Decisiones (Harry Potter)

⟨Cap. 23⟩

Harry despertó sin saber qué hora era, sintió que durmió demasiado, por lo que decidió levantarse e ir a darse un baño antes de bajar, no quería levantar sospechas. Cuando estuvo en la cocina se dio cuenta de que, en realidad, no era tan tarde, pues recién estaban desayunando, se disculpó por bajar tarde y se sentó a desayunar. Ese día todos estaban sospechosamente en silencio y Harry comenzó a sentirse nervioso.

¿Lo habían escuchado anoche?

¿Voldemort había hecho algo?

Harry no sabia qué esta pasando y eso lo ponía ansioso.  Estaba a punto de decir algo cuando fue Remus quien rompió el silencio.

—Harry, como ya debes saber, tienes que retomar tus sesiones de terapia, solo te quiero avisar que las retomas hoy, solo por si lo habías olvidado.

Oh, con que eso era, Harry lo había olvidado por completo, agradeció que se lo recordaran para que tuviera tiempo de prepararse, aunque solo tuviera unas horas, porque la visita seria esa misma tarde.

—Ah, sí claro, estaré listo para la hora —Harry guardo silencio por unos segundos, hasta que una duda vino a su mente—, ¿dónde voy a tomarlas?

—Tu terapeuta vendrá a aquí. Junto con Sirius hemos adaptado una habitación en la que puedan hablar cómodos.

—Oh, está bien, creí que tendría que trasladarme fuera de aquí.

—No, Harry —Sirius aclaró—, se supone que no puedes salir de aquí, sería irresponsable de nuestra parte sacarte de esa manera.

Terminaron el desayuno, una vez más, notó Harry, Malfoy se había abstenido a solo mirar su plato y en algunas ocasiones Harry veía que Malfoy fruncía el ceño con curiosidad.

Harry quería decirle algo, lo que sea, quería que no estuviera siempre causada y fingiendo no existir. El pelinegro sabía que para el rubio todo era incómodo y sabía que nada de lo que estaba pasando era fácil. Había una vocecita en su cabeza que le decía que le dijera a Malfoy que todo estaría bien y que de alguna manera le diera comfort. Pero Harry no lo haría, no eran amigos y no olvidaría el pasado tan fácil.

Decidió que ignorarla a Malfoy por el momento y se encofocaria completamente en lo que hablaría ese día con su terapeuta.

Hacía tiempo que no lo veía, mejor dicho, no le veía desde que había llegado a Grimmauld Place, era por razones de seguridad o algo así le habían dicho.

¿Estaba aterrado? No tanto como lo había estado en su primera visita, pero estaba seguro de que Dante seguiría intentando indagar en sus más profundos y oscuros recuerdos. Eso era algo que no le gustaba, pero Dante le había dicho que de eso se trataba y que no iba a ser sencillo, ni mucho menos bonito.

Harry no estaba seguro de que le gustaría volver a recordar todo, sabía que era necesario pero eso no significaba que estuviera preparado.

A las cinco de la tarde Harry ya estaba en la habitación que Remus había mencionado junto con Dante, su psicomago. Él hombre había saludado a Harry como solía hacerlo y se sentaron para comenzar con la sesión.

Él hombre comenzó con  lo mismo de siempre, preguntando por su semana, en esta ocasión añadió sobre cómo iban sus vacaciones, cuando Harry respondió que bien, el hombre mencionó que «seguro no ha de ser bonito estar encerrado todo un verano sin tus amigos». Y con eso comenzó la parte incómoda pero necesaria de la sesión.

—En realidad no es tan malo, ¿Sabes? —dijo Harry—, digo, tengo a Sirius y a Remus y todavía recibo cartas de mis amigos.

—Hasta dónde yo sé, desde que entraste a Hogwarts no ha habido un verano el que no pases con tus amigos, ¿no es raro o difícil que este verano no sea así?