Canción Like This de Bea Miller
Unos días después del funeral, Keiler empezó a estar mejor e incluso comenzó a hacer cosas en la casa. Por ejemplo arregló el grifo de la ducha de mi madre, hizo remodelaciones en el taller, limpió, ordenó; era otra persona, ya no estaba depresivo o drogado, o no del todo.
Los chicos del campamento habían venido a casa y con él preparamos y compramos snacks, jugos, gaseosas para preparar una gran mesa en el patio.
-Los dejaré tranquilos. – Dijo dejando la última bandeja en la mesa.
-Quédate un rato. – Lo invitó Max y todos avalamos la decisión.
-Bueno, gracias. – Se sentó a mi lado.
-¿Qué tal todo ustedes dos? – Ava nos señaló.
-Todo bien. – Contesté – Tratando de soportarnos – Bromeé y miré a Keiler, quien me sonrió.
-Oh sí, ella puede ser insoportable. – Bromeó.
-¿Ustedes dos? – Miré a Oli y Ava
-Más felices que nunca – Dijo Oli.
-De hecho, estamos viviendo juntas.
Ambas se tomaron la mano y se dieron un tierno beso.
Nos contaron que vivían en un pequeño departamento que la abuela de Ava les dejó y que prometieron pronto invitarnos, aún seguían con remodelaciones.
Los chicos se habían ido de vacaciones a Hawaii y habían vuelto hace poco.
-Es mi sueño ir allí. – Dije – Quiero estudiar literatura allá.
-¿Qué te detiene? – Me preguntaron.
-El dinero. Estoy por terminar la escuela y nunca ahorré lo suficiente.
-No pierdas la esperanza – comentó Esteban – Uno nunca sabe.
Le sonreí y asentí
Hawaii me fascinó desde que vi un documental sobre playas. Mi padre siempre prometía llevarme, pero nunca lo logramos. Además las universidades eran preciosas pero caras. No era una opción para mí.
Cuando todos se fueron, recogimos y limpiamos todo y nos pusimos cada uno a leer. Keiler Viaje al centro de la tierra. Yo El psicoanalista.
-Prometo llevarte. – soltó
-No lo dije por eso.
-Prometo juntar el dinero y pagar el viaje. Te lo debo por lo que has hecho por mí.
Cerré el libro y lo miré.
-No me debes nada y lo sabes.
-No importa, quiero hacerlo.
-Okey. – puse mis ojos en blanco y volví a mi lectura.
-Es más, alquilaremos una casa con salida al mar y un auto rojo de playa.
-¿Por qué rojo?
-No lo sé, no arruines mi sueño – me lanzó un almohadón.
-¡Oye! – le lancé otro.
Empezamos un aguerra de almohadones hasta que casi me caigo y él me sujetó de mi mano y al incorporarme quedé muy cerca de él. Su respiración sonaba agitada y su mirada se intensificó al llegar a mis labios.
-¡Hola! – Gritó mi madre al entrar con Julián – Les tenemos noticias.
Ambos nos separamos y al pararme acomodé mi cabello y ropa.
-¿Qué sucede? – preguntamos y ellos se miraron.
-Mañana nos iremos de luna de miel a Londres.
-¿Cómo? ¡Felicitaciones! – dije y corrí a abrazarlos.
-Sí, ya sacamos los pasajes. – dijo mi madre.
-Vamos a necesitar su ayuda aquí mientras no estemos. – comentó Julián.
-Por supuesto. – asentimos.
Ayudamos a sacar la comida de las bolsas y me quedé pensando en que tendría la casa sola con Keiler. Lucía se había ido con sus amigos de vacaciones. No sería imposible pero si desafiante ya que nunca conviví sola con él. ¿Qué sucedería? No lo sé, lo averiguaremos.
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Un verano de amor
RomanceEl amor a primera vista...¿Lo has escuchado alguna vez? Seguro alguna canción te recuerda a una persona y ese es el poder de la música. El campamento Lark será el centro de nuevas amistades, descubrimiento personal y de nuevos amores; pero la pregun...