espiaba fuera de la librería, nunca se acercó a él directamente hasta ese día.
-Tenemos que averiguar que trae entre manos, tal parece que personas como él no cambian.
-Estoy en eso Pino, por el momento tenemos que hacer que piense que no sospechamos de él
-Me acercaré como su amigo, para que me cuente que planea.- El rubio lo miro con los ojos entrecerrados mientras alzaba las cejas, era algo muy gracioso de ver, pero el castaño evito reír
-Tú no te acercaras a él de esa manera, no sabemos lo que podría intentar, y si no quieres que Gravity Falls tenga un ciudadano menos él tampoco se acercara a ti.
-Oh vamos Di, no dejare que intente nada raro
-Dije que no Pines.- El castaño se acercó a darle un beso en la mejilla.
-Tendré cuidado.- Decía tiernamente
-Eso es trampa, pero tendré que confiar en tu buen juicio
-Debes confiar en mí siempre Di
-Y tú en mí, ¿De acuerdo?.- El castaño solo asintió y continuaron trazando el plan que pondrían en práctica para averiguar las intenciones del albino.

Una vez más junto a ti (BillxDipper)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora