Peter Maximoff [+18]

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Después de años de salir con Peter, se podría decir que ustedes dos se conocían tan bien que casi no había necesidad de hablarse para saber qué estaba pasando entre ellos. Por supuesto que había comunicación abierta, en eso se basa cualquier relación (y confianza), pero a veces bastaba una mirada para saber si algo andaba mal.

Y con Peter algo andaba mal.

Junto con Jean y Charles, eras la única telépata en la mansión Xavier, aunque nunca usaste tu mutación para entrar en la mente de Peter. Esa era una invasión de la privacidad y un límite que siempre te habías fijado. A Peter no le importó, dijo que cuando no estaba pensando en su familia, estaba pensando en ti. Lo cual fue muy dulce de su parte, pero era respeto por él de todos modos.

No fue solo ese día que Peter fue malo. Las últimas noches apenas durmió, incluso después de que tuviste sexo y te quedaste en su cama acurrucado con él, podías sentirlo dando vueltas toda la noche y a la mañana siguiente no estaba en su habitación. Y ahora se le podía ver sentado en el sofá con la cara oculta entre las manos.

Ustedes dos no estaban en una crisis de pareja, ni se habían peleado y te gustaba pensar que si había algo en ustedes que había puesto así a Peter, te lo diría. El cual, buscando respuestas, te acercaste a él.

-Pete... -se sobresaltó y tú levantaste las manos en un gesto de disculpa-. Lo siento, no quise asustarte.

-No, no. Simplemente no te escuché. ¿Cómo estás?

-Mejor que tú, estoy segura.

Peter se rió.-No podría engañarte, ¿eh? No es nada, cariño. Pasará.

-Nos contamos todo, Pete. ¿Qué pasa? ¿Puedo arreglarlo?

Cuando te sentaste a su lado, Peter te miró por unos segundos antes de bajar la cabeza y negar.-Solo estoy estresado -admitió-. He estado bajo mucha presión estas últimas semanas. Con Charles, la enseñanza, las misiones, mi hermana y mi madre, la situación de mi padre... Y encima creo que te estoy empezando a fallar como novio, y seguro que me vas a dejar por alguien que te pueda prestar más atención.

-Wow. Eso es demasiado para una sola persona. ¿Por qué no le pides a Charles unas vacaciones? Te lo mereces. Tu familia, Peter, no me corresponde opinar sobre eso, pero creo que tu madre y tu hermana no quieren que te preocupes por ellas. ¡Están bien! No sé qué decir sobre tu padre, ya sabes cómo me siento al respecto. Y en cuanto a mí, tendría que ser bastante estúpida para dejarte. Quiero decir , a veces soy estúpida, pero no a ese nivel. Te amo, tonto. No lo pienses tanto.

Peter se inclinó para besarte.-Te amo.

Le hubiera encantado quedarse en ese sofá besándote y olvidándose del mundo que lo rodeaba, pero era un adulto con responsabilidades que cumplir.

-No te vayas -le pediste, capturando sus labios entre los tuyos de nuevo y Peter te dejó hacerlo. No quería nada más que eso.

-Tengo que ir a la reunión, Charles, Hank y el resto me están esperando.

-No te vayas... -lo besaste de nuevo-. Yo voy en tu lugar. Quiero que descanses.

-Pero, cariño, Charles me va a matar.

Peter protestó, pero hiciste que se fuera a dormir a su habitación. O simplemente para descansar o jugar videojuegos, lo que quisiera pero olvidarse de sus compromisos por un día. También le prometiste que mientras estuviera allí, le prepararías una sorpresa. La curiosidad de Peter se apoderó de él y terminó accediendo a tomarse el día libre.

La reunión fue aburrida por decir lo menos. Peter tenía todas las razones para estar bajo el nivel de estrés que tenía y sabías que tenías razón al reemplazarlo. Mientras Raven hablaba sin parar, te pusiste los dedos en la sien y por primera vez te metiste en la cabeza de Peter. Necesitaba relajarse y tú lo ibas a ayudar.

Peter no estaba durmiendo, pero estaba acostado en la cama con los ojos cerrados escuchando música cuando las primeras imágenes vinieron a su mente. Era lo más lúcido que jamás había imaginado.

Peter te estaba viendo claramente en su mente. Allí frente a él estabas tú, aunque estaba claro que no estabas allí sino dos pisos más abajo escuchando sobre misiones espaciales. Pero a Peter estabas en una cama y le hacías señas con el dedo para que se acercara, a lo que obedeció.

Se acostó en la cama y tú te montaste encima de él. Sin quitarle los ojos de encima le desabrochaste el cinturón y luego le desabrochaste los jeans, alcanzando con tu mano eso que tanto anhelabas. Peter dejó escapar un gemido.

Si alguien hubiera entrado en su habitación en ese momento, habría visto como era la propia mano de Peter la que le bajaba la cremallera del pantalón, aunque en la ilusión en la que se encontraba en ese momento todo lo habías hecho tú.

Sin más jeans o boxers en el camino, tu mano comenzó a moverse arriba y abajo de su miembro. Peter lamió sus labios con su lengua mientras sentía que su pene se erguía. Te desabrochó la blusa y pudo quitártela. Su mano acarició tus muslos y abdomen.

-Déjame -le susurraste, mientras te recostabas sobre sus piernas y empezabas a besar su pene-. Hoy se trata de ti, Peter.

Peter comenzó a protestar, pero las palabras se quedaron a medio camino cuando sintió que tomabas su miembro en tu boca. El velocista sabía que todo era producto de su imaginación, que era algo que tú con tus poderes habías creado para él; pero no pudo evitar pensar en lo real que se sentía. Peter realmente sintió tu lengua recorrer toda su erección y esa sensación lo estaba volviendo loco.

Ahora su polla estaba completamente en tu boca y comenzó a embestir suavemente contra ti, buscando más fricción, y lo consiguió. Sintió que estaba a punto de correrse. Fue vergonzoso hacerlo tan rápido, pero el placer que sentía Peter era más fuerte. No tardó mucho en correrse dentro de tu boca. Peter vio como te tragaste todo su semen y le sonreíste.

-¿Cómo te sientes, Pete? -le preguntaste

-Estoy muy bien, cariño, gracias.

-Pero aún no he terminado -le dijiste, sentándote sobre él e inclinándote para besar la punta de su nariz.

Tu yo real, el que estaba en la reunión, rezaba para que Charles no decidiera interferir y ver lo que estabas haciendo. Eso hubiera sido vergonzoso. Afortunadamente, Charles estaba ocupado con otras cosas, cosas llamadas Lehnsherr, y no te estaba prestando atención.

En la mente de Peter, tú y él se estaban besando, mientras frotabas tu trasero contra su sexo. Sus pulgares acariciaron tus pezones. Sin dejar de besarlo, te elevaste un poco solo para volver a bajar y en un solo movimiento unirte a él.

-Oh, bebé... -Peter puso sus manos en tus caderas y te dejó liderar el ritmo. Caliente por dentro, era como una droga para él.

No podías negarlo, estabas jodidamente caliente con lo que le estabas haciendo imaginar a Peter. Pero a diferencia de él, no podías hacer nada más que asentir a lo que decían las personas en esa reunión. Aún así, como le habías dicho a tu novio, todo se trataba de él en ese momento. Peter se lo merecía.

Peter vio cómo lo montabas. La velocidad era lo que necesitaba y la sensación de placer era absoluta. Puso una mano detrás de tu cuello y te atrajo hacia él para besarte de nuevo.

-No sé cómo lo haces, pero eres increíble -susurró aún contra tus labios. Le sonreíste.

Peter tomó el control del sexo y comenzó a empujar más fuerte dentro de ti. Se mordió el labio inferior, no pasaría mucho tiempo antes de que se corriera por segunda vez. Te escuchó gemir y aumentó su velocidad. Solo se necesitaron tres embestidas finales para que todo su semen terminara dentro de ti. El corazón de Peter latía rápido mientras trataba de respirar normalmente.

Desapareciste de su mente con un beso y la promesa de verlo más tarde.

Cuando terminó la reunión, subiste a la habitación de Peter para ver cómo estaba. Lo encontraste aún desnudo en su cama pero durmiendo plácidamente. Hacía días que no lo veías dormir así. Volviste sobre tus pasos y cerraste la puerta de nuevo, dejándolo descansar.

Peter despertaría doce horas después, más tranquilo, feliz de haberte elegido y agradecido por las cosas que hacías por él.

𝐌𝐀𝐑𝐕𝐄𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora