Capítulo VII

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Verdades y confesiones para evitar las desilusiones. 


William estaba sentado en la mesa, hablaba con total confianza con Annie y Madeline, incluso estaba riendo con ellas, lucía tan familiarizado, tan cómodo.

—Candy ¿por qué llegaste tan tarde? tu esposo llegó hace rato. —habló Annie cuando notó la presencia de la rubia.

—Dijiste que a las siete ¿qué te retuvo? —preguntó William.

No imaginé que vendría. –pensó la rubia, las actitudes de él cada día le resultaban más extrañas.

—Hija, toma asiento, ya vamos a cenar. —pidió Madeline.

Candy se sentó al lado de William, aún no salía del estupor, era la primera vez que él pisaba su casa de crianza, un sentimiento le llenó el corazón, le agrado verlo ahí. Todos cenaron y compartieron un agradable momento. El rubio conoció un poco más de las White, se sintió bien, notó que eran una familia muy unida, había calor de hogar.

—Fue agradable tenerlos aquí. —expresó Madeline cuando se despedían de los rubios.

—La cena estuvo deliciosa, le agradezco por todo Señora Madeline. —expresó William con gran sinceridad.

—Lo hice con mucho cariño, ahora eres parte de esta familia, eres el esposo de mi hija, por lo tanto eres un hijo para mí también.

—¿Hijo? —dijo algo asombrado al escuchar aquella palabra.

—Así es, desde ahora piensa en mí como tu madre. —le dió una cálida sonrisa.

Él no supo qué decir ante eso, pero le agradó y se sintió acogido, el amor de madre siempre hizo falta en su vida, su madre murió cuando él aún era un niño, ya no recordaba lo que se sentía y ahora alguien le ofrecía ese tipo de amor con tanta naturalidad.

—Candy, prepárale algunas de las recetas que te enseñé a tu marido, seguro que le gustarán. —comentó mirando a su hija.

—Claro, lo haré si él lo desea. —habló la pecosa mirando al rubio.

—Por supuesto, estaré encantado de probar todo lo que sabes hacer. —él habló dándole una mirada incisiva a su joven esposa.


❁❁❁❁

—¿Estás tan ansiosa por volver? —preguntó Nasha, la compañera de piso de Amber.

—¿No lo harías si tuvieras mucho tiempo sin ver a tu novio? —preguntó de vuelta la castaña mientras metía ropa en una maleta. —tomó una pequeña caja de terciopelo, la abrió y contempló su contenido con una sonrisa.

—¿Qué es eso? —interrogó la chica de color.

—Mancuernillas ¿no son lindas? apuesto a que se verá bien firmando documentos mientras las lleva puestas. —dijo imaginando a William con ellas.

—¿No deberías decirle que vas? ¿No es demasiada sorpresa?

—Cuando hablé con él se escuchaba preocupado, no quiero inquietarlo más, solo quiero verlo, abrazarlo y que hablemos de nuestras cosas. —respondió con una gran sonrisa y continuó haciendo su maleta.


Anthony y Archie se batían en un duelo de esgrima, ambos eran muy buenos cuando hacían parte del equipo en el Real Colegio San Pablo, sin embargo Archie había perdido práctica mientras que su primo siguió perfeccionándose en el deporte

DESTINADO A TU AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora