EL DIABLO TAMBIÉN VISTE DE SEDA || Bilogía Diablo

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2 AÑOS DESPUÉS

Acabé la universidad en Mayfield, me gradué en fotografía, puedo decir que fueron los dos años y medio más duros de mi vida, la pérdida de Levi, el tener que estar ahí en una ciudad donde cada esquina chillaba su nombre, pero con el tiempo fui aprendiendo a sobrellevar su ausencia pero que no te engañen, hay noches que siento nostalgia y momentos que desearía que estuviera aquí a mi lado.

Aprendí a vivir sin él porque no me quedó más remedio que hacerlo, pero añoraba tanto su risa, su sonrisa, ver cómo me graduaba y brindar con una cerveza, reírnos de las anécdotas universitarias y de que al final lo que evitaba tanto tiempo sucedió, enamorarme.

Después de que Hunter me pidiera salir, no nos hemos vuelto a separar, seguimos juntos y creo es una de las mejores decisiones que pude tomar, los dos habíamos mejorado bastante. Seguía con el dichoso trastorno, mis cambios de humor me ponían nerviosa, pero tenía alguien al lado que me ayudaba siempre que lo necesitaba.

Al final nos mudamos a un pueblo del norte, era algo más pequeño que Mayfield, era conocido por el frío que hacía, la cantidad de veces que llovía al año y las fuertes nevadas que tenía de vez en cuando, un clima frío como los que me gustaban.

Se llamaba Yirfith, era un lugar muy hogareño con casas muy rústicas, muy diferente a lo que era la vida en la ciudad, tenía un par de pubs, algún que otro restaurante y una calle alargada que se llenaba de tiendas con un pequeño supermercado, un lago increíble que cuando hacía un frío extremo se congelaba y dejaba ver un prado totalmente blanco, era una imagen muy bonita y no dudéis en que saqué muy buenas fotos de ahí.

Nos fuimos pasados unos meses de graduarnos los dos de la universidad, Hunter daba clases de historia (tal cual predijo Levi) en el instituto que había, se le daba bien y eso le llenaba mucho, yo monté varias exposiciones de fotos, a veces incluso me contrataba gente del pueblo o pueblos cercanos para bodas, bautizos o cualquier momento que requería una fotógrafa.

Nuestra casa, era una casa bastante hogareña, me hacía ilusión decorarla estilo rústico, las paredes eran de ladrillos grises y gruesos para el frío, con un gran ventanal, con estructura de madera y moqueta de color beige, teníamos una chimenea preciosa con una pequeña estantería encima donde pusimos alguna que otra foto especial (una de nosotros dos, de nuestra familia junta y una que tenía con Levi), los muebles eran de esa madera que no llegaba a ser oscura del todo y los sillones en color marrones claritos y así con el resto de la casa, teníamos un pequeño jardín donde no podíamos plantar tulipanes pero no os preocupéis por eso, teníamos de plástico dentro de la casa.

Teníamos salón/comedor con cocina abierta, nuestra habitación y su respectivo cuarto de baño, un pequeño despacho que compartíamos los dos, un cuarto de invitados por si venía mi padre y Andrea a quedarse (no era muy grande, apenas tenía una cama y armario y luego teníamos dos cuartos más, uno para mi hermano pequeño y Ariel (constaba de dos camas individuales, no muy grandes), a parte de un cuarto vacío.

¿Os he hablado de mi hermano pequeño? Nos dieron la noticia hace un año y medio (que es la edad que tenía), fue un niño, cuando les preguntamos que nombre le habían puesto contestaron que se iba a llamar Leviatán y yo rompí a llorar, no sé si de nostalgia, felicidad o ambas, dijeron que era en honor a Levi, que debía estar presente y así fue como el hermano que teníamos Ariel y yo en común se llamaba Leviatán.

Dejé crecer mi pelo, hasta que el pelo verde desapareció, me fui cortando el pelo hasta eliminarlo, dejé mi castaño natural porque ya no me daba miedo parecerme a mi madre, era como haber cerrado una etapa más de mi vida.

Tenía veintidós años y ya estaba independizada viviendo una vida sencilla, las armas ya no formaban parte de mi vida, dejaron de hacerlo hace mucho tiempo, seguía teniendo mis sesiones con el Doctor Lion, aunque eran online ya que a los dos nos iba bien.