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Ese primer día de clase fue totalmente aburrido, todas presentaciones y más presentaciones, lo bueno era poder ir al campo de tiro que teníamos, ¿lo malo? Había que compartirlo con la otra banda, era un sitio neutral, ahí solo ibas a practicar con dianas y maniquíes.

Fui con una M16, la Glock G19 y un cuchillo combate Tactical, me dirigí andando hacía al campo de tiro, situado a las afueras de Mayfield para no molestar al resto de gente que no tendría por qué escuchar todo eso.

Ahí me estaba esperando Levi con su Ak-47, era día de entrenamiento, podía visualizar cerca de nosotros a Hunter y a Ariel, pero decidí calmarme para no meterles cuatro tiros y desencadenar una guerra innecesaria.

―Vienes preparada ―dijo Levi apuntando mi M16.

―Es mi favorita, hay que sacarla a relucir ―me encogí de hombros.

―Tienes suerte que Hunter no sea de disparos a distancia ―dijo negando con la cabeza.

―Suerte tiene que haya unas normas en medio y no pueda apuntar a su cabeza ―suspiré.

―Vaya afán por querer ver el mundo arder ―dijo soltando una risa.

―Nunca mejor dicho, ¿practicamos?

Él asintió y se colocó el Ak-47, eran armas similares pero diferentes a la vez, la suya tenía unos 650m de alcance y sus cartuchos llegaban del 10 al 40, la velocidad rondaba los 715 m/s, contando con 600 disparos por minuto, Levi era un chico que prefería combatir con un cuchillo y muy cerca del oponente, por eso decidí darle ese arma, es menos potente que la mía pero lo bastante fuerte como para derrotar a alguien; la mía era de un alcance efectivo de 550m y de máximo 3.600m, mis cartuchos tenían menos opciones, eran el 20 y el 30, con una velocidad de 948 m/s, teniendo entre 700 y 950 disparos por minuto, contando con un punto de mira.

―Das totalmente miedo con eso colgado ―dijo Levi evitando una risa.

Lo miré sonriendo y negando con la cabeza.

―Solo la he llevado a una misión... pero no me dejaron participar mucho, decían que las mujeres debíamos ir detrás ―puse los ojos en blanco.

―La próxima vez, ya sabes ―dijo apuntando al objetivo.

―No respires.

―¿Qué? ―inquirió Levi.

―A la mínima que no estés concentrado o un mínimo movimiento puede desviar la bala.

―¿Sabes que si no respiro me muero? ―se burló.

Suspiré.

―Mantén la respiración pausada a la hora que vayas a apretar el gatillo.

―En una situación complicada creo que no va a ser tan fácil concentrarse en ello.

―Ahí está la magia Levi, no recordarás ni que respiras, imítame ―dije colocándome bien la M16.

Él hizo lo mismo y me miró atentamente, aunque no solo él sabía que había más gente mirándonos.

―Colócate con la espalda recta, pies pegados al suelo, inclina un poco el cuerpo, pero no mucho, un pie un poco avanzado al otro, el que te sea más cómodo, yo lo hago con el derecho ―dije mientras hacía lo que yo misma iba diciendo.

Notaba la mirada de Hunter y su banda, todos sabían la habilidad que tenía yo con este tipo de armas y aunque jamás me dirían a la cara que era buena o incluso la admiración que tenía por la dominación que yo presentaba, lo pensaban.

―Dispara, al medio si puedes ―y disparamos.

Yo le di al centro y Levi estuvo a punto, pero se desvió un par de cm del centro de la diana.

EL DIABLO TAMBIÉN VISTE DE SEDA || Bilogía DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora