Hay verdades ocultas en el pasado que llegan a ser reveladas para darle sentido a todo aquello que nunca comprendiste.
Terrence ocupaba una de las mesas de la terraza en Teriu's Coffee, estaba recargado sobre el asiento mirando cómo se mecía la rama del nogal ubicado al pie de la acera, movía el pie en un movimiento acelerado y constante, sentía nervios, hacía varias semana que no la veía. Cuántas cosas habían cambiado para el hijo del duque, cuantas cosas llenaban la soledad que hace tanto tiempo se instaló en su rutina. Pierdes algo, ganas algo. Qué frase más cierta, a veces es necesario perder para ganar, aunque muchos orgullosos se nieguen a aceptarlo. El moreno inhaló profundamente el aire limpio que acompañaba la brisa de verano. Diez días, hace tan solo diez días había encontrado a Elizabeth, recordó el encuentro que tuvo en Nueva York con Ophelia Smith, la mujer parecía ser dura y de temperamento difícil, pero no era insensata, respondió todas sus preguntas y aclaró todas las dudas. No había nada más por descubrir, la verdad llegó y se reveló sola, como si transitára por las calles buscando al fin ser descubierta. Amber era Elizabeth, su hermana, con quien había estado conviviendo y se había convertido en su amiga sin siquiera llegar a sospechar que la sangre los unía. A pesar de que Terrence ya estaba enterado de la verdad, no se había atrevido a hablar con Amber por prudencia, después de todo, lo que para él era una alegría para ella un punto de gran confusión. Un día te despiertas y te enteras que tus padres no son tus padres y que además tienes un hermano, sin duda alguna es una información difícil de procesar en un periodo corto de tiempo. Terry lo comprendía, aunque moría por ir y abrazar a su hermana, se contuvo y decidió esperar el momento indicado. Su acuerdo con Ophelia fue dejar que fuese ella quien hablara con su hija y aclaráran todo, incluso esas fisuras en su relación. Mientras Terry navegaba en ese mar de pensamientos llegó su cita, aquella a quien esperaba, es sonido de su dulce voz lo trajo nuevamente a tierra firme.
—Hola, Terry. —saludó con una gran sonrisa.
—Hola, Candy. —se levantó de la mesa y ambos se dieron un corto abrazo.
—Me sorprendió cuando me citaste en este lugar. —comentó la rubia mientras tomaba asiento—. Hace mucho que no venía aquí. —miró a su alrededor con sonrisa nostálgica, en ese lugar ambos vivieron tantas cosas, fue en ese café donde se acercaron y se hicieron grandes amigos.
—Debo decir que yo tampoco lo visito a menudo. —respondió Terry mientras llamaba a un mesero—. Este fue el primer café que abrí, hay cuatro más de estos en todo Illinois, pero sin duda este es mi favorito. —miró a Candy fijamente, recordando cuando ambos chocaron en la entrada aquel día que parecía tan lejano.
—También es mi favorito. —dijo ella sosteniendole la mirada—. Parece que fue ayer cuando me dabas clases de pintura en esta terraza. —el mesero llegó, ambos pidieron un americano y el joven se retiró—. No ha cambiado mucho, lo mantienen muy bien.
—La administradora a cargo ha hecho un excelente trabajo, no me puedo quejar. —expresó paseando la mirada por el espacio, cuando volvió a mirar a Candy, la estudió, la mujer estaba radiante, tenía un brillo en la mirada, ese brillo que conoció años atrás, ese brillo que por más que intentó no lo logró regresarle, pero ahora entendía la razón, William, él era la razón de ese brillo, solo él podía despertarlo. Sonrió débilmente y posó la mirada nuevamente en las ramas del nogal—. Candy, soy feliz.
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DESTINADO A TU AMOR
FanfictionWilliam Andrew es el heredero de las empresas de su familia. Candice White es maestra de arte de tercer grado en un orfanato. Pero una noche sus destinos se cruzan y como resultado ella queda embarazada. Las circunstancias los llevan a contraer un m...