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Pasaron unos días, bastantes para ser sinceros, ya casi acabando octubre entre unas cosas y otras.

Mi padre después de aquella noche, a los dos días salió del hospital, estuvo en casa haciendo reposo lo que quedaba de mes e incluso dejó que Hunter viniera a casa para ayudarme a hacer las tareas que mi padre no podía, era como si de golpe se llevaran bien y era algo que podíamos usar a nuestro favor.

Hacíamos reuniones con Kayn, la cosa iba avanzando lentamente pero cada vez teníamos más seguro que, aunque la mente de todo fuera Malcolm dudábamos que fuera él quien disparara a mi madre.

―Podíamos ir a esa fiesta que hacen en la otra punta de la ciudad ―decía Levi.

Estábamos en la cabaña que habíamos remodelado con ayuda de Kayn, por fuera seguía siendo un desastre (era nuestra idea), pero por dentro la pintamos de color gris oscuro y verde oscuro en honor a nuestras bandas (éramos un grupo, pero teníamos nuestras raíces), arreglamos los desperfectos de los baúles que habíamos hecho de madera para guardar todo lo de mi madre, otro con armas, había uno con objetos medicinales y un largo etcétera, pusimos pufs nuevos bastante cómodos y nada roñosos de color negro y un par de sillas de madera pintadas de negro en un rincón, por si acaso.

―¿Por Halloween? ―contestó Levi―. ¿Hay que ir disfrazados o algo?

―En el panfleto ponía que el requisito era ir arreglado y con máscara ―decía Ariel tendiéndole el panfleto.

―Diviértete antes de la cita con tu nuevo psicólogo ―me decía Ariel.

―Es que... Liv y el alcohol significa descontrol ―contestaba Levi.

―No es así... ―sisee.

―El alcohol saca una versión de ti todavía más sangrienta, ¿he de recordarte la última vez? ―decía Levi alzando una ceja.

―Quita, quita... ―dije moviendo la mano―. Prefiero olvidar eso de mi mente.

―¿Tú o tu padre cuando tuvo que irte a buscar a comisaría? ―decía Levi.

―¿Has estado en comisaría? ―decía Hunter al borde de la risa.

―Sí que esconden bien los secretos en Insomnia ―contestó Ariel.

―Ahora no nos dejes a medias y cuéntalo Levi ―decía Hunter.

Levi me miró y yo asentí derrotada, ¿qué más daba ya?

―Bueno a ver, os lo voy a resumir porque fue una noche muy larga, simplemente fuimos a una de esas fiestas que hacen en casas grandes como la que se hace en Halloween y Olivia ya había bebido más de lo normal, tolera bien en alcohol, pero bebe pocas veces y luego sube todo muy rápido... ―decía Levi, como si relatara un cuento―. Estaba en el jardín bailando tranquilamente hasta que un par de chicos decidieron que era buena idea, acercarse a bailar con ella, ella les dijo varias veces que no, que estaba bien sola y que tenía compañía, o sea yo, insistieron un par de veces más, rompió una botella de cerveza y con el cristal, la agarró por la zona de la boquilla y se la estampó en la cabeza a cada uno.

Todos me miraron impactados.

―Algunos deberían entender el "no es no" ―dije encogiéndome de hombros.

―La cuestión del asunto es que el alcohol te vuelve agresiva, o te da por lanzar cuchillos a algo en concreto o le dices a alguien que se ponga para ver si das a la manzana en su cabeza, demos gracias que tienes buena puntería ―contestó Levi.

―Pues bailemos sin alcohol, ―propuso Hunter― reto de que ninguno beba más de una cerveza.

―No me jodas la fiesta ―Ariel hacía un puchero.

EL DIABLO TAMBIÉN VISTE DE SEDA || Bilogía DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora