⟨Cap. 18⟩

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La semana de los exámenes, tal y como Harry lo había predicho, no fue fácil.

A pesar de que Harry se había dedicado a estudiar mucho durante el último mes, no le resultaron sencillos, fue algo difícil, pero Harry estaba casi seguro de que mal no le había ido, tal vez excepto en el examen de adivinación, pero no pensaba seguir tomando esa clase.

Mientras Harry intentaba realizar el examen de historia de la magia, que por cierto era extremadamente aburrido, una neblina llenó su mente, haciendo que su vista se oscureciera un momento. Ya había experimentado esa sensación antes; sin embargo, le pareció extraño, la muerte siempre esperaba a que fuera de noche y que no tuviera alguna visita pendiente, por lo que esta vez fue extraño. Sin embargo, no podía hacer nada, por lo que simplemente esperó lo que sucedería a continuación, no extrañando dejar su examen a la mitad.

Harry abrió los ojos en el mismo vacío que cuando la muerte se presentó a él por primera vez y pudo ver la figura familiar de la muerte, Harry la miro desconcertado esperando que dijera algo, cuando esto no sucedió, él decidió preguntar.

—No es que me disguste que me hayas sacado de mi examen de historia de la magia, pero agradecería que me dijeras la razón por la cual estoy aquí.

—No te va a gustar lo que te voy a decir —advirtió mientras inclinaba la cabeza pensando en lo que diría a continuación—. Al que tú llamas, Voldemort está intentando usar el vínculo que tenía contigo para mostrarte —hizo una pausa buscando la palabra correcta—, un recuerdo falso.

—¿Qué? ¿Cómo sabes? ¿Qué clase de recuerdo? —preguntó Harry confundido.

—En primer lugar, lo sé porque recuerda que te dije que estaría otorgando protección a tu mente mientras controlaba la oclumancia, en segundo lugar, porque no mejor lo ves con tus propios ojos.

El vacío en el que se encontraban se transformó en uno de los pasillos del ministerio, más específicamente una puerta, la puerta con la que había estado soñando antes de que intentará desvivirse. Atravesaron la puerta y entraron a una habitación que parecía ser interminable y llena de pasillos con estante que almacenaban algunas bolas de cristal.

Harry tenía curiosidad, al fin descubrió lo que escondía la puerta con la que había estado soñando por meses, pero antes de que pudiera acercarse para ver qué eran las bolas cuando un grito llamó su atención.

Harry giró su cabeza rápidamente que pudo haberse lastimado el cuello, pero no le importó, él quería saber de quién era el grito. En seguida fue al punto de donde provenían los ruidos, siendo seguido por la muerte, cuando dio con el pasillo y pudo ver qué la persona que gritaba no era nadie más que Sirius, sintió como un miedo que no creía poder sentir lo invadía.

Iba a acercarse a su padrino cuando una esquelética mano de la muerte, se posó en su hombro deteniéndolo, haciéndolo sentir un escalofrío.

—¿A dónde piensas que vas? —preguntó la muerte casi divertida—, ¿Tengo que recordarte que esto no es real?

—Pero tú- oh, es un recuerdo falso, lo entiendo, pero ¿Por qué me mostraría esto?

—Porque sabe que intentarías salvar a tu padrino, tal y como estabas a punto de hacer, y así lograría su objetivo, que es obtener la profecía, recuerda que él no la sabe completa.

—Entonces ¿Eso es lo que ha querido desde el principio? ¿La profecía?

—Al parecer, sí.

—Realmente no entiendo cómo eso lo beneficia.

—Luego te preocupas por eso, yo solo cumplí con advertirte sobre esto, dejo a tu libre albedrío lo que harás a continuación.

Y con eso, la muerte desapareció y Harry recupero poco a poco la conciencia nuevamente.

Decisiones (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora