⟨Cap. 17⟩

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A pesar de que los profesores habían estado algo dudosos, finalmente llegaron al acuerdo de que Harry podría realizar los TIMOS, Harry recordó que eso era algo de lo que no se había preocupado hasta que le comentaron que no los haría. Pero después de mucho insistir llegaron al acuerdo de que le ofrecerían guías para que pudiera hacerlos, a pesar de su ausencia en clases los últimos meses, Harry tenía mucho que estudiar.

Como no asistiría a clases debido a lo sucedido, Harry dedicaba su tiempo a los estudios y cuando Remus o Sirius lo visitaban le ayudaban con las practicas. Pero eso no era lo único que Harry había discutido con los adultos, pues un par de días después le habían dicho que tendría que tener citas con algún sanador mental.

La visita a un sanador mental era algo que Harry había considerado, claro, pero eso no significaba que cuando se lo dijeron fuera fácil aceptar a la primera.

Él sabía que no estaba bien, sabía que tenía que abordar el tema de las autolesiones que, aunque se habían detenido por su estancia en el ala de enfermería, sabía que tenía probabilidades de volver a hacerlo, porque sabía que eso era algo que no se quitaba fácilmente.

Cuando Sirius quiso preguntarle respecto a ese tema, Harry lo había evadido sin ser discreto, y agradeció que no insistiera, pero le dijeron que en algún momento lo tendría que afrontar, siendo avisado de que un sanador lo visitaría tres días a la semana.

En su primer cita con el sanador, quien, insistió en que lo llamara Dante, resulto mejor de lo que Harry creía, esto debido a que Harry creyó que le haría muchas preguntas sobre sus acciones pasadas, pero en realidad no resulto así. Lo primero que hizo fue preguntarle su nombre, edad, y cosas de registro. Lo siguiente que le preguntó fue una pregunta que se supone sea fácil de responder, pero para Harry no fue así.

"¿Cómo te sientes?"

Harry se quedó en blanco ante esa pregunta, si bien, sí le han preguntado "¿Cómo estás?", esta ocasión se sintió diferente. Harry realmente no sabía cómo responder, había muchas cosas que quería decir, pero a la vez no sabía cómo decirlo; tenía muchos sentimientos y emociones, estaba confundido, se sentía con un peso enorme encima de él, tenía miedo y ni siquiera estaba seguro del por qué. En un momento sin darse cuenta, su boca comenzó a moverse sola, y comenzó a decir como se sentía, parecía estar en automático.

Cuando Dante se fue, asegurándole regresar al día siguiente, Harry aseguraba sentirse de alguna manera un poco más ligero y él solo esperaba que eso fuera bueno.

Harry había creído que lo dejarían volver a sus habitaciones de Gryffindor, sin embargo, no fue así. Harry debía estar bajo vigilancia, según todos, por lo que no lo dejarían salir de la enfermería, durante la primera semana, ni para comer. Durante esa semana también lo había estado visitando Dumbledore, primero se disculpó por su falta de atención durante los meses anteriores y le aseguró contarle las razones después, claro que eso Harry ya lo sabía, pero no se lo dejaría saber. Posteriormente, le dijo qué era lo que harían con los Dursley, ese era un tema que Harry no quería tocar para nada en el mundo, estaba feliz sabiendo que no regresaría con ellos, pero hasta ahí.

Dumbledore le dijo a Harry que debían proceder legalmente y que para eso él debía contar todas sus experiencias con ellos para que pudieran tener evidencias y declaraciones. También le dijo que en la siguiente semana lo visitaría la jefa de aurores Madame Bones quien sería la encargada de su caso, eso a Harry le puso muy nervioso y fue una de las primeras cosas que le comentó a su sanador.

💙💙💙💙💙

A Harry le estaba costando trabajo hacer lo que la muerte le había pedido y para eso tenía una muy buena razón, no lo dejaban solo ni para ir al baño. La muerte le había dicho que sentía la presencia de un Horrocrux en el castillo y para encontrarlo Harry tendría que deambular hasta encontrar el lugar donde se sintiera ese pedazo de alma. Pero tenía que hacerlo a escondidas y nadie lo dejaba solo, cuando no eran Ron y Hermione, eran Sirius y Remus, incluso la señora Weasley, ni hablar de Neville, Ginny o Luna, quienes habían decidido hacer visitas constantes, no nos olvidemos de Madame Pomfrey.

Harry se desesperaba para hacer la búsqueda del pedazo de alma de Voldemort, tanto que tuvo que recurrir a su sanador, le había sugerido a Dante que le diera un permiso firmado donde le permitía dar un paseo solo. Al principio había dudado, pero termino aceptando cuando le dijo que todos lo estaban agobiando demasiado y que creía necesitar un tiempo a solas para pensar de lo que habían hablado en sus reuniones.

Así fue como Harry entregó su permiso a Madame Pomfrey quien después de analizarlo unos minutos finalmente le permitió salir, Harry estaba feliz, pero luego recordó que necesitaba su capa que se encontraba en su baúl, que se encontraba en la torre de Gryffindor, pero antes de que pudiera pensar en qué hacer su capa se materializó en sus manos, sonriendo se la puso y fue directo a donde sus pies lo llevaran.

Estuvo caminando como por diez minutos intentando pensar en donde podría estar y viendo donde podía sentir la magia que había sentido con el Horrocrux que había en él. Sin darse cuenta terminó en el séptimo piso justo donde se encontraba la sala de menesteres y fue ahí donde se le vino una idea.

Se paseó tres veces frente al muro de piedra pensando en un lugar en el que pudiera guardar algo par que nadie lo encontrara, se detuvo cuando la pared comenzó a abrirse en dos dejando ver una enorme habitación con un montón de pilas llenas de cosas. Harry entró y la pared se cerró detrás de él y pudo observar que la habitación parecía no tener fin alguno. Parecía haber muchas cosas que ya no servían como cosas en buen estado, que parecían haber sido olvidadas.

Harry comenzó a recorrer el sitio esperando no perderse y esperando sentir algo que lo llevara al punto donde estaría el objeto buscado, camino como por dos minutos cuando un armario llamó su atención, se dirijo a dicho armario que lo estaba llamando con intensidad y comenzaba a sentir el rastro de magia oscura. Abrió el armario y fue cuando lo vio.

Una hermosa diadema.

Harry sabia que esa diadema contenía el alma de Voldemort y sus sospechas se confirmaron cuando la muerte se hizo presente, al principio no fue físicamente, sino que el aura fría y oscura se comenzó a sentir. Iba a tomarla, pero un susurro le dijo que no lo hiciera, primero la muerte le coloco una protección a Harry para que no le hicieran daño los hechizos que la diadema contenía.

Cuando finalmente pudo, Harry la tomo y la observó, el mismo susurro le dijo que se la llevara, que aún no era el momento de quitar el Horrocrux, muerte hizo aparecer una especie de bolsa de cuero que sería imposible que le quitarán además de que podría guardar todo lo que quisiera.

Harry regresó a la enfermería justo a tiempo, porque cuando vio a Madame Pomfrey parecía que estaba a nada de ir a buscarlo ella misma.

Harry se sentía un poco más ligero, pues había logrado recuperar otro Horrocrux solo le quedaban cuatro más. Solo esperaba que no fuera tan complicado encontrarlos.







¡Hola! ¿Cómo están?
Yo dejo por aquí un nuevo capítulo. ¿Pueden creerlo, dos capítulos en una semana? Yo no puedo, hace mucho no pasaba eso.

Realmente espero que esto tenga sentido y no solo sean un montón de divagaciones, sin embargo, si pudiese haber algunas cosas que no hayan quedado claras y necesitan que las aclare, no duden en hacérmelo saber.

Bueno, realmente no tengo mucho por decir, por lo que me despido.

Gema 💙

Decisiones (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora