Matt Murdock [+18]

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-¡Papá! -gritas, frunciendo el ceño mientras te pones de pie de un salto y pasas de lado la maleta en el medio del piso-. Papá, ¿has visto mi...? -llegando a la puerta, giras la perilla y la abres, solo para encontrarte con Matt Murdock parado justo en el umbral. Sientes un nudo en la garganta en el momento en que lo ves-. Señor Murdock -murmuras, protegiéndote parcialmente con la puerta-, no sabía que vendrías.

Una ceja morena se arquea sobre el borde plateado de sus gafas, pero por lo demás su expresión es ilegible.

-¿Estás molesta porque estoy aquí?

Tragas ese maldito nudo en tu garganta y sacudes la cabeza. -N-no -mientes-, por supuesto que no. Yo solo... me asustaste, eso es todo. ¿Dónde está mi papá? -estiras el cuello para mirar a su alrededor; por lo general, si lo llamaras, tu padre ya estaría subiendo los escalones, pero no podrías escuchar sus pesados ​​pasos. Matt bloquea tu visión, en cambio.

-Salió al patio para atender una llamada telefónica -él responde, plano, y se inclina hacia adelante-, ¿Puedo pasar?

-Se supone que no debes... -pero estás distraída cuando la punta de su zapato se desliza contra la puerta para abrirla cuando comienzas a empujarla para cerrarla, atascándola-. Señor Murdock -miras fijamente su pie, empujando contra la puerta detrás de la que te escondes-. No deberías estar aquí.

Matt solo sonríe, te da escalofríos. -Nunca te había molestado antes -y con eso, su palma descansa plana contra la puerta y se abre paso dentro. Tropiezas hacia atrás, chupándote el labio inferior con la boca para masticar la carne vulnerable mientras te paras junto a tu cama, con el corazón latiendo más rápido. Sabías que podía oírlo; no sabías cómo, pero sabías que él podía. Una vez que la puerta está cerrada y bloqueada detrás de él, da un par de lánguidos pasos hacia adelante, hasta que golpea el borde de la maleta abierta con el zapato. Haciendo una pausa, deja escapar un suspiro decepcionado-. Entonces, ¿entonces es verdad? -pregunta, bajando la cabeza por un momento; una mano sube y se frota la sien-. Tu papá me dijo que estabas estudiando en el extranjero este semestre. Pensé que estaba mintiendo. Pensé, no hay manera de que mi dulce, dulce niña intente dejar el país-

Te aclaras la garganta, observándolo con cautela, pero lo interrumpes en voz baja: -No soy tu chica.

-ella nunca trataría de alejarse de mí -Matt termina su pensamiento en voz alta después de solo unos momentos de amargo silencio. Antes de que su cabeza gire en tu dirección-. ¿Es eso lo que estabas haciendo, cariño? ¿Tratando de alejarte de mí?

Un paso desalentador hacia ti, y estás retrocediendo-. No podemos hacer esto nunca más -soltas cuando la parte de atrás de tus rodillas golpean la esquina de la cama.

Las cejas de Matt se juntan, pero se quita la chaqueta al dar otro paso y la tira al borde de la cama. Luego, ambas manos se afanan en aflojar la corbata, y otro paso-. No quiero hacer esto más, Sr Murdock. Eres... eres obsesivo, aterrador y... y violento -insistes, pero él no parece estar escuchando, o no le importa (sospechas de lo último). Se arranca la prenda de su cuello y se une a su chaqueta antes de que unos dedos ásperos se adentren en el escote de su camisa, los botones se sueltan hasta que queda suelto y abierto. Cada cicatriz que decora su abdomen es un testimonio de tu miedo hacia él-. Matt, detente -exiges, extendiendo ambas manos como tu última línea de defensa. Presionan al ras de su cálido y amplio pecho. Matt se queda quieto, pero eres hiperconsciente del chasquido metálico mientras se quita los lazos del cinturón-. Voy a gritar.

-Shh, shh -levantando una mano, te estremeces cuando sus nudillos rotos rozan tu pómulo-. Sabes lo que pasa si gritas, ¿no?

Mirándolo fijamente, sientes que la impotencia insensibiliza los músculos de tus brazos y se te caen a los costados. La yema callosa de su pulgar roza tu labio inferior, la punta misma del dedo se sumerge en tu boca. Asientes, lento y sumisa, y la respuesta provoca una risa ronca del hombre que tienes delante. -Buena chica. Ahora, vas a darte la vuelta y acostarte boca abajo en la cama y sacar tu trasero en el aire para papi, ¿no es así?

𝐌𝐀𝐑𝐕𝐄𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora