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Ese mismo día, le pedí a Levi que me acompañara a la peluquería cuando estaba esperando en la puerta, no apareció él, apareció Hunter.

―No sé qué haces aquí ―dije con desdén.

―Levi tenía que hacer unas cosas con su madre, me pidió que viniera yo ―se encogió de hombros.

―Maravilloso ―dije empujando la puerta de la peluquería.

Hunter no sabía qué iba a hacerme en el pelo, para mí era un cambio de aires y eso se lograba a través del pelo.

Después de una hora y algo, Hunter se quedó mirándome sorprendido, dejé el dinero en el mostrador y salimos a la calle.

―No pensé fueras a hacerte eso ―dijo sin dejar de mirar mi pelo por todos los ángulos habidos y por haber.

Tampoco creí que fuera para tanto, anteriormente llevaba el pelo por debajo del pecho y de medios a puntas verde, arriba mi color natural que era un castaño claro; me lo corté por debajo de los hombros, un corte recto pero que caía ondulado porque mi pelo no era liso, teñí todo de verde muy oscuro excepto la raíz que la quise dejar de mi color natural para que tuviera ese degradado, lo quise muy oscuro porque era consciente de que con los lavados se iría aflojando el color.

―¿Por qué? ―dije encendiéndome un cigarro.

―Llámame paranoico, que puede ser ―dijo con las manos en alto―. Pero según las fotos de tu madre, sois igualitas, el mismo tono de pelo, las mismas ondulaciones... Si alguien se para a analizarte, das a entender que quisiste romper con ello, te pusiste el pelo verde, dando a entender que tú no eres tu madre, pero seguías conservando parte de ello.

Cálmate Olivia, cálmate.

―¿He acertado, verdad? ―dijo con una sonrisa de orgullo.

―No importa si has acertado o no, importa que me gusta más el pelo así.

―Oye que yo no digo lo contrario, pero no puedes romper con todo lo que eres ―decía Hunter.

―Me voy ―dije tirando la colilla del cigarro.

―¿A dónde?

―No te importa, Hunter, ¿no la has cagado suficiente hoy? ―suspiré―. Déjame en paz.

―El problema que no puedo, no me malinterpretes, pero hay un trato de por medio ―dijo encogiéndose de hombros.

―Sí, hay muchos de por medio, no los olvido ―bufé echando a andar.

―¿Y dónde vamos? ―dijo siguiéndome el ritmo.

―Al campo de tiro ―dije decidida.

―No pensé quisieras volver tan pronto.

―Me han expulsado una semana de la universidad, Hunter, ¿crees tengo ganas de estar encerrada otra más?

―No haber sacado un arma en medio de clase.

―No haber sido tan sumamente gilipollas ―me paré en seco y lo miré.

―Esas fotos eran muy buenas Olivia, si dejaras de menospreciarte sabrías verlo, ¿crees que lo hice por joderte? ―Dijo con una risa seca―. Estás muy equivocada, lo hice por ti, pero no sabes verlo.

―¿Por mí? ―dije atónita―. Por mí hubiera sido que no cogieras esa carpeta, ¿sabes cuantas inseguridades había en ese portfolio?

―Llevas escondiéndote toda tu vida, Olivia ―replicó él.

―¡Cómo si eso fuera de tu incumbencia, Hunter! ―Dije furiosa―. Soy yo quien decide cuando esconderme y cuando no, no tú.

―¿Vas a pasarte toda la vida ignorando tu pasado? ―dijo atónito―. ¿Crees que un cambio de pelo va a hacer que desaparezca la Olivia que de verdad eres?, ¿qué llevando guantes tus cicatrices van a desaparecer? ―Negaba con la cabeza.

EL DIABLO TAMBIÉN VISTE DE SEDA || Bilogía DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora