"¿Acaso existía un anhelo humano más triste o más intenso que el desear una segunda oportunidad en algo?"
Haruki Murakami (1Q84)
Cuando Candy vió a William una corriente recorrió su cuerpo. Hay cosas que nunca cambian y al parecer el efecto que ese hombre tenía en ella siempre sería el mismo. William se acercaba y todo su cuerpo comenzaba a reclamarlo, el corazón peleaba con la razón y el orgullo hacía maletas y se marchaba lejos, mas ella siempre lograba hacerlo regresar. Candy no era la misma, aunque conservaba su esencia se había convertido en una mujer con criterio propio. Había aprendido a decir no, había comprendido que a veces es necesario priorizarse a uno mismo. También entendió que quien te quiere en su vida siempre buscará la forma de mantenerte en ella sin importar las circunstancias. Hace tres años William la alejó de él. Cuando ella perdió al bebé pensó que tal vez estando juntos el dolor sería más llevadero, pero él se mantuvo firme en la decisión de separarse. Él la dejó sola con aquella profunda herida y eso era algo que no podía perdonar tan fácilmente.
—Anthony. — habló la rubia—. No entiendo qué está pasando.
—Candy, la empresa está gestionando el desarrollo de un proyecto de ayuda social enfocado en mujeres. —explicó el chico—. Necesitamos un artista que nos ayude con la parte visual y consideramos que tú eres la mejor candidata para hacerlo.
—Anthony, ¿crees que esto es un juego? —intervino William—. No debiste propiciar este encuentro sin dejar las razones claras.
—No estoy jugando, me tomo muy enserio mi trabajo. —respondió Tony—. Pero sabía que si les decía no estarían de acuerdo con esta reunión. —se puedo de pié—. Por favor, les pido que dejen los asuntos personales de lado, los dejaré solos para que hablen de trabajo. —se despidió y se retiró del lugar.
Un incómodo silencio ocupó el espacio. Candy permaneció sentada, se sintió molesta con Anthony, la próxima vez que viera a ese chico le jalaría la orejas. William quedó congelado cual estatua a un lado de la mesa, pensaba en el castigo que le daría a su sobrino por cometer semejante osadía. El tiempo invertido en crear un acercamiento con Candy fue inútil porque ahora ella estaba frente a él sin haberlo esperado. La rubia levantó el rostro y lo miró, seguramente se veía patético ahí parado sin hacer nada. William respiró profundo, se acomodó un poco el cuello de la corbata y tomó asiento frente a ella.
—Perdónalo, no tenía idea de que haría tal cosa. —dijo Will—. Debes estar muy ocupada, lamento que mi sobrino te haya hecho perder el tiempo.
—Bueno, qué le vamos a hacer, ya estamos aquí. —tomó la taza de café que estaba frente a ella—. Dijo que quieren hacerme una propuesta laboral. —cruzó las piernas y descansó la espalda en la silla—. Te escucho, así no perderemos el tiempo. —tomó un sorbo del líquido y lo miró.
William estudió sus gestos. Se veía tan segura de sí misma, le mantenía la mirada y ya no agachaba la cabeza. Eso de alguna manera lo enamoró aún más. Ahora Candice White no solo era una chica hermosa y bondadosa, también era una mujer exitosa y segura. Un peligro andante para el corazón de cualquier hombre sensato—. Eh... sí. —se despabiló—. Justo como lo dijo Anthony, estamos buscando un artista para que trabaje en los aspectos visuales del proyecto. Consideramos que si la persona encargada es mujer será más fácil empatizar con la causa ya que el proyecto está dirigido a mujeres.
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DESTINADO A TU AMOR
FanfictionWilliam Andrew es el heredero de las empresas de su familia. Candice White es maestra de arte de tercer grado en un orfanato. Pero una noche sus destinos se cruzan y como resultado ella queda embarazada. Las circunstancias los llevan a contraer un m...