Decisiones (Harry Potter)

⟨Cap. 36⟩

***Advertencia***
Ritual falso y sin duda te puedo asegurar que no es canon :)
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Verás, estar encerrado en medio de una guerra no es fácil para nadie. A pesar de eso todos los habitantes en Grimmauld Place estaban haciendo su mejor trabajo, pero después de casi tres meses todos estaban un poco frustrados.

Sirius estaba dando todo de sí, lo jura, pero ya lleva mucho tiempo encerrado para su propia cordura. No saber nada sobre el exterior por estar encerrado y solo saber muy poco de las noticias que a veces les llevaban y no poder hacer nada era horrible. Aún más para Sirius quien se sentía impotente.

Todo le recordaba a la primera guerra contra Voldemort, excepto que en esta ocasión era él el que se estaba escondiendo, para proteger a Harry. Y no lo malinterpreten, Sirius amaba a Harry y haría cualquier cosa porque el chico estuviera a salvo. Pelearía él mismo contra Voldemort de ser posible. Sin embargo, a pesar de todo, se sentía atado de manos, no podía hacer mucho, su mayor contribución es con lo del ritual, pero Sirius era de los que necesitaba estar en el campo de batalla.

Remus era de ayuda, a veces, estaba con él y lo escuchaba divagar sobre todos sus pensamientos sobre ese encierro. Pero era frustrante, más cuando por fin había obtenido la libertad que tanto había deseado, de nuevo se le fue arrebatada por un loco sin nariz que insiste en ir tras su ahijado.

Toda esa situación también le parecía injusta, pues tenía a cinco adolescentes atrapados con él, en esas sombrías paredes. Sabía que era injusto para todos ellos, que se estuvieran perdiendo de su último año escolar después de tanto. Todos eran jóvenes, no tendrían que estar escondiéndose por decisiones equivocadas que los adultos habían tomado. Sabía que no podía ofrecerles ningún consuelo de que todo estaría bien o de que todo terminaría pronto, ni siquiera él estaba seguro de eso.

Sirius sabía que todos eran fuertes, sabía que podían lidiar con el encierro, incluso mejor que él, pero eso no calmaba sus duros pensamientos. Él quería poder regresarles la libertad y felicidad que, los niños que estaban en ese momento bajo su cuidado, merecían y necesitaban.

Más que nunca, Sirius anhelaba que Halloween llegara para poder realizar el ritual y comenzar a derrocar el gobierno de Voldemort poco a poco hasta que se derrumbara por completo, hasta los cimientos. Quería terminar con todo para finalmente tener paz. Quería llorarle a sus muertos como era debidamente necesario.

Esta vez Voldemort caería para siempre, no habría ningún regreso y no perdería a ningún ser querido, de eso se aseguraría Sirius.

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Theo creía que estaba lidiando bien con lo de no poder salir al mundo exterior, si le preguntaban a él, claro está. Prefería estar ahí que con su padre, el verano pasado había sido la experiencia más horrible en su vida y eso que había visto a su madre morir cuando era niño. Por lo menos en ese momento supo que su madre ya no sufriría y eso le daba consuelo. Pero el obtener la marca estaba cerca de ser la experiencia más horrible que había vivido.

Desde niño, Theo siempre supo que no quería ser como su papá y eso que en ese momento no estaba ni cerca de odiarlo como ahora lo hacía. Sabía que su padre lo culpaba por la muerte de su madre, y nunca lo había visto más allá de alguien quién seguiría su legado. Nunca lo había visto como un hijo. Pero cuando Theo era más pequeño se engañaba a sí mismo, creía que tal vez esa era la manera de su padre de demostrar que lo quería. Cuando entró a Hogwarts se dio cuenta, que en realidad, no era así. No es que la mayoría de sus compañeros de casa fueran mejores.

Conforme crecía, más se daba cuenta de todo lo opuesto que era a su padre, y al parecer no era el único en darse cuenta, porque si antes no era tratado como un hijo, ahora solo era tratado como un extraño con el que compartía casa, casi siempre Theo evitaba encontrarse con su padre cuando estaba en casa. No quería ver el disgusto en el rostro del hombre.