20

2 0 0
                                    

Hunter.

Me fascinaba la mente de Olivia, todo lo que podía albergar en ella, aunque tuviera taras y no fuera perfecta, era lo que me llamaba la atención.

Sabía que en el fondo de ella seguía albergando a la chica de los tulipanes verdes, el mundo no fue justo con ella y por ello hoy en día es la que dirige el tablero, en otro momento me hubiera quemado por dentro admitirlo pero hoy en día puedo decir que Olivia Martin era la que sabía dirigir todo en estos instantes, su mente estratega, el manejo de las armas blancas, las armas de fuego y el cuerpo a cuerpo que se le empezaba a dar más que bien era algo que hacía de Olivia alguien a quien admirar.

Y Kayn me caía bien, a veces dudaba que yo encajara en mi banda e incluso Ariel, todos sabíamos que cambiar de banda era algo totalmente impensable, pero a estas alturas nada estaba totalmente claro.

―Entonces, creéis que es Malcolm quien la asesinó y que Andrea puede saber cosas... ―dijo Kayn mirando nuestras anotaciones.

―Mi madre no sé si hablaría, mi padre... mi padre es muy estricto con el tema de las bandas ―decía Ariel.

―Tu madre sí hablaría, igual con vosotros no, pero si ve que estoy metido en esto... ―suspiró Kayn―. Hablaría porque para Andrea ella lo era todo.

―¿Por qué no habló en su momento? ―dijo Olivia.

―Por su querido marido ―dijo Kayn con asco.

Ariel lo miró atento por unos segundos.

―No te ofendas Ariel, tu padre es de todo menos majo y creo que lo sabes, pero no lo admites, tu casa debe tener tantos micros que hablar del tiempo es lo máximo que puedes hacer ―decía Kayn.

Ariel nos lo mencionó una de las veces, que hablar en su casa no era muy seguro por su padre.

―¿Y por qué Andrea sigue con alguien así? ―decía Olivia―. Alguien que no tiene tus mismos ideales.

―Porque al igual que tu madre amaba a tu padre con locura, Andrea ama demasiado a su marido ―decía Kayn―. Aunque ella sepa que no es sano lo que tienen, ella oye y calla, por lo tanto, no tiene derecho a opinar, por eso con Amelie era diferente porque tenía a alguien con quien hablar, con quien ser ella.

―Hay que hablar con mi madre ―suspiraba Ariel―. Porque me da rabia darte la razón, pero mi padre nunca fue sano ni lo será.

―Os voy a decir una cosa, estad atentos ―dijo Kayn―. El padre de Ariel, es el segundo al mando en Demons, tened cuidado porque si hacéis caer a Malcolm tendréis que hacer caer a Hyram y no sabría deciros cuál de los dos es peor.

Todos nos quedamos pegados en nuestros asientos, una cosa era matar a mi padre, aquello yo lo tenía asimilado y me importaba una mierda, pero para Ariel matar a su padre no iba a ser algo sencillo, no tenían la mejor relación... solo mantenían las distancias y cada uno por su lado.

―Los celos ―bufó Olivia.

―¿Qué? ―dijo Ariel sin entender.

―Por dios, escuchad entre líneas lo que ha dicho Kayn ―decía como si fuera obvio―. Hyram quiere estar al mando de Demons, si decís que es tan imbécil es de esperar que, si cae Malcolm, Hyram intentará matar a Hunter para poder liderar él.

¿Se puede admirar tanto a una persona?, ¿cuánto daño le habrán hecho para que piense tan fríamente?

―¿Cres viable eso, Kayn? ―decía Ariel con un hilo de voz.

Kayn suspiraba y asentía.

―Hyram no puede liderar porque la sucesión es Hunter, tendría vía fácil digamos, doy a entender que a Agnes no la dejaréis como si nada, así que... ―decía Kayn.

EL DIABLO TAMBIÉN VISTE DE SEDA || Bilogía DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora